Por Patricia Arache
@patriciarache
Hace unos días,
la Oficina Nacional de Defensa Pública presentó un escalofriante estudio,
titulado “Informe de las condiciones de detención y de prisión 2022”, cuyo
contenido, bajo ningún concepto, debe ser pasado por alto.
Se trata de una
radiografía de triste, escandaloso y penoso resultado llevada a cabo en las
cárceles del país sobre las cuales se ha dicho desde hace tiempo, con sobrada
razón, que son “cementerios de hombres vivos”.
Prisioneros y detenidos
en República Dominicana son personas (hombres y mujeres) cuyos derechos,
incluyendo el inmarcesible a la vida, han sido conculcados, sin que parezca
preocupar a quienes tienen la responsabilidad de protegerlos.
Es un informe
pormenorizado, de 293 páginas, hecho por regiones, las autoridades de la
Defensoría Pública presentan, apoyados en fotografías y testimonios, lo que
ocurre en cada uno de los centros penitenciarios del país y describen situación
por situación.
Las estadísticas
hablan por sí solas: las cárceles acogen en su interior a 25 mil 711 internos,
cuando su capacidad es de apenas 15 mil 643, o sea, que el 64.4% de ellos se
encuentran en condiciones de hacinamiento.
Fueron enfocados
en líneas comunes y definidas para todos los centros: Dignidad personal, salud,
integridad personal-hombres; integridad personal mujeres; rehabilitación y
readaptación social de los internos; plazo razonable para el conocimiento de
los procesos. Y para cada cárcel, hay una recomendación.
Dantesca es la calificación que sugieren los
datos aportados. Observe esta ficha explicativa, como demostración del
escándalo. El estudio recomienda cerrarlo en forma definitiva. Les confieso que
este recinto no es el peor de todos.
FORTALEZA SAN
FERNANDO DE MONTECRISTI |
Fecha del
Levantamiento: 22/12/22 |
Director (a):
Jaime Rodríguez García |
Población
Penitenciaria: 259 (229 hombre/30 mujeres) |
Capacidad
máxima del centro: 25 hombres/ 10 Mujeres |
Cantidad de
Condenados: Hombres 83-Mujeres 16 |
Cantidad de
Preventivos: Hombres 146-Mujeres 14 |
Sectores
nacionales no parecen inmutarse frente a estas barbaries; al hacinamiento por
estrecheces y falta de servicios básicos; (salvo excepciones), ni por la
injusticia de permanencia en condición de preventivos de un número tan
exagerado de “internos” que en ocasiones supera, por mucho, a los que ya tienen
condena.
Tampoco dan
señales de que se ocupan o de que les interese brindar la obligada atención
médica a los enfermos de esos centros y, mucho menos, de garantizar una
adecuada alimentación.
Las competencias
de esos sectores, precisamente, están vinculadas a velar por el fortalecimiento
institucional, por el respeto a la Constitución de la República, a las leyes y
a las disposiciones generales de protección a la gente.
Quizás animados
por el dicho común de que “el preso no e´gente”, han dejado en el olvido a las
personas que, culpables o no, han caído en las brasas del infierno, que son las
cárceles dominicanas.
El tema es
viejo, claro está y hoy continúa con la misma gravedad de hace más de 30 años.
“Las
estadísticas al 31 de diciembre de 2022, señalan que en los 22 centros del
nuevo modelo y en los 19 centros de privación de libertad del modelo
tradicional hay una población interna de 25, 711, siendo su capacidad de tan
solo 15,643, lo que indica que la tasa de hacinamiento supera el 64%”.
¿A quién
exigirle solución? ¿A quién preguntarle? ¿Por qué no se ha hecho nada, a pesar
de que en algunos gobiernos se anunciaron recursos y fondos para supuestamente
hacer frente a la crisis del sistema penitenciario nacional?...
El informe
amplio y realista fue dado a conocer públicamente. Dígame usted si alguien, con
poder de decisión y facultades para adoptar iniciativas en este sentido, lo ha
referido. Ok. Gracias.
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