Por Miguel Espaillat Grullón
Preliminar:
Con esta entrega doy respuesta a las decenas de personas que me han
reprochado mi militancia en el PRM. Por ejemplo, en mi anterior artículo
titulado, (El otro PRM, que no reconoce al títere Guaidó), en la sección de
opinión, alguien identificado como “emester acosta”, al respecto me escribe lo
siguiente: “Miguel Espaillat: tus artículos son excelentes. Eres la excelencia
como escritor: pragmático, realista, didáctico, orientador, profundo, lógica.
Con una línea latinoamericanista y anti-imperialista. ¿Qué más se puede pedir?
Nada. Sin embargo, me uno al coro de tus electores y amigos que no entienden el
por qué de tu militancia en el PRM”. A seguidas, me aboco a la prometida
respuesta a esa interrogante; veamos:
Los amargos resultados del experimento peledeista de Bosch, sirve de
base a mi decisión de permanecer en el PRM
1-Juan Bosch, en 1973 fundó el mal llamado PLD, porque - según él – el
PRD se había degradado de manera irreversible. 46 años después, ¿Cuáles
han sido los resultados de aquella funesta decisión?; los mismos son tan
consabidos, que no es necesario redundar sobre ese asunto, pues entiendo, que
ello sería subestimar la capacidad intelectual lector, aunque hemos de tener en
cuenta, que los jóvenes de hoy, que no vivieron ni han leído sobre ese
acontecimiento, desconocen las causas y consecuencias de aquel dislate.
2- No obstante, de ese aciago acontecimiento tengo que resaltar, que
Bosch con esa decisión, no liquidó a ese grandioso partido, sino, que lo
dividió, algo que fue desacertado, perjudicial y cruel, puesto que esa
institución política estaba metida en el corazón del pueblo, y que en aquel
momento, lo único que le faltaba a aquella gloriosa fuerza política era
maniobrar para establecer la disciplina partidaria y llevar a sus miembros a
cultivar los valores patrióticos, cívicos y morales, que deben primar en un
Partido que se llame revolucionario.
3-En resumida cuenta, con aquella infausta decisión, Bosch se
propuso destruir al PRD, que aquel tiempo, era el principal instrumento
político con que contaba el pueblo dominicano para llevar a cabo sus pendientes
reivindicaciones sociales, además, con aquel despojo a las masas, se fortaleció
al balaguerismo, a la vez que se sumió al pueblo en un mar de contradicciones,
de confusiones, desesperanza y orfandad política, que han devenido en
consecuencias fatales, de las que ya dijimos no es necesario dirimirlas por
consabidas.
4-Cuarenta y seis (46), años después, por los absurdos resultados de
aquella temeraria decisión -- inferimos -- que la misma fue un error mayúsculo
y hasta una barrabasada brutal, puesto que, si Bosch no hubiese dado aquel
paso, la historia de aquel PRD, la de los demás partidos y del país, hoy fuese
totalmente diferente. Ahora entiendo, que Bosch en vez de formar otro Partido a
costa de querer destruir al PRD, mejor debió fortalecerlo con la erradicación
de su membresía de los individuos que constituían las manzanas podridas, que
generaban las discordias.
5-En esta historia, no solo Bosch fue arrastrado a cometer el infeliz
desacierto aludido de formación de un nuevo Partido, sino que también, lo
restante del PRD, y los partidos de izquierda, le dieron con subdividirse, lo
que ha resultado fatal para el pueblo y en beneficio de los codiciosos poderes
que los explotan, marginan y abusan.
6-Hoy en día, por los negativos resultados de aquellas divisiones y
subdivisiones, y por la formación de tantos partidos de izquierda, puedo
colegir, que si en vez de darse tales fraccionamientos, todos se hubiesen
quedado dentro del PRD, nunca se hubiese dado – como se dio – el hecho de que
ese Partido quedase bajo el control de una minoría que se lo apropió, que ya
hemos tipificado como oportunista y ruin.
7- Hoy puede verse claro, que si todos se hubiesen quedado dentro del
PRD, habrían conformado una fuerza poderosa que hubiese contrarrestado y
aplastado a aquella minoría oportunista y vil que lo dañaba todo. Pero
desafortunadamente no lo hicieron así, sino, que ciegos, o deseosos de ser
“cabeza de ratón”, no lucharon para eliminar a todas aquellas fuerzas
tenebrosas que infectaban a aquel poderoso instrumento de lucha del pueblo,
entonces, sin sopesar serenamente las consecuencias de sus acciones
divisionistas, se fueron y formaron tienda aparte, con lo que dejaron a aquel
portentoso Partido en manos de los que posteriormente lo usaron para explotar
las debilidades intelectuales y de clases de aquellas bases que habían
quedado en la orfandad política y a merced de la gente siniestra que las usó,
no para realizar un “Proyecto de Nación”, sino para llevar a cabo, proyectos
personales, donde el eje maestro en todo tiempo fue, adquirir poder y dinero
robándolo. O sea, entregamos aquel Partido sin luchar, sin medir las
consecuencias, que a vista de todos, han sido fatales.
8-Ahora bien, si analizamos el corrupto y aberrante comportamiento
imperante en las instituciones religiosas, cívicas y militares, nos daremos
cuenta que las instituciones humanas (por humanas), cualesquiera que
estas sean, siempre van a ser nichos de todas las corrupciones y aberraciones
posibles que se incuban en el alma humana, por lo que estas lacras solo se
podrán conjurar, cuando las instituciones (políticas, religiosas,
militares o de cualquier otra naturaleza), estén institucionalizadas sobre la
base de principios, estatutos, normas y reglamentos innegociables en su
aplicación, para con ello frenar, fiscalizar y penalizar con imparcialidad
absoluta, las malas acciones cometidas por la inherencia canalla de la
naturaleza humana.
9-Para que esta conjuración de hecho pueda darse, es necesario que las
masas (que son la mayoría, que son el Partido), en coordinación con los
dirigentes progresistas, tomen las riendas del Partido, tal como los estamos
haciendo actualmente en el PRM, tomando en cuenta que esta institucion tienen
que estar dirigida por los mejores hombres y mujeres, que hayan sido probados
como tales por la sociedad. ¡Pero ojo!, las instituciones siempre deben
estar bajo el escrutinio y fiscalización constante, y de manera pública, para
que esa vigilancia sirva de freno a las connaturales concupiscencias humanas.
Es tan cierto este fenómeno, que muchas veces, hasta en los niños se ven, las
conductas retorcidas.
10-Estas explicaciones las doy, para que aplicándolas al campo político
se entienda, que no es verdad que lo correcto en todo tiempo y circunstancia es
renunciar de un Partido para ingresar a otro, cuando hayamos considerado que el
nuestro colapsó, y que lo hagamos argumentando, que el que dejamos es
totalmente malo, y al que ingresamos, absolutamente bueno; no puede ser así,
puesto que en todo conglomerado humano, tal como son los partidos políticos,
siempre habrán los buenos y los malos. La pureza absoluta, tal como se
vendía el PLD y muchos partidos de izquierda, jamás podrá ser posible. Ahora
bien, toda regla tiene sus excepciones, es el caso del PLD, un Partido donde su
cúpula y bases se han corrompido de tal manera, que su reivindicación es
imposible, lo que justifica en ese caso, el abandono definitivo de ese Partido
por quienes ingresaron a el creyendo, que con esa institución llevarían a cabo
un “Proyecto de Nación”.
11-Cierto, en el PRM encontramos a ciertos jerarcas de la cúpula y de la
base que están en la política para buscárselas, pero esos solo constituyen un
grupo ínfimo, puesto que en mayoría, las masas del PRM están constituidas por
personas decentes, que han llegado a la tercera edad sin envilecerse, que
tienen los mejores sentimientos para con su patria, que han entregado los
mejores años de sus vidas a la lucha por un mejor país. Por el contrario,
algo muy diferente sucede con el PLD, donde todos han degenerado hasta el grado
envilecimiento irreversible.
12-Dado ese fenómeno, el PLD es irrecuperable; al contrario, el PRM para
mantenerlo sano solo hay que hacer una labor de purga, y aplastamiento sin
contemplaciones de todos aquellos individuos y grupos canallas que existen
soterradamente en toda institución humana, cosa que se hará paulatinamente, en
la medida que las circunstancias lo permitan, con todos aquellos individuos que
sabemos, son unos negociantes de la política y reaccionarios de tomo y
lomo. Pese a todo, en el PRM, el grueso de su masa es revolucionaria, y
dado su pluralidad ideológica, hay críticas, disidencia y fiscalización, yo,
con mis artículos contestarios, soy una muestra de esa realidad. Pero sucede,
que al contrario, en el PLD las profilaxis son imposibles, lo mismo que la
disidencia, puesto que en ese Partido la cúpula y la bases se han corrompido
igualmente en su totalidad. Ellos en su degeneración, han abandonado el
boschismo, para sustituirlo por el balaguerismo y el vinchismo, y la honradez
por el ladrocinio.
Conclusión
Para contestar a los que cuestionan mi militancia en el PRM, la
justifico con los argumentos históricos que he externado a lo largo de esta
entrega, y con los criterios siguientes: El PRM tiene más de dos millones de
militantes con voz y voto, aunque sea a la brava (lo es un mérito). A ellos me
debo, no a la cúpula que lo dirige. No puedo abandonar a un Partido, del cual
yo soy parte pionera de su creación y precursión, y cuyas masas me necesitan
como orientador y como garantía de lucha para hacer que esta institución
política responda a sus siglas de revolucionario y moderno, es decir, lucho
para que este Partido sea la institución política diferente, que hemos
prometido que sea, entre lo que cuenta, ser la ejecutora de un “Proyecto de
Nación”. No voy a abandonar a este Partido siguiendo el ejemplo de Bosch ni de
los llamados izquierdistas dominicanos, de renunciar a un gran Partido donde
hay mucho que hacer con y por sus bases para beneficio del pueblo. Ante los
resultados de los dilates divisionistas aludidos de los que han tenido ínfulas
de puros, y ante lo que son el resto de los partidos dominicanos de hoy, si yo
accediera al disparate de irme del PRM, para ingresar a otro partido buscando
las virtudes políticas que no encuentro en el mío, entonces yo sería un tonto,
que estaría ignorando la frase que explica, que hacer lo mismo implica, esperar
los mismos resultados.
Con esta entrega espero haber contestado
satisfactoriamente la interrogante de quienes han cuestionado mi militancia en
el PRM.
Posdata:
A-Me ha llegado la noticia de que a una parte de la cúpula del PRM no le
ha gustado para nada la publicación de mi artículo: “El otro PRM, que no
reconoce al títere Guaidó”. Argumentan, que las bases han elegido a unas
autoridades, a las cuales tenemos que subordinarnos a sus disposiciones,
gústenos, o no. También invocan, que los asuntos del Partido tienen que
tratarse dentro del Partido, no afuera. Estas pretensiones la sustentan sobre
la base de unos estatutos espurios que se hiso la pandilla de Miguel Vargas
cuando eran los jefes del otrora PRD, para hacer lo que les viniera en ganas
con goce de impunidad. A esa parte de la cúpula del PRM, que así piensa,
y que se molesta con mi posición contestaria, a ellos les digo, “¡tómenlo con
calma!”, que aquí todos sabemos, del dinero que se mueve, de los trucos, y
fraudes, de los que se valen las élites que se han adueñado del país, de los
partidos políticos, del gobierno, de la justicia, del congreso, etc., para
imponer su voluntad, aun en contra de las masas o del pueblo.
B-En cuanto a que los asuntos del Partido cualesquiera que estos sean
tienen que tratarse dentro del Partido, no afuera, lo hacen coincidiendo con la
máxima de la iglesia católica de que los “trapos sucios se lavan en casa, (las
inmoralidades, como es el asunto de los miles de casos de pedofilia
protagonizados por los más encumbrados dignatarios de la iglesia), al respecto
señalo, precisamente esa tapadera permitió que miles de niños en todo el
mundo sufrieran las terribles consecuencias de esas contranaturales
conductas. Además, si estamos haciendo bien las cosas, entonces, no debe
haber ningún temor ni censura para tratar los asuntos del Partido en cualquier
escenario, y más cuando estos se han hecho públicos, tal como fue el caso de
exigirle publicamente al gobierno de Danilo, que reconociera al ilegitimo
Guaidó, como el legítimo presidente de Venezuela.
C-Por último, le recuerdo a esos censores y represores, que las
críticas, lo mismo que las acciones contestarias, son la energía de los motores
sociales que hacen evolucionar las sociedades. Si no fuera así, las
sociedades permanecieran estáticas; si no fuera así, no hubiésemos podido
rebasar las abyectas eras de terror y de explotación del hombre por el hombre,
como la esclavitud, el feudalismo y la inquisición. Y si no fuera, porque
muchos desafiaron la política secretista de la iglesia, aún esa aberración
seguiría dañando a miles de niños y jóvenes por todo el planeta. Si no
existiera el cuarto poder de la prensa denunciando los ladrocinios del PLD,
todas esas perversidades quedarían ocultas para mal del país. Permitir la
democracia interna, la crítica, la pluralidad ideológica, la disidencia, y que
el trotskismo combata al autoritarismo estalinista, son los retos que debe
afrontar un Partido que dice llamarse y ser, revolucionario y moderno.
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