Marcha Verde en Nueva York
Enero 28, 2018
En este Enero del 2018 estamos celebrando el primer aniversario del momento en
que la indignación de los dominicanos y dominicanas dejó los aposentos y salió
a las calles, para expresar el malestar y el repudio que merecen la corrupción
y la impunidad del gobierno dominicano, a través de la Marcha Verde.
Entre esos dominicanos hastiados de los robos de un grupo
de delincuentes al frente de la administración pública, estamos nosotros, los
dominicanos y dominicanas exiliados por un sistema excluyente, corrupto y
criminal, que tiene su más cruel y depravada versión en el gobierno de Danilo
Medina, que como nunca antes, nos está robando el derecho a vivir en nuestra
patria amada y que también le esta robando a los dominicanos que viven dentro
de República Dominicana su derecho a vivir en un Estado de orden, con progreso,
bienestar, justicia y libertad.
El gobierno corrupto y criminal que preside Danilo Medina
no solo nos resta las reivindicaciones que a través de los años el pueblo ha
conseguido con el sacrificio de sus mejores hombres y mujeres; sino que resulta
muy beneficiado con los inmensos aportes que nosotros hacemos con las
remesas que enviamos a nuestro país y que superan los 5 mil millones de dólares
al año, lo que representa un 7 por ciento del producto bruto interno.
Nosotros, los dominicanos y dominicanas que vivimos fuera
de nuestro país, no solo estamos obligados a trabajar para sacar adelante y
mantener nuestras familias en el extranjero, sino que también cargamos sobre
nuestros hombros, una parte muy considerable de los problemas de
República Dominicana.
Nosotros, con nuestras inversiones y auxilios, con la
construcción de viviendas y negocios, con los envíos de recursos,
aportamos a la economía, al bienestar, a la supervivencia, a la esperanza
de salud, a la alimentación y al desarrollo de la República Dominicana y
ayudamos solidariamente a millones de dominicanos que viven con muchas
limitaciones, incluyendo a la parte de la población que agoniza en condiciones
infrahumanas, mientras un partido político depreda los bienes públicos y una
cúpula de funcionarios ladrones acumula fortunas descomunales.
Ahora, los dominicanos de la diáspora también estamos
aportando al despertar del pueblo dominicano, levantando la voz y exigiendo una
administración pública transparente, con políticas sociales y económicas
equitativas y por un sistema de justicia depurado y funcional.
La República Dominicana sufre un sistema partidista
clientelar y corrupto, con un modelo económico excluyente, con autoridades
incapaces, negligentes y ladronas y esto tiene su más nefasta representación en
el gobierno del PLD, que ha desinstitucionalizado al Estado Dominicano,
socavando nuestros derechos.
Esta situación ha hastiado al pueblo y lo ha motivado a
que denuncie y repudie la corrupción generalizada y la impunidad absoluta, tal
como ha hecho en las calles del territorio nacional y en las de distintas ciudades
del Mundo donde vivimos los dominicanos a quienes nos importa y nos duele
nuestro país.
Hoy, 28 de enero del 2018, el hermoso, diverso y
prometedor movimiento ciudadano que parió la Marcha Verde en enero del 2017,
continúa RECLAMANDO un Poder Judicial
independiente, que investigue los casos de corrupción como los de Odebrecht,
los aviones Súper Tucanos, las tierras de CORDE, el CEA, Los Tres Brazos, así
como los casos del OISOE, LA OMSA Y el ilegal proceso de concepción y
sobrevaluación de las plantas de carbón de Punta Catalina, en Baní.
La ausencia de un poder judicial independiente y eficaz,
nos obliga a seguir en las calles denunciando y repudiando la corrupción y la
impunidad y exigiendo el enjuiciamiento y la cárcel para políticos,
funcionarios y empresarios corruptos, sin importar la bandería partidaria de
los transgresores.
También DEMANDAMOS la recuperación de los bienes mal
habidos y sustraídos por funcionarios corruptos, para invertirlos en ayudar a
saldar la larga y dolorosa deuda social, contraída por el Estado contra el
humilde y trabajador pueblo dominicano.
RECLAMAMOS respeto absoluto por el medio ambiente, que es
lo mismo que reclamar el respeto de todos los seres vivientes, empezando por
los seres humanos y por la conservación de los recursos que son indispensables
para garantizar esa existencia, como el agua. Por eso EXIGIMOS declarar a Loma
Miranda Parque Nacional y que se ANULE el contrato de explotación de Loma
Romero, en San Juan, otorgado a la multinacional Gold Quest, por la mafia
morada en el gobierno.
RECLAMAMOS revisar todas las concesiones mineras
otorgadas por el Estado, tanto por su agresión al medioambiente, como por los
altos niveles de corrupción con que se han concedido y manejado. Al hacer este
reclamo, está en nuestros corazones la tragedia humana y los sufrimientos
que ha significado la Barrick Gold para el pueblo de Cotui, tragedia que
como maldición tiene que perseguir a Leonel Fernández del Partido de la
Liberación Dominicana y a todos los congresistas que avalaron la transición sin
siquiera haber leído el contrato.
CONDENAMOS el abandono de la frontera dominicana, dejando
espacio libre al tráfico de droga, armas y al tráfico de seres humanos, un
crimen de lesa humanidad y CONDENAMOS la apatía en las aplicaciones de nuestras
leyes Soberanas, con esto transfiriendo sobre nosotros la carga de la
manutención de un sistema corrupto, que se aprovecha de nuestra Buena Fe y de
la miseria del pueblo vecino.
Esa corrupción voraz se lleva los fondos para
Seguridad y programas sociales, lo cual nos deja desnudos ante la
violencia y delincuencia en las calles que se roban las vidas de ciudadanos/as
valiosos.... ¡Y esa violencia y carencia de educación mata a nuestras mujeres y
madres en sus hogares!
Para quienes, en el país y en el exterior, nos hemos
manifestados bajo la orientación de Marcha Verde, resulta hoy insuficiente
seguir denunciando la corrupción y la impunidad, ya que la corrupción y
la impunidad tienen una larga lista de nombres y esa lista comienza con el
nombre del actual Presidente, el Señor Danilo Medina.
Por eso, DEMANDAMOS la celebración de un juicio político contra Danilo Medina,
por su silencio cómplice frente a múltiples casos de corrupción como los aquí
mencionados y para que responda por el entramado de corrupción montado y puesto
en operación por Odebrecht, bajo la orientación de Joao Santana, desde el
Palacio mismo de la Presidencia dominicana. De manera particular hay que
investigar los estrechos lazos de Medina con la aprobación del contrato de
Punta Catalina, y más cuando existe la presunción de que parte del dinero de su
reelección provino de esta dolosa transacción económica. Para avanzar en este
aspecto prometemos denunciar prontamente ante la ONU, la OEA y otras
organizaciones internacionales las violaciones incurridas a las leyes
internacionales anti corrupción por parte del gobierno de Danilo Medina.
Los Dominicanos de la diáspora también CONDENAMOS el
exagerado número de funcionarios con que cuentan nuestras embajadas y
consulados, lo cual no es otra cosa que una forma de corrupción velada dirigida
al pago de favores políticos.
Este entramado de corrupción es lo que lleva al Estado
dominicano a malgastar más de 25 millones de pesos mensuales en sueldos para
298 vicecónsules desparramados por todos los continentes y parte de ellos que
no conoce, ni conocerá los países donde han sido designados.
Ese botellero morado, o de cualquier otro color político,
también tiene que acabarse, porque su alto costo sale precisamente de los
bolsillos de nuestra comunidad, que se ve obligada al pago de elevados
servicios consulares y uno de los pasaportes más caros del mundo.
En esta acción, que toma curso cuando se celebra un nuevo
aniversario del nacimiento del más ilustre y excelso dominicano, Juan Pablo
Duarte, reafirmamos que por el amor que tenemos a nuestra Patria es que
REPUDIAMOS a los corruptos y RECLAMAMOS que sean sometidos a la justicia y se
recupere el patrimonio robado.
Porque amamos nuestra Patria proclamamos nuestra decisión
de seguir peleando por acabar con el sistema político que hace posible el
proceder indecente e indecoroso de gobernantes que deben de tener como destino
final la cárcel y la condena moral de toda la sociedad.
Y bajo el nombre y el espíritu rebelde de Juan Pablo
Duarte, cerramos esta actividad proclamando al mundo, tal y como lo hizo el
Patricio, que “mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los
buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.
FIN LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD
VIVA JUAN PABLO DUARTE
VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA
1/28/2018
New York