Por Miguel Ángel Cid Cid
La comunidad de
países, viene debatiendo la puesta en marcha de un pacto migratorio mundial
desde hace más de dos años.Con la alianza, pretenden dignificar la relación de
los migrantes con los respectivos Gobiernos. Los que viven de la pobreza
haitiana y dominicana, son contrarios a la firma del pacto.
En efecto, un
reducido grupo que se mueve por las orillas de las élites del Poder es renuente
a que el país sea signatario del Pacto Mundial Migratorio de la ONU. Por qué,
la respuesta es simple.
La firma y
puesta en marcha del citado pacto, traería una mejora importante en la
normalización de los migrantes haitianos en República Dominicana. De esteavance,
se desprendería una reducción sustancial de “extranjeros” ilegales. Si seguimos
focalizando, veremos que, a más haitianos migrando bajo la ley, menos ingresos
para los grupúsculos arrimados a las élites.
Ahora, estos
vividores de los migrantes pobres, mismos que se conocen con el mote de
ultranacionalistas, saben vender sus ideas rancias como si fueran santas.
Por otro lado, la
genuflexión de los liberales dominicanos y haitianos facilita que los
ultraconservadores se los echen en el bolsillo. Con el pacto migratorio
mundial, ellos ganaron la batalla frente a la opinión pública.
¿Por qué hacer
una afirmación tan categórica?
Las respuestas
podrían llenar infinidad de páginas, diríamos que diarios completos.Para fines
del presente ensayo, yo me apoyaré en dos hechos recientes.
Primero, el
pasado 3 de diciembre el periódico el Caribe, en su página 2 preguntó “¿Está de acuerdo que el Gobierno firme un
Pacto Mundial Migratorio con la ONU? Sí o No”. Los resultados de la
encuesta se publicaron al día siguiente. Un 11% respondió que sí. En cambio, un
avasallante 89% dijo que no.
Segundo, el
mismo día, mismo periódico, está vez en las páginas 4 y 5, Roberto Rodríguez
Marchena, portavoz del Gobierno, declaró que el Presidente fijará posición
sobre el pacto migratorio antes de terminar el día.
Las
declaraciones de Marchena, son la evidencia clara de que los ultranacionalistas
le torcieron el pulso al Presidente Danilo Medina. Por lo pronto, el país
seguirá negado a la posibilidad de avanzar en la regularización y humanización
de los migrantes.
República
Dominicana es uno entre los pocos que rechazó el Pacto. Mientras, más de 150
países firmaron sin dilación.
En consecuencia,
resistirse a firmar el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y
Regular propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una
impertinencia. Esta actitud del gobierno dominicano, lesiona los intereses de
millones de migrantes dominicanos, haitianos, venezolanos, peruanos, etc. en
todo el mundo.
Es por ello, que
estoy de acuerdo con el muro fronterizo, sin importar si es entre México y
Estados Unidos, entre las Alemania socialista y la capitalista o entre Haití y
República Dominicana. Ahora, el muro con el que yo estoy de acuerdo, es el muro
que vio el periodista Ramón Colombo entre Ouanaminthe (Juana Méndez) y Dajabón,
el muro de Codevi.
-- Todos los días llegan a este muro unos doce
mil haitianos. Pero no lo cruzan… ni les interesa. Llegan desde antes de las
ocho de la mañana y permanecen allí hasta las cinco de la tarde, cuando,
alegres y conversadores, se van para sus casas, en Haití--, escribe Colombo
en Fogaraté.
Este muro
fronterizo lo construyen también, decenas de miles de haitianos y dominicanos a
puro trabajo y habilidades para comerciar con el mercado fronterizo. En estos
constructores del porvenir, el único interés que cuenta es el de llevar el
sustento a sus familiares.
El tesón, con
que estos constructores de muros de progreso se emplean semana tras semana, es
insuficiente para ellos amasar fortuna. Ahora, este negocio les deja al
Gobierno dominicano y a los ultranacionalistas una friolera que supera los 500
millones de dólares cada año.
Por esta razón y
muchas otras, les invito a apoyar el muro del progreso, el muro del desarrollo
fronterizo, el muro de Codevi y el muro del Mercado binacional.
Miguel Ángel Cid
Twitter: @miguelcid1
7diciembre 2018
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