Por Pablo
Vicente
El caso de
Puerto Rico debe servirnos de reflexión, sin lugar a dudas se demuestra una vez
más que cuando se empodera una sociedad, algo pasa.
El gobernador de
Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció su renuncia a última hora del miércoles
luego de dos semanas de multitudinarias protestas por la filtración de un
polémico chat con comentarios ofensivos hacia mujeres, homosexuales y víctimas
del huracán María.
Apenas terminó
la difusión, se escuchó la algarabía y los "olé oléolé" de miles de
puertorriqueños que desde la tarde se manifestaban a las puertas de La
Fortaleza, la casa de Gobierno en San Juan. La algarabía y felicidad no eran
para menos.La sociedad había vencido, la lucha y movilización valió la pena.
Ricardo Rosselló
es un científico y político que años atrás se inició en la política presentándose
como la renovación, cambió las estructuras de poder y del estatus político de
Puerto Rico, en un par de días vio esfumada su trayectoria política y tal vez
profesional, en esta ocasión ya que ni los premios obtenidos investigando sobre
células madres podrán evitar que caiga en la larga lista negra de políticos
corruptos que traicionaron a la sociedad que lo eligió. Pero en este caso con un
atenuante muy especial de ser catalogado y recordado por la sociedad
puertorriqueña como un misógino, homofóbico y sexista que no actuó a la altura
de la circunstancia y al buen desempeño de un
gobierno.
Lo interesante
de este caso es que se demuestra que hoy las redes sociales han cambiado la
forma de comunicarnos y sobre todo de hacer política, las informaciones ya no
están en los grandes medios de comunicación, en cada hogar, en cada mano hay
una herramienta que da poder y conocimiento por lo que ya no existe un uso
exclusivo de las informaciones.
Se demuestra una
vez más que cuando a la sociedad se le da un motivo para movilizarse, algo
pasa, basta con empoderarse de una causa para que el movimiento social, aquel
que independientemente de participar en política se siente que sus derechos han
sido vulnerados por lo que se moviliza y actúa. Se destacó la capacidad de
movilización en las calles de aquellos que en su momento fueron apáticos a las
decisiones de gobierno y que en esta ocasión se empoderaron por lo que salieron
a las calles a exigir la renuncia de un presidente que había traicionado su
confianza.
El caso de Puerto
Rico nos llama a la reflexión sobre lo que compartimos y hacemos en las redes
sociales.Estamos en un mundo en donde la privacidad ha dejado de ser propiedad
privada y rápidamente se pueden filtrar informaciones que pueden ser comprometedores
y afectar significativamente nuestros accionar por lo que nos invita a hacer un
uso responsable de las redes sociales.
La reflexión que
nos deja la situación de Puerto Rico es que se requiere gobierno con un sentido
ético de la responsabilidad que tienen en sus manos, es necesario el respeto
hacia a la diversidad y la tolerancia.
Puerto Rico nos
da una lección: dame un motivo para luchar y te demostraré que algo pasa.
Pablo Vicente, Abogado y Gestor Social,
es el Presidente de la Fundación Justicia y Desarrollo Local (FUJUDEL) y de la
Red Latinoamericana para el Desarrollo Democrático (REDLADD) fujudel@gmail.com,
@pablo_vicente
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