Por
Narciso Isa Conde
En política no
practico el puritanismo ni me creo inmaculado.
No me anima el odio contra adversarios y/o enemigos.
Ni le cierro la puerta al arrepentimiento de personeros
de la corrupción e impunidad.
Tampoco me niego a confluir y unirme, en el marco de una
gran diversidad, para conjurar junto a otros actores, esos y otros males que
agobian a la sociedad y provocan parte de sus penurias y privaciones. Por eso
aporto todo lo que puedo a Marcha Verde.
Pero hay quienes, para justificar que Marcha Verde pacte
una participación electoral directa o indirecta hacia el 2020 con los partidos
del llamado frente o bloque opositor, o para que se limite a ser un movimiento
social de presión “light” de cara a los comicios de 2020 (que le presente
a los políticos un conjunto de medidas para que los candidatos/as
triunfantes se comprometan a ejecutarlo, tipo pacto 4% para la
educación), nos atribuyen falsamente torpedear la unidad movidos por viejos odios,
por creernos puros y por rechazar los “arrepentimientos” de los políticos
históricamente comprometidos con la corrupción.
Rafael –Fafa- Tavera -persona a la que aprecio y le reconozco sus luchas pasadas- es uno
de los más ardientes abanderados de esa posición y de esos argumentos, a través
de la Z101.
Guillermo Moreno -de quien siempre he valorado su trayectoria de honestidad y su
progresismo dentro de los límites del sistema y en el marco de su
conservadurismo esencial-, en parecido tenor, ha sustentado una propuesta
similar y me ha acusado de “delirar” por haber insistido en el
ejercicio de la democracia de calle para echar abajo a este gobierno y esta
institucionalidad dictatorial, y abrirle cauce, en consecuencia, a una
transición que incluya proceso, poder y asamblea constituyentes.
Incluso Juan Bolívar Díaz –persona a la
que también distingo y aprecio en su justo valor-, asumiendo una onda sistémica
parecida a la de Fafa y Guillermo, está haciendo un uso inadecuado
de su condición de charlista en los conversatorios verdes, al
plantear que las personas, corrientes y movimientos sociales de izquierda que
participamos en Marcha Verde queremos imponerle a ese movimiento “lo
que no hemos podido hacer en toda nuestra existencia”.
PRECISIONES NECESARIAS.
Primero, precisar que la
necesidad del debate sobre la vía para alcanzar el fin de la impunidad y
la corrupción, y sobre la pertinencia o no de la CONSTITUYENTE POPULAR Y
SOBERANA, es una decisión adoptada por consenso en el II ECUENTRO NACIONAL
VERDE y puesta en marcha por su actual COORDINACIÓN NACIONAL alrededor de la
construcción del programa a enarbolar en este período.
Segundo, que los
partidarios de echar abajo desde las calles el sistema corrupción e
impunidad imperante (elevando para esos fines los niveles de movilización y
recurriendo a diversas modalidades de paralización de país) y de obligar a
dimitir a este gobierno antes de los comicios del 2020, no solo
somos las izquierdas políticas que responsablemente hemos sustentado esa
propuesta, sino también una gran diversidad de sectores de variados tonos
ideológicos y una parte del pueblo movilizado que simpatiza con esa visión.
Tercero, que nuestras
ideas y propuestas sobre la necesidad de la ruptura institucional y la
construcción de una Constituyente participativa, la hemos expresado con mucho
respeto, con mucha altura, sin el menor espíritu de imposición y sin recurrir a
manipulaciones; siempre procurando decisiones de consenso o de amplia mayoría y
siempre apelando a que se respete el sentir y la inteligencia popular.
·
OMISIONES PERTINENTES.
Hoy no voy -pese a las constantes agresiones verbales que
se nos hacen y pese a las sistemáticas e interesadas descalificaciones y
distorsiones sobre el quehacer político de las izquierdas en la historia
reciente del país- a entrar en detalles y análisis comparativos que ese tema
amerita. Aunque me siento con capacidad y moral para hacerlo en otros momentos
y escenarios.
Ahora dejo tranquilo en ese aspecto a quienes no
desaprovechan oportunidad para hacerse potable a ciertas derechas atacando las
izquierdas más consecuentes.
Tampoco entraré de inmediato en el examen de las
trayectorias de Fafa y de Juan Bolívar respecto al PRD, a sus
candidaturas (presidenciales, congresuales y municipales) y a sus gobiernos
implicados en el sistema de corrupción e impunidad; extensiva a sus respectivas
posturas respecto al PRM (que más que un partido nuevo es una facción mayoritaria
del PRD y de sus funestas políticas de alianza) y al mencionado bloque opositor
y sus actuales componente. Aunque no rehúyo hacerlo oportunamente, ni le niego
el derecho a cualquiera a arrepentirse oportunamente de los males que le han
ocasionado al país.
Igual no voy a tratar ahora lo que implica la persistente
participación de Guillermo Moreno y de Al País en ese “bloque
opositor”, en tanto distanciamiento de la ética política, el discurso y los
principios morales anteriormente enarbolados por ese sector; sino además
como separación de la idea cardinal de no alimentar fórmulas que conllevan
asumir corruptos preferidos y favorecer modalidades de corrupción y de hacer
política absolutamente funcionales al régimen de impunidad y a la permanencia
de la dictadura institucionalizada al servicio de mafias; posturas que incluso
ayudan al plan de reelección del PLD. Aunque estoy en disposición de debatirlo
en otro momento.
Y a esto le agrego que hasta el momento no hay señales
de “arrepentimientos” de los jefes de la oposición corrompida,
entre los que abundan aquellos siempre dispuestos a venderse al mejor postor y
a compartir privilegios, presas fáciles de la Corporación Mafiosa Morada;
incluidos dirigentes históricos del PRD-PRM que evidentemente están decididos a
favorecer al danilismo pelediano; responsables todos del lodazal político
impuesto en los últimos 50 años y de una cadena de males estructurales con
consecuencias ya insoportables.
·
IR AL FONDO DEL DEBATE.
¿Es a ese berenjenal purulento –dividido y despojado de
prestigio y de poder de convocatoria por el pueblo verde movilizado- al que
pretenden Juan Bolívar, Fafa, Guillermo y compartes que acudan los
promotores/as de Marcha Verde convertida desde arriba en eventual aliada o
comodín “programático y moral” de las candidaturas de la oposición
electoralista?
En esta oportunidad eludo las cuestiones secundarias y
prefiero centrarme en emplazar a los partidarios de esa vía tortuosa a debatir
los siguientes temas de fondo y a aportar a las siguientes definiciones:
1. Si el fin
de la impunidad puede o no lograrse a través de este escenario institucional
anti-democrático y corrompido.
2. Si estamos
o no de frente a una dictadura constitucional controlada y manipulada por una
cúpula política mafiosa y copada por mafias subalternas.
3. Si en esta
situación es válido o no pensar en un pacto con la cúpula del PLD y aliados
y las mafias en el poder para superar este régimen oprobioso, o si por el
contrario hay que escoger otra vía como la DEMOCRACIA DE CALLE para desplazarlo
lo antes posible.
4. Si el
actual Congreso Nacional -tan corrupto e ilegítimo como el Poder Ejecutivo, el
Electoral y el Judicial- está o no en capacidad de hacer reformas que
garanticen la independencia y honestidad de esos poderes y la realización de
unas elecciones limpias. Si para esos fines debemos optar, o por ese Congreso
convertido en Asamblea Revisora, o por forjar Poder Constituyente para producir
una ruptura institucional e instalar un gobierno provisional que convoque la
Constituyente Soberana.
5. Si procede
o no convertir el JUICIO a Danilo en una avalancha nacional que invalide su
gobierno y todo el poder constituido, creando a la vez poder constituyente; o
por el contrario es conveniente meternos en el terreno cenagoso de este sistema
electoral y sus eventuales e inciertas modificaciones, en el contexto de esta
institucionalidad viciada bajo el control del PLD y aliados, empeñados todos en
reelegirse con Danilo o con Leonel a como dé lugar.
6. En
fin, si asumimos a no con determinación el proceso constituyente y la necesidad
de la convocatoria de una CONSTITUYENTE POPULAR Y SOBERANA, que posibilite
sustituir tanto la Constitución neoliberal, racista, patriarcal y autoritaria
del 2010 como las instituciones putrefactas, incluido el sistema electoral
vigente, que conforman este poder mafioso.
Esto si obviar otros temas cruciales.
Vamos a debatir con la altura y la profundidad que tales
temas ameritan, dejando a un lado las maniobras y las trapisondas.
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