Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El dominicano
Pedro J. Reynoso, el preso número 19426 en la cárcel estatal de Grateford en
Pensilvania, donde purga dos cadenas perpetuas consecutivas (200 años) por dos
asesinatos por los que fue condenado, manteniendo su inocencia durante los 23
años que lleva de confinamiento, pidió en una carta la intervención diplomática
del gobierno dominicano, paran ayudarlo a que se anule la condena y salga en
libertad.
Reynoso, se desempeña como
pintor de brocha gorda en la prisión, donde realiza trabajos asignados.
La carta, con fecha 27 de
julio de este año y copia de la cual envió a este reportero desde la prisión,
Reynoso, dice que está haciendo una petición pública de intervención
diplomática en su caso, por considerar que lo amerita, porque fue falsamente
convicto de un crimen que ocurrió en Estados Unidos, cuando él se encontraba en
la República Dominicana.
“En los Estados Unidos
hay un sin número de personas
consideradas invisibles por no poder caminar la jornada para obtener su
libertad del falso encarcelamiento. Algunas han sido forzadas en un
acontecimiento involuntario”, añade Reynoso.
Dice que otros, han sido por
la designación sin poder predecir su destino. “Esto le puede suceder a
cualquiera en cualquier momento. Nadie está seguro que no le pueda suceder.
Puede venir del trabajo hacia tu casa y de repente, un auto patrullero se
detiene a tu lado, dos policías corruptos se bajan con sus armas apuntándote y
te ordenan que te acuestes en el suelo”.
Sostiene la misiva que
“antes de darte cuenta qué está pasando, te ponen las esposas, y sin darte
cuenta de tu boca salen palabras de que tú no has hecho nada, y como una
súplica ruegas que alguien te salve de la arena movediza en la que te has
parado. Más tarde te dicen que eres buscado por un doble asesinato”.
Reynoso puntualiza en
referencia al jurado que lo declaró culpable
que en su caso, como en los actores de la película “Doce Hombres y
Mujeres con Coraje”, actuaron a su manera sin la actuación especial den Henry
Fonda para salvar el día.
“Está claro que con la
evidencia que presentó el fiscal, un hombre inocente ha sido condenado a muerte
en prisión cuando le dieron dos cadenas perpetuas sin libertad condicional, por
un caso absurdo”, añade al reo.
Reynoso alega que el segundo
testigo, también se retractó de sus testimonios originales y para esta ocasión,
los dos están afirmando quién es el verdadero responsable, incluyendo a los
familiares de uno de las victimas quienes son testigos videntes del crimen y
están más que seguros que yo no soy el responsable de las muertes de esas dos
personas.
“Ellos también admitieron
que la policía no aceptó sus testimonios y también dijeron que el matador los
amenazo por años. (Esto debe ser investigado)”, agrega el preso en la misiva.
“Para finalizar quiero
decirles que soy el padre de 7 hijos, abuelo 8 nietos, quién no quisiera tener
que morir en prisión por un crimen que no cometí. Por tal en nombre mío, y de
todos mis familiares les ruego de favor que investiguen mis evidencias y que
intervengan en mi ayuda, exigiéndole sea
al procurador general de Pensilvaniao al Departamento de Justicia que se investigue mi caso para poder dar con los verdaderos responsables de esta falsa acusación”.
Indica que “considerando, que
este caso amerita de una fuerte intervención
diplomática, citando las siguientes razones: por ser yo un ciudadano dominicano, quién se encuentra injustamente
encarcelado en territorio extranjero, por la magnitud de los cargos, por las
fuertes evidencias que poseo, las cuales me llevan y me mantienen en la
República Dominicana, para la fecha del 23 de julio, 1991, fecha en que el
crimen fui cometido, según las autoridades Americanas”.
Precisa que “la injusticia ya
comienza a funcionar. En mi caso la ruleta de la injusticia comenzó a dar
vueltas hace 23 años.
Relata que “el 23 de marzo,
1994, fui detenido por el Departamento de Migración y Naturalización cuando
regresaba a los Estados Unidos desde la Republica Dominicana”.
Sostiene que “aunque los
archivos (records) demostraban que yo salí de los Estados Unidos y llegué a Republica
Dominicana el día 13 de julio, 1991, en la línea Americana, (American Airlines)
y que no regresé hasta el día 23 de marzo, 1994 (fecha en que fui arrestado),
se me implantaron cargos de dos asesinatos que ocurrieran en la cuidad de
Filadelfia en fecha del 23 de julio, 1991”. Explica que “las violaciones a mis
derechos comenzaran a ser violadas en el aeropuerto, motivado por la necesidad
de obtener una convicción a toda costa, el fiscal y la policía adoctrinaron y
fabricaron los testigos para declarar que fui yo quien cometió este horrendo
crimen. Dos testigos testificaron en mi contra en corte. Estos dos testigos al
momento de dar sus primeras declaraciones, eran prófugos de la justicia, con
múltiples convicciones y muchas contradicciones”.
Reynoso manifiesta que “la
testigo estrella inicialmente ya había identificado a otra persona como el asesino
y después de ser presionada por la policía dijo que fui yo, de igual manera pasó
con el segundo testigo, pues este, no pudo identificarme en corte hasta que el
fiscal me señaló”.
Dijo que la testigo estrella
admitió que estaba bajo los efectos de cocaína fumada (crack cocaine) cuando
las dos personas fueron baleadas de muerte. El primero de noviembre del 2010 la
testigo estrella se retractó de su testimonio inicial “dejándole saber a mi
abogado quién es el verdadero responsable, también le dejó saber que
inicialmente le dijo a la policía el nombre del verdadero asesino y que ellos
le hicieron caso omiso y en cambio la obligaron a que me acusara”.
Expone que influenciado por
toda la propaganda de historias criminales auspiciadas por la prensa de la
cuidad de Filadelfia, el jurado lo declaró culpable.
“Por ser ustedes quienes
tienen el deber y todos los derechos para remover y representar cualquier evidencia que venga de nuestro
país, en territorio extranjero”.
Dice que “considerando que
esta sería la manera en la cual podríamos obtener un semblante de justicia, de
la misma forma dar con el fuerte conflicto, que hay entre cada una de las
personas que han tenido que ver con la fabricación de mi caso”.
Se despide invocando esta
plegaria “que nuestro Señor todo poderoso y la Virgen de la Altagracia les
toque sus corazones para que puedan proveerme la ayuda necesaria con la cual yo
pueda obtener un juicio nuevo”.
PIE DE FOTO
NUEVA YORK._ El dominicano
Pedro J. Reynoso, condenado hace 23 años a dos cadenas perpetuas en
Pensilvania, manteniendo su inocencia, pide la intervención diplomática del
gobierno dominicano. (Foto suministrada)
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