Sorpresa y preocupación

Por Susi Pola

Sorprendieron y preocuparon dos acciones públicas de la Procuraduría General de la República, PGR, la afirmación a la prensa de que, “las llamadas al Ministerio Público por violación de género se redujeron, significando la obtención de resultados positivos en el Plan Nacional contra la Violencia de Género, VG, implementado a nivel nacional”, que manipula la información de fondo, haciendo creer que, en par de meses, ha disminuido.

La PGR conoce que, científicamente, la complejidad del delito de la VG no va a cambiar de la noche a la mañana por un plan de reciente aplicación, con sus luces y sus sombras. Las transformaciones hay que esperarlas a largo plazo porque implican cambios estructurales y políticas de desarrollo, político, económico y social que reduzcan la brecha de desigualdades, y eso, no se está haciendo en el país.

El marco de la referida declaración, es la otra sorpresa y preocupación, la firma de un acuerdo de capacitación entre la PGR y el Ministerio de Salud, para “un programa de formación especializada” a 50 médicos/as y enfermeros/as, sobre el manejo efectivo de los casos de VG, habida cuenta que ninguna de las dos entidades tienen la experticia necesaria para tal formación.

Al Ministerio Público en la Justicia le corresponde la formulación e implementación de la política del Estado contra la criminalidad, dirigir la investigación penal y ejercer la acción penal pública en representación de la sociedad, pero el organismo rector para operativizar el compromiso constitucional del Estado con la erradicación de todas las formas de discriminación a las dominicanas, es el Ministerio de la Mujer.

Además del Ministerio de la Mujer, que sí tiene un área de educación con personal formado en maestrías y posgrados en Género, Desarrollo y Violencia, en la R. Dominicana hay personas e instituciones, académicas, sectoriales y organizaciones, con más de 35 años de trabajo con el fenómeno de la VG, relacionadas con otros espacios especializados de la región y del mundo, y en permanente renovación teórico práctica.

Estas entidades y personas, hay que decirlo, han realizado el trabajo con permanentes trabas de la sociedad política que se maneja en un terreno constante de promociones personales y partidarias, lo que, junto al poco presupuesto asignado, han sido verdaderos obstáculos para llegar a la contención del fenómeno.

Los partidos mayoritarios que “gobiernan”, no solo “inventan” con la situación vulnerable de las dominicanas, también nos negocian y nos demuestran que les importamos mientras signifiquemos un tema que pueda darles “el minuto de gloria”.