Paz y
seguridad de los dominicanos están garantizadas
Dice
su comparecencia esta semana ante la Asamblea General de la ONU es de gran
importancia porque el problema de Haití ya no está en Haití, sino en manos de
la comunidad internacional.
Santo Domingo.- El presidente Luis
Abinader aseguró este domingo que la situación actual en la frontera está
controlada y que no existe ninguna amenaza para el desarrollo de las
actividades cotidianas de la población dominicana, en todo el país.
“La situación en la frontera está
controlada. La población puede estar tranquila, porque no existe ninguna
amenaza para el desarrollo de sus actividades cotidianas en todo el país. La
paz y la seguridad en la República Dominicana están garantizadas”, aseguró el
mandatario.
Al dirigir un mensaje a la nación
transmitido en cadena nacional de radio, televisión y por las redes sociales de
la Presidencia de la República, Abinader planteó tres preguntas sobre la
situación actual en la frontera con Haití: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?,
¿Por qué hemos tomado medidas?, y ¿Por qué es importante mi viaje a la Asamblea
General de las Naciones Unidas de esta semana?
Sobre la primera pregunta, el mandatario
respondió que en agosto de 2018, ciudadanos haitianos iniciaron la construcción
unilateral de un sistema de riego, abastecido por las aguas del río Masacre,
con el doble objetivo de irrigar grandes plantaciones y vender el agua a
pequeños productores.
Agregó que la construcción inconsulta e
ilegal del canal se aceleró a partir del mes de abril del 2021 y en el mes de
mayo de ese mismo año, en una reunión de la Comisión Mixta Bilateral, exigió a
través de la Cancillería la inmediata paralización de la construcción
unilateral del canal. La desaparición trágica del presidente Jovenel Moïse
provocó la paralización del proyecto; pero desde hace unas semanas se reinició
la construcción ilegal promovida por los mismos agentes provocadores de
siempre.
Sobre las medidas que ha tomado el
Gobierno, sostuvo que buscan garantizar la seguridad y el interés nacional, así
como proteger los ríos, medio ambiente y producción agrícola de la República
Dominicana.
Además, agregó, para impedir que sequen
nuestros ríos, que talen nuestros bosques o extingan nuestra fauna. El
precedente de una obra de riego construida de manera unilateral puede conducir
a una escalada de construcciones que acabarían con el río.
“Ante esta grave situación, que traspasa
los propios límites del país vecino, llegando a afectar de forma directa a
nuestros intereses y nuestros legítimos derechos, hemos entendido la necesidad
de dar una respuesta contundente en legítima defensa contra los grupos
incontrolables que no obedecen al orden constitucional haitiano ni reconocen
los acuerdos bilaterales que rigen las relaciones fronterizas entre ambas
naciones”, aseveró Abinader.
En relación con su viaje está semana
para participar en la Asamblea General de la ONU, el presidente Abinader
destacó en su alocución que el Gobierno dominicano tiene la tarea permanente de
seguir sensibilizando a la comunidad internacional para que para que vaya en
auxilio de Haití. “Por eso es importante mi viaje de esta semana, porque la
solución definitiva está allá y no aquí. El problema de Haití ya no está en
Haití, está en manos de la comunidad internacional”, insistió Abinader.
El gobernante recordó que en su primera
comparecencia ante la Asamblea General de la ONU en septiembre del 2021 se
refirió a la situación de Haití y dijo que lo repetirá ahora en su próxima
intervención haciendo énfasis en que no hay solución dominicana al problema
haitiano.
Insistió en que a la República
Dominicana no se le puede pedir más de lo que hace por el vecino país.
“Seguiremos siendo solidarios, pero sin olvidar que nuestra principal
responsabilidad es defender los intereses del pueblo dominicano. Así lo hemos
hecho siempre, así lo estamos haciendo, y tengan por seguro que así lo
seguiremos haciendo”, puntualizó Abinader.
El jefe de Estado, enfatizó que la
República Dominicana puede disponer de las acciones necesarias que garanticen
los derechos de la nación en el amparo de las leyes y en línea con los acuerdos
internacionales suscritos en materia fronteriza.
Manifestó que para defender el derecho
que tiene la Republica Dominicana se tomaron una serie de medidas como muestra
de la firme decisión de impedir que se continúe la construcción del canal sobre
el río Masacre del lado de Haití.
“Como muestra de la firme decisión de
impedirlo suspendimos la entrega de visados; prohibimos la entrada al país de
los promotores del proyecto; cerramos la frontera terrestre, aérea y marítima;
instruimos reactivar la toma de agua de la Vigía; ordenamos la construcción de
la presa de don Miguel; y reforzamos la presencia militar en toda la frontera.
Las medidas estarán en vigor hasta tanto consigamos la paralización definitiva
del canal en construcción”, explicó el mandatario.
Precisó que no se trata de un conflicto
entre los dos pueblos, tras considerar que a lo que se enfrentan ambas naciones
es a los incontrolables que mantienen la inseguridad en Haití y que por sus
intereses particulares, ahora conspiran también contra la estabilidad de su
gobierno y la seguridad de nuestros recursos hídricos.
“Lo que han demostrado nuestros pueblos
es el deseo de vivir en paz. No deseamos ni buscamos una confrontación, pero sí
estamos enfrentando a los incontrolables que mantienen la inseguridad en Haití
y que por sus intereses particulares ahora conspiran también contra la
estabilidad de su gobierno y la seguridad de nuestros recursos hídricos”,
enfatizó Abinader.
Abinader advirtió que, si hay
incontrolables en Haití, no serán incontrolables para los intereses del
gobierno dominicano.
Dijo que el pueblo haitiano está
sufriendo las consecuencias de la inestabilidad y la inseguridad generada por
grupos insurgentes que han tomado el control de gran parte del país,
desconociendo así la legalidad de su Gobierno y provocando una grave crisis
institucional que mantiene a su pueblo sumido en una terrible situación
política y económica, que entendemos que ya al nivel en el que se encuentra
solo podrá ser resuelta con la ayuda de la comunidad internacional.
A continuación el discurso íntegro del
presidente Abinader sobre cierre de la frontera con Haití:
Pueblo Dominicano,
Como saben, el pasado jueves tomé la
decisión de decretar el cierre de la frontera entre República Dominicana y
Haití después de haberse agotado el plazo de 72 horas dado a quienes, de manera
ilegal y en franca violación de los tratados fronterizos entre ambos países, no
atendieron nuestros legítimos reclamos de parar de forma inmediata la
construcción de un canal para desviar las aguas del río Masacre.
Cumpliendo siempre con el compromiso de
mantener una rendición de cuentas permanente ante los ciudadanos quiero hoy
responder de manera breve y sencilla tres preguntas sobre la situación actual
en la frontera con Haití:
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿Por
qué hemos tomado medidas?, y ¿Por qué es importante mi viaje a la Asamblea
General de las Naciones Unidas de esta semana?
Pero antes de responder estas preguntas
es necesario conocer que el río Masacre o Dajabón nace en Loma de Cabrera y de
sus 55 km, 9 forman parte de la frontera y solo 2 km entran en territorio
haitiano, para desembocar en la Bahía de Manzanillo, en Montecristi. Es en ese
pequeño tramo haitiano donde están haciendo la toma. Y es bueno recordar que El
88% de su caudal fluye por nuestro territorio.
Para nosotros este río tiene una importancia
doble: como fuente hídrica para la producción agropecuaria y como límite
fronterizo norte de nuestro territorio.
Entonces, ¿Cómo hemos llegado hasta
aquí? En agosto de 2018, ciudadanos haitianos iniciaron la construcción
unilateral de un sistema de riego, abastecido por las aguas del río Masacre,
con el doble objetivo de irrigar grandes plantaciones y vender el agua a
pequeños productores.
La construcción inconsulta e ilegal del
canal se aceleró a partir del mes de abril del 2021. En el mes de mayo de ese
mismo año, en una reunión de la Comisión Mixta Bilateral, exigimos a través de
la Cancillería la inmediata paralización de la construcción unilateral del
canal. La desaparición trágica del presidente Jovenel Moïse provocó la
paralización del proyecto; pero desde hace unas semanas se reinició la
construcción ilegal promovida por los mismos agentes provocadores de siempre.
Si hay incontrolables en Haití, les
aseguro que no serán incontrolables para los intereses del gobierno dominicano.
El pueblo haitiano está sufriendo las
consecuencias de la inestabilidad y la inseguridad generada por grupos
insurgentes que han tomado el control de gran parte del país, desconociendo así
la legalidad de su Gobierno y provocando una grave crisis institucional que
mantiene a su pueblo sumido en una terrible situación política y económica, que
entendemos que ya al nivel en el que se encuentra solo podrá ser resuelta con
la ayuda de la comunidad internacional.
Ante esta grave situación, que traspasa
los propios límites del país vecino, llegando a afectar de forma directa a
nuestros intereses y nuestros legítimos derechos, hemos entendido la necesidad
de dar una respuesta contundente en legítima defensa contra los grupos
incontrolables que no obedecen al orden constitucional haitiano ni reconocen
los acuerdos bilaterales que rigen las relaciones fronterizas entre ambas
naciones.
La Constitución de la República
Dominicana que he jurado cumplir y hacer cumplir consagra la inviolabilidad de
nuestro territorio y obliga a regular el uso sostenible y la protección de los
ríos fronterizos respetando los principios contenidos en el Tratado de Paz,
Amistad y Arbitraje de 1929 y el Protocolo de Revisión de 1936. Este tratado
indica en su artículo 10 lo siguiente: En razón de que ríos y otros cursos de
agua nacen en el territorio de un Estado y corren por el territorio de otro o
sirven de límites entre los dos Estados, ambas partes contratantes se
comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la
corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas.
Precisamente eso es lo que están
haciendo algunos particulares haitianos.
¿Por qué hemos tomado medidas? Para
impedir que sequen nuestros ríos, que talen nuestros bosques o extingan nuestra
fauna. El precedente de una obra de riego construida de manera unilateral puede
conducir a una escalada de construcciones que acabarían con el río.
La construcción del canal ilegal podría
afectar el caudal del río en la zona baja, perjudicando unas 14 mil tareas de
terreno cultivable en territorio dominicano y unas 10 mil tareas en territorio
haitiano que benefician a 266 agricultores dominicanos y 125 agricultores
haitianos de un lado y otro de la frontera. También podría causar un daño
ecológico al vital ecosistema lacustre de agua dulce de Laguna Saladilla, uno
de los humedales más importantes en República Dominicana.
Haití y su falta de planificación han
hecho que en la práctica totalidad de su territorio se destrocen sus
ecosistemas y mal gestionen sus recursos naturales. Y de esta situación se
derivan acciones como esta, desordenadas y sin planificación sobre el rio
masacre.
La República Dominicana tiene derecho a
disponer las acciones necesarias que garanticen nuestros derechos, al amparo de
nuestras leyes y en línea con los acuerdos internacionales suscritos en materia
fronteriza.
Nuestro objetivo es garantizar la
seguridad y el interés nacional, así como proteger nuestros ríos, medio
ambiente y producción agrícola.
Como muestra de nuestra firme decisión
de impedirlo suspendimos la entrega de visados; prohibimos la entrada al país
de los promotores del proyecto; cerramos la frontera terrestre, aérea y
marítima; instruimos reactivar la toma de agua de la Vigía; ordenamos la
construcción de la presa de don Miguel; y reforzamos la presencia militar en
toda la frontera. Las medidas estarán en vigor hasta tanto consigamos la
paralización definitiva del canal en construcción.
Y esto no se trata de un conflicto entre
dos pueblos, porque ni el dominicano ni el pueblo haitiano queremos la
confrontación; lo que han demostrado nuestros pueblos es el deseo de vivir en
paz. No deseamos ni buscamos una confrontación, pero sí estamos enfrentando a
los incontrolables que mantienen la inseguridad en Haití y que por sus
intereses particulares ahora conspiran también contra la estabilidad de su
gobierno y la seguridad de nuestros recursos hídricos.
La situación en nuestra frontera está
controlada. La población puede estar tranquila, porque no existe ninguna
amenaza para el desarrollo de sus actividades cotidianas en todo el país. La
paz y la seguridad en la República Dominicana están garantizadas.
Pero debemos recordar que además de esta
situación coyuntural también tenemos una tarea permanente: sensibilizar a la
comunidad internacional para que vaya en auxilio de Haití. Por eso es
importante mi viaje de esta semana, porque la solución definitiva está allá y
no aquí. El problema de Haití ya no está en Haití, está en manos de la
comunidad internacional.
Lo estoy diciendo desde mi primera
comparecencia ante la Asamblea General de la ONU en septiembre del 2021 y lo
repetiré ahora en mi próxima intervención: no hay solución dominicana al
problema haitiano.
A nosotros no se nos puede pedir más de
lo que hacemos.
Seguiremos siendo solidarios, pero sin
olvidar que nuestra principal responsabilidad es defender los intereses del
pueblo dominicano.
Así lo hemos hecho siempre, así lo
estamos haciendo, y tengan por seguro que así lo seguiremos haciendo.
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