Por JUAN T H
El próximo 2023
promete ser un año difícil. Sin embargo, como ocurrió durante el año de la
pandemia, 2021 y el 2022 que está finalizando, estoy seguro que saldremos
adelante, que la economía no colapsará, que seguiremos creciendo, aunque un
poco menos, que la estabilidad política, económica y social, se mantendrá,
porque el país está en buenas manos; las de un estadista como Luís Abinader
que, como he dicho otras veces, siempre certidumbre en medio de la incertidumbre.
Los organismos
internacionales alertan sobre una ralentización
de la economía mundial. Aseguran que la
dominicana, no obstante, será una de las de mayor crecimiento de la región.
La guerra de
Rusia con Ucrania, Estados Unidos y Europa se mantiene cada vez mas intensa
provocando inestabilidad en los mercados, aumento de los combustibles, los
aranceles, los fletes, etc., con sus duras consecuencias para las economías
pequeñas como la nuestra. Creo que la inflación sigue siendo el principal
problema para el gobierno que deberá continuar con su política de protección de
la agricultura para garantiza el abastecimiento de los principales productos de
la canasta familiar.
La oposición
política apuesta a un desbordamiento de la crisis, con subida de los precios de
los combustibles, el transporte,los alimentos, la inseguridad ciudadana, la delincuencia,
etc., para tratar de reducir la imagen del presidente Luís Abinader en este año
preelectoral. (Las últimas encuestas dicen que el presidente Abinader tiene
alrededor de un 70% de aprobación de su gestión y más de un 52% de intención de
votos, lo cual lo coloca en el carril del centro para obtener su Re postulación)
Abinader ha
sabido sortear las crisis que se les han presentado en poco más de dos años de gobierno. El gobierno
está como los pobres, “no sale de una”, pero, como está en buenas manos, sele
airoso, busca la forma de solucionar las cosas con acierto.
Lo hizo con la
pandemia del Covi-19, de donde la economía salió fortalecida con un crecimiento
asombroso de un 12%, único en todo el continente. El país recuperó el turismo,
las zonas francas, el empleo, la inversión tanto nacional como extranjera, las remesas,
la agricultura, etc. El gobierno recibió reconocimiento de otros países y
gobiernos, así como de la Oficina Panamericana de la Salud, entre otros. Luego
llegó la guerra con todas sus consecuencias para el mundo; los huracanes y ciclones, etc.
El país se
mantuvo, como dice la gente, “adelante-adelante” con las pilas puestas. No es
casual que el presidente Abinader goce de tanta popularidad. La gente le
reconoce capacidad de servicio, de entrega, de trabajo, honesto y transparente.
La oposición
política apuesta al fracaso, al derrumbe. Yo en cambio, apuesto al éxito, al
triunfo, a la esperanza, porque creo que el país está en buenas manos, porque
creo que Luís Abinader lo ha hecho y lo seguirá haciendo bien.
Si bien este
2023 no promete ser el mejor año, creo que, bajo la tutela del presidente
Abinader seguiremos avanzando. ¡No desesperéis, pues!
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