POR ROLANDO ROBLES
Hará cuestión de un par de semanas, traté de dar “una miradita
política hacia El Bronx” y de paso, describir el escenario en que se
desenvuelve la comunidad dominicana que en los últimos años ha emigrado al
llamado condado de la salsa y el merengue, o sea, del “salsarengue”.
Recibí una retro alimentación que, en el fondo, contenía dos hechos
muy precisos: crítica y desafío. Crítica, por parte de ciertos amigos que nunca
admiten el sentido cambiante y dinámico del ejercicio político; y Desafío,
porque me compromete a profundizar sobre el asunto.
Ciertamente, en paralelo con el nuevo y progresista rumbo que mantiene
el condado, debe desarrollarse el liderazgo que pueda materializar el anhelo de
salir del encasillado que lo mantiene como uno de los “counties” más pobres de
la Unión y consecuentemente, dejar de ser, “la cenicienta de New York”.
El perfil de los candidatos que están destinados a conducir las
grandes transformaciones, viene definido por la capacidad de ellos para
interpretar con certeza,las aspiraciones de la gente que le dará sus votos en
las urnas. Pero, además, han de estar en posibilidad de enfrentar con éxito los
desafíos que se desprenden de esas especiales circunstancias en que el ejercicio
político los ha de colocar
Digamos que, los candidatos seleccionados, deben cumplir con la máxima
que dice: “I’m ready, willing and able", una expresión muy común en este
Bronx bilingüe y espangle, y, cuya traducción mas fiel es, “yo estoy listo,
capaz y dispuesto”. O sea, que no se trata de desear algo sino, de poder
hacerlo y aún mas, de estar en disposición de ejecutarlo.
Si tradujéramos en palabras más directas las condiciones básicas que
los dirigentes del futuro deben exhibir, yo señalara las siguientes;
Permanente espíritu de lucha
Los retos son muy especiales y sin duda, requieren de personas que
estén dispuestas a asumir todos los riesgos; en los organismos de cogobierno,
en la mesa de negociación, en el diario vivir; pero sobre todo en las calles,
cuando así lo requieran las luchas sociales por venir.
Comprensión del carácter social del ejercicio político
Nadie, absolutamente nadie, que no entienda el sentido progresista y
de profundo contenido civilista, de las demandas de la gente de El Bronx, podrá
interpretar a plenitud sus necesidades. Este condado es “como un rincón
olvidado en las plantaciones del viejo Sur” y su lucha es contra la segregación
y la desigualdad, aunque estemos en pleno siglo XXI.
Capacidad para integrar las diferentes etnias
Esta quizás, es la característica principal de todo dirigente que
aspire a ser parte del proceso de este condado, en la búsqueda de su desarrollo
y la consecución del bienestar de su población. Sentido de la Diversidad,
Apertura en la Negociación y Pluralidad Expresa, son las llaves para garantizar
el éxito del más ambicioso proyecto de empoderamiento que se ha registrado en
la historia del condado.
Asegurar lo futuro, preservando los logros del presente
No se trata de “construir sobre las ruinas” de lo ya existente. No, de
lo que se trata es de “escalonar” los beneficios logrados y hacerlos llegar a
todos los munícipes. La participación y el sacrificio de los viejos luchadores,
mas que para intentar “superarlos”, son para “emularlos” y -en el fondo- nos
sirven de “profunda y sana motivación”.
Cualquier tiempo pasado, no siempre fue mejor, ni tampoco peor
Esto es fácil de entender: “las cosas no resultan obsoletas porque
sean viejas”. Lo que sucede es que los tiempos cambian y las necesidades de hoy
son otras. Los abuelos no pasan de moda porque pierden movilidad. Ellos siempre
serán útiles, porque tienen “experiencia acumulada y está al alcance de la mano”
y porque, además, “sin su existencia y esfuerzos, jamás hubiéramos existido”.
Creo sinceramente que, estas simples observaciones no son del todo
descabelladas. Y apuesto a que nuestros jóvenes líderes, serán capaces de
observarlas.
Sólo hay que mirar hacia el Yankee Stadium, una monumental fuente de
autoestima para el pasatiempo nacional. Allí se escribió la mayor parte de la
historia del béisbol y Babe Ruth, “el bambino”, no conectó esos 711
cuadrangulares para que su record permaneciera de forma vitalicia sino, para
que otro grande, Hank Aaron, “el martillo” se estimulara y lo superara.
Como vemos, El Bronx es historia viviente en cada uno de sus rincones
y sana fuente de inspiración para sus residentes, para la ciudad y para todo el
mundo. Entenderlo, es el “home work” de sus dirigentes del futuro.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
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