Por
Pablo Vicente
Según
el Latinobarómetro una prestigiosa encuesta regional en la que se analiza
18 países latinoamericanos y en la que se aplicaron 20.200 entrevistas cara a
cara entre el 22 de junio y el 28 de agosto 2017, se destaca que el apoyo a la
democracia ha vuelto a caer pese a la mejoría en el plano económico, es decir se ha reducido la confianza de
loslatinoamericanos en la democracia, pero ha aumentado el apoyo a la economía.
A
pesar de que la democracia no es perfecta es preferible a cualquier tipo de
gobierno y la encuesta así los confirma. La democracia se fortalece con más
democracia.
La
mayoría de los latinoamericanos creen que la democracia es el mejor sistema de
gobierno, pero muestra una alta insatisfacción sobre su funcionamiento actual y
desaprueba la gestión de los gobiernos de la región, según los resultados del
Latinobarómetro 2017, de lo que se trata es de que la democracia no es solo ir
a la urna cada dos o cuatro años, la democracia es muchos más que eso, por eso
el bajo nivel de satisfacción que refleja la encuesta en cuestión.
Tan
solo un 5 % de los encuestados considera que en su país hay “democracia plena”
y sólo un tercio se mostró satisfecho con el funcionamiento de la democracia,
en tanto que un 75 % considera que su nación está gobernada por unos cuantos
grupos poderosos en beneficio propio, este dato no es nuevo, ya otros estudiosasí
lo confirman, 17 de los 18 países encuestados por Latinobarómetro, más del
50% de la ciudadanía piensa de esta forma, por lo que es necesario un llamado
de atención a la democracia de la región y a las forma de represión y gestión
del interés público, mientras unos pocos permanecen alegres, sumamente
contentos con la vigente democracia, la mayoría de nuestro pueblo se mantiene aislado
y la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor.
Por
otro lado, el estudio revela un alto nivel de desconfianza en las
instituciones. La confianza muestra en 2017 un retroceso en todos los casos,
aunque llega a extremos de apenas el 15 % en el caso de los partidos políticos,
mientras que el mayor nivel de confianza es para la Iglesia (65 %). Los
partidos político, como casi siempre están en sus niveles más bajos, no existe
una vinculación entre partido y sociedad, el único hilo conductor es el
electoral sobre todo en proceso de campaña política, donde al ciudadano en la
mayoría de los casos se le usa para desarrollar actividades políticas y una vez
en la toma del poder se desvinculan de lo que es el partido y la sociedad, por
eso no es casual el nivel de desconfianza que existe por el actual sistema de
partido lo que tiene que ser objeto de análisis por la clase política actual.
En
cuanto a la economía, los resultados son dispares: un 54 % afirma que su
ingreso le alcanza para cubrir sus necesidades, un 24 % admite que no tiene
suficiente comida para alimentarse, un 41 % está preocupado ante la posibilidad
de quedar desempleado y sólo un 25 % considera que su país está progresando
económicamente. Pese a todo esto, un 47 % confía en que la situación económica
de su familia mejorará en 2018.
La crisis económica, los escándalos de corrupción y la
insatisfacción con los servicios públicos están causando estragos en la opinión
que los latinoamericanos tienen de la democracia, un régimen que se ha
consolidado prácticamente en toda la región pero cuyo ejercicio no acaba de
satisfacer a los ciudadanos.
Sólo en tres países están satisfechos con su democracia: Uruguay (57%),
Nicaragua (52%) y Ecuador (51%). Argentina se
encuentra quinta después de Costa Rica, con un 38%. Pero “vistos en conjunto,
los indicadores revelan el deterioro sistemático y creciente de la democracia
de la región. Los gobiernos sufren la misma suerte, cada año los
latinoamericanos los aprueban menos. Lo que hoy es el promedio antes era el
mínimo. No se observan indicadores de consolidación, sino, acaso, indicadores
de des-consolidación”, advierte elLatinobarómetro 2017.
En el análisis de los datos se concluye que la sociedad ha
cambiado. “Lo que 5 años atrás era tolerable, hoy no lo es. Las personas
aspiran, sobre todo, a que haya soluciones concretas para problemas concretos,
y que se apliquen de inmediato porque no está dispuesta a esperar las
soluciones prometidas para pasado mañana”.
El Latinobarómetro analiza la situación país por país, y ahí
detecta que ningún presidente está fuerte en la región, lo que coincide con esa
caída del nivel de apoyo a la democracia y esa decepción generalizada. “Se
podría decir que ningún mandatario latinoamericano cuenta hoy con capital
político acumulado. En 2009 había 6 presidentes con sobre el 70% de aprobación
y sólo 2 con menos de un tercio. Hoy en promedio, desde 2010 la aprobación de
los gobiernos de la región ha bajado del 60% al 38%, una pérdida de 22 puntos
porcentuales.
La conclusión del estudio es que hay “una disociación entre
dos mundos, el mundo de la economía, y el mundo del poder político”. “La
economía va bien para un lado y la democracia va para otro. No hay relación
entre ellas, porque si bien hay una mitad de la población que se benefició, hay
otra que está solamente observando. Urge una vinculación tendente al
fortalecimiento democrático y al establecimiento de políticas públicas que
garanticen los derechos, sobre la base del bien común.
Pablo Vicente es Presidente
de la Fundación Justicia y Desarrollo Local FUJUDEL y de la Red Latinoamericana
Para El Desarrollo Democrático REDLADD
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