Por Darwin Feliz Matos
En la arena política dominicana, donde la
confianza ciudadana en las instituciones suele ser un terreno frágil, emergen
figuras que devuelven la esperanza de que el servicio público puede ejercerse
con ética, compromiso y resultados tangibles. Uno de esos nombres es el del
ingeniero Adolfo Pérez de León, recientemente designado por el presidente Luis
Abinader como director del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil
(Inabie).
Su nombramiento no es fruto de la
casualidad ni de la coyuntura. Se trata de una decisión que responde a la
lógica de la eficiencia demostrada, a la trayectoria intachable y al sello de
transparencia que ha acompañado cada etapa de su ejercicio público. No hablamos
aquí de halagos gratuitos, sino de la constatación de hechos que han marcado la
diferencia en instituciones sensibles para la vida nacional.
El sello de Promese/Cal
Durante su paso por el Programa de
Medicamentos Esenciales y Central de Apoyo Logístico (Promese/Cal), Pérez de
León dejó claro que la administración pública puede ser sinónimo de eficiencia
cuando se combina la disciplina con el compromiso social. Las Farmacias del
Pueblo se fortalecieron como nunca antes, logrando no solo ampliar su cobertura
a lo largo y ancho del país, sino también garantizar acceso digno y oportuno a
medicamentos a miles de dominicanos, en especial a los más vulnerables.
En un contexto donde la gestión de
presupuestos millonarios y procesos de licitación suele ser terreno fértil para
la suspicacia, el nombre de Adolfo Pérez jamás se asoció a irregularidades ni a
sombras de corrupción. Ese solo dato basta para comprender por qué su figura
despierta confianza y por qué su estilo de gestión ha sido recibido con
entusiasmo en cada nuevo reto que asume.
Un funcionario que trabaja con las luces
encendidas
Quienes le conocen destacan su disciplina
férrea y su hábito de jornadas prolongadas, no como un gesto de sacrificio
vano, sino como garantía de control, seguimiento y resultados. Pérez es de los
que entiende que el Estado no admite improvisaciones, y que cada decisión tiene
un impacto directo en la vida de miles de familias. Esa visión lo convierte en
un activo invaluable en tiempos donde la población exige transparencia y
eficiencia en cada centavo invertido.
El desafío de Inabie
El nuevo rol de Adolfo Pérez de León en
Inabie representa mucho más que un nombramiento administrativo: es una apuesta
al futuro de la niñez y la adolescencia dominicana. Asegurar desayunos
escolares nutritivos, uniformes de calidad y calzados adecuados para nuestros
estudiantes es una tarea que demanda más que técnica; exige sensibilidad social
y capacidad gerencial a partes iguales.
Con Pérez de León al frente, la población
puede confiar en que ese delicado engranaje funcionará con la misma seriedad
con la que antes se gestionaron las farmacias comunitarias y el acceso a
medicamentos. No se trata únicamente de números o balances, sino de bienestar
directo para cientos de miles de niños y adolescentes que constituyen el
presente y el porvenir del país.
Un acierto presidencial
La designación de Adolfo Pérez al frente
de Inabie es, sin duda, un acierto político y administrativo del presidente
Luis Abinader. Su nombramiento no solo envía un mensaje de confianza en la
capacidad y la integridad de un funcionario probado, sino que también transmite
tranquilidad a la ciudadanía: el futuro inmediato de la asistencia estudiantil
está en buenas manos.
En tiempos de escepticismo, la figura de
Adolfo Pérez encarna lo que debería ser el norte de todo servidor público:
trabajar con eficiencia, transparencia y sensibilidad social. Su historia
personal y su hoja de servicios lo confirman. Hoy, más que nunca, el país
necesita funcionarios como él: comprometidos con la gente y alejados de
intereses mezquinos.
El optimismo con el que ha sido recibido
este nombramiento no es casualidad; es la consecuencia natural de una gestión
pública coherente y ejemplar. Y si el pasado reciente sirve de guía, los niños,
niñas y adolescentes de la República Dominicana pueden sentirse confiados: en
Inabie tienen a un aliado que no descansará hasta garantizar su bienestar.
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