Por JUAN T H
Los padres
llegaron al poder a través del Partido de la Liberación Dominicana con la
intención de no irse jamás, instaurando una muy particular e inusual dinastía
caribeña, corrompiendo mediante el soborno, la extorsión y el chantaje, a todos
los sectores económicos, políticos y
sociales, lo que les permitió adueñarse del país.
No elaboraron un
plan de desarrollo nacional a 20, 30, 40 o 50 años, diseñaron un plan meticuloso
de enriquecimiento personal, de acumulación constante hasta convertirse, en un
tiempo relampagueante, en un monstruo económico insospechado. Jamás en la historia del país ningún grupo,
ni siquiera el creado por Juan Bautista Vicini Canepa, que llegó procedente de Italia con 12 años de edad en
1860, sin “hablar ni escribir en español”, como dice el colega Esteban Rosario,
ha podido hacerlo en más de 150 años.
Los grupos
económicos familiares no lograron en 150 o 200 años, lo que muchos peledeístas
en apenas 4, 8 o 12 años; récord mundial, sin dudas. (Llegaron en chancletas)
Don Manuel
Corripio, padre de Pepín, a quien tuve el privilegio de conocer, llegó al país
en 1921 procedente de España y creó, junto a sus hijos y demás familiares, una corporación
comercial y empresarial fantástica, pero
jamás como la del consorcio PLD. (Don Manuel, un hombre de trabajo, generador
de riquezas y fuentes de empleos, murió a los 96 años en noviembre del 2004)
Los Vicini, “el
verdadero poder” económico desde los tiempos del dictador Ulises Heureaux
–Lili-, los Corripio, ni ningún otro sector, familiar o empresarial, ha podido
tener más poder que los dirigentes del PLD, sobre todo la mayoría de los
integrantes del Comité Político. Ellos
tienen el poder político y económico a través del Estado. También el control
social. Es verdad que generan más empleos que ningún otro grupo, pero en la
nómina pública, pagados con el dinero
del presupuesto nacional. Un Estado que funcionan con 250 o 300 mil personas,
tienen más de 600 mil, muchos de los cuales no trabajan.
Esos dirigentes,
enquistados en el gobierno, muchos de los cuales no estudiaron o plagiaron
títulos profesionales, han estado “preparando” a sus hijos para que los hereden
en los ministerios, la Judicatura, el Congreso y las embajadas, para
continuar la dinastía. Los hijos han estudiado y estudian en los mejores
colegios y en las más prestigiosas universidades del mundo ubicadas en España, Inglaterra, Francia, Estados Unidos,
Alemania, Italia y hasta en China. Por supuesto, becados por el Estado y con
una remesa mensual de 5, 7 y 10 mil dólares.
¡Más bueno que es así!
La “sangre
nueva” del PLD ha comenzado a ejercer sus funciones como embajadores, cónsules,
ministros, viceministros, diputados, regidores, alcaldes y pronto serán
senadores y candidatos a la presidencia de la República. El hijo del ex presidente
Leonel Fernández, asegura que primero
hay que hablar con él para llegar a su padre, ejercitándose para cuando le
toque gobernar.
La “dinastía
peledeísta” pretende durar mil años, más que la Dinastía Ming en China que dominó
el vasto territorio entre 1386 y 1644.
Para continuar
la Dinastía, Danilo Medina, Leonel y los
demás aspirantes a la presidencia de la República y otros cargos, tendrán que
ponerse de acuerdo, porque es mucho lo que está en riesgo. Sus hijos, sus
nietos y sus tataranietos, no les
perdonaran haber perdido el trono por ambiciones innecesarias.
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