Por Rafael Tavárez
Es un absoluto bochorno tener que escuchar a Robert Jackson llamar
mentirosos a muchos hombres y mujeres honestos de la comunidad dominicana en
Nueva York, o sea, a todos los que pensamos que él ofendió a la comunidad
dominicana con su afirmación de que no iba a caer preso por nadie, mientras
acusaba a tres jóvenes dominicanos de una mala representación de sus
constituyentes. Lo hizo en el Programa Pura Política del Canal NY1, al cual me
referí en mi pasado artículo.
Este señor tiene la “cachaza” de llamarnos mentirosos y al mismo tiempo
pretende representarnos en el Senado Estatal. De verdad que ciertos individuos
de esta sociedad no se cansan de maravillarnos con su audacia política y
con sus recursos sediciosos para agredir a una comunidad y después presentarse
como la víctima.
El hecho de que estos jóvenes cometieran esos errores no le da derecho al
Sr. Jackson a insinuar que él va a ser un mejor representante que Marisol
Alcántara, porque estos muchachos cometieron sus errores mientras representaban
a nuestra comunidad como oficiales electos. De hecho, el debió llevarse del
consejo de la propia Marisol, quien le dijo al ser entrevistada al
respecto que “él hubiera resuelto el problema con simplemente disculparse”,
pero lamentablemente él no lo hizo. Por el contrario, de una manera torpe se
mostró sumamente petulante y nos llamó mentirosos y dijo que con respecto a los
dominicanos que cayeron en la cárcel era “un hecho real” para reafirmar que él
no estaba mintiendo. Como si nosotros fuéramos los únicos pecadores en este
mundo.
Si el Sr. Jackson de verdad aspira a representarnos, lo menos que puede
hacer es desagraviar esta comunidad con una disculpa pública, que luzca
sincera. Ciertamente, la comunidad dominicana está esperando por esa disculpa.
Es lamentable que su arrogancia y altanería no le permitan hacerlo. Lo mostró
vehementemente con palabras y acciones en la entrevista de marras. Es evidente
que en su corazón no hay espacio para mostrar respeto por nuestra comunidad, ni
en él palpitan los mejores intereses de la misma. Tampoco sabe que la humildad
y el reconocer los errores es una virtud muy valiosa en todo ser humano, sobre
todo si se es un líder político.
Con respecto a nuestros jóvenes políticos, me imagino que cometieron sus
errores por inexperiencia y que dicho sea de paso pagaron muy caro por sus
errores, no sólo con destitución sino también con prisión; y ahora están siendo
doblemente castigados con las acciones y acusaciones de Jackson. Sin embargo,
nosotros hemos presenciado al Sr. Jackson haciendo campaña junto a un individuo
que ha sido condenado dos veces por robo, y es evidente que ambos se apoyan
mutuamente, y eso a él no le molesta, ni le parece inapropiado.
Debo decirles que estos jóvenes no son los únicos que han cometido actos
reñidos con la ley. Entre los políticos de esta gran ciudad son muchos los que
han estado envueltos en escándalos mayúsculos. El error fundamental de Jackson
fue mencionar solamente los políticos que pertenecen al grupo de los que él
considera que son sus contrarios, para convenientemente hacer creer que los
demás son iguales. Todos los miembros de una comunidad no pueden ser medidos
por la misma vara. Además les aseguro que los dominicanos no somos
contrarios a los afroamericanos. De hecho el 90% de los dominicanos tienen
raíces afroamericanas. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿O dónde está el
problema con Robert Jackson?
El problema es que Jackson está agrediendo a nuestra comunidad de la misma
forma en que su comunidad ha sido agredida en el pasado. Parece que él no
comprende que los delitos y crímenes transcienden las fronteras culturales. Los
delincuentes son individuos que no tienen respeto por los cánones sociales y no
les importan los patrones de comportamiento aceptados por las comunidades
organizadas. Por lo tanto, los criminales están, lamentablemente, en todos los
grupos, sin importar su procedencia, religión, origen étnico o el color de la
piel.
Si él hubiera mencionado un dominicano, un afroamericano, un
puertorriqueño, un anglosajón y un judío, o por lo menos un político corrupto
por grupo, nadie se hubiera sentido ofendido, porque hubiera reinado la
equidad. Yo mismo pude haberle recordado algunos nombres, porque eso es del
dominio público. Y si yo pude haberle recordado, que soy un ciudadano retirado,
cómo el Sr Jackson, que es un político activo, no pudo pensar en ese momento
que estaba cometiendo un grave acto de injusticia al ser totalmente selectivo
en sus afirmaciones. Él sabe muy bien que hay muchos políticos que
representaron todos estos grupos y que dejaron de ser representativos por los
actos de corrupción que cometieron durante su estancia en posiciones de poder.
Junto a los políticos dominicanos a los que se refiere Jackson, tenemos
también a los puertorriqueños Pedro Espada Jr., Efraín González e Hiram
Monserrate. Políticos de origen europeo, como son Mike Cole, Dennys H.
Gabryszack, Alan G. Hevesi, Sam Hoyt, Micah Z. Kellner, Carl Kruger, Vincent L.
Leibell, Thomas W. Libous (Binghamton), Vito Lopez, Brian McLaughlin, Anthony
S. Seminerio, Dean Skelos, Nicholas Spano y los todopoderosos Sheldon Silver y
Elliot Spitzer. O sea 15 políticos envueltos en escándalos. En la lista de los
afroamericanos hay 10 personas. Entre ellos
William Boyland, Diane M. Gordon, Shirley L. Huntley, Clarence Norman, Kevin S.
Parker, John L. Sampson, Malcoln A. Smith, Eric A. Stevenson y David Paterson. No cito a Ada L. Smith porque estuvo envuelta en un
escándalo de menor cuantía. O sea, que el grupo que Jackson acusa, es
precisamente el que tiene la menor representación, junto a los puertorriqueños.
Lo que afirmo aquí no es producto de mi imaginación, sino que aparecen en
un artículo titulado “The Many Faces of New York’s Political Scandals”, escrito
por Susanne Craig, William Rashbaum y Thomas Kaplan. Esta es información
pública en el internet, y cualquier persona interesada puede acceder a ella.
También, porque los escándalos en que participaron se ventilaron en los
periódicos de circulación diaria en la ciudad, y recuerdo haberlos leído en
esos medios.
Entonces, ¿era necesario que Robert Jackson selectivamente sólo mencionara
a los dominicanos en sus acusaciones de corrupción? Porque no solamente ellos,
sino todos los mencionados arriba constituyen un hecho real (“This is a fact”,
Mr. Jackson) de individuos que violaron la ley mientras estaban en posiciones
políticas de poder. El Sr. Jackson no debe tratar de dividir nuestras
comunidades con declaraciones irresponsables. Tanto su comunidad como la
nuestra han sido y son víctimas constantes de los poderes dominantes de esta
sociedad. Somos abejas del mismo panal.
Si el Sr. Jackson tiene 15 blancos, 10 afroamericanos y varios de otros
grupos, por qué sólo le interesa hablar de los dominicanos. Ese es un hecho
real que lo incrimina y lo hace lucir que está mintiendo sólo para sacar
beneficio. Mentir para sacar provecho político no constituye una virtud para
ser un buen candidato.
Por qué no le interesa mejor debatir qué busca el eterno candidato Luis
Tejada en la contienda. ¿Qué grupo de interés político subvenciona a este
individuo? En las elecciones pasadas para el senado en el año 2014 Tejada sacó
solamente un 7% de los votos. No creo que él esté malgastando su propio dinero
sabiendo que va a perder. Entonces, ¿cuál es el propósito de su campaña?
Evidentemente dividirle los votos a Marisol Alcántara, lo cual sólo
beneficia a Robert Jackson. Esa es una táctica legal, pero altamente
indecorosa para un individuo con tan alta autoestima y que piensa que es el
candidato que merece el triunfo.
Aunque a Jackson no le interese hablar sobre su historial en la junta
escolar y sus posiciones anti-dominicanas, le aseguro que nuestra comunidad no
lo va a olvidar el próximo martes, 13 de septiembre, porque con sus acciones en
la junta escolar Jackson maltrató no sólo a la comunidad, sino también a las
figuras cimeras de la historia dominicana.
¿Por qué nuestra comunidad va a votar por Marisol Alcántara?
Simplemente porque es la mejor candidata y porque representa los más genuinos
intereses nuestros. También, para no dejar que las triquiñuelas y las argucias
políticas de grupos que aparentemente tienen propósitos inconfesables le
impidan el triunfo en su carrera por el escaño de senadora estatal. Para
truncarle los objetivos a los grupos de interés que, tras bastidores, subsidian
candidatos que sólo perjudican los intereses de nuestra comunidad y a
nuestros representantes más auténticos.
Vamos a apoyar a nuestras mujeres votando por Marisol Alcántara el próximo
martes, 13 de septiembre.
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