Por JUAN T H
Algunos sectores
políticos, económicos y sociales mantienen la tesis de que el presidente Danilo
Medina intentará repostularse. Creo que no, y
si lo intentara fracasaría. Ayer no es hoy.
La tesis de
algunos juristas, familiares y funcionarios de que puede ser candidato porque
de lo contrario se le estaría violando un derecho fundamental se desplomó. El
secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro
dijo que no se violan “derechos fundamentes” de los presidentes cuando por
mandato constitucional se prohíbe la reelección. El Departamento de estado, de los Estados
Unidos ha declarado, por diversas vías no estar de acuerdo con tres períodos
consecutivos; que a lo sumo dos, como en su caso.
Cuando el propio
Danilo modificó la Constitución para reelegirse en el 2016 adoptó el modelo
estadounidense de un mandato y la
posibilidad del siguiente si el pueblo lo decide mediante unas elecciones
libres. Pero no más. Soy de opinión, insisto, en que Danilo no dará un salto al
vacío. La correlación de fuerzas, junto con el clima internacional y el
deterioro económico no se lo permitirán. ¡No habrá reelección!
La ley de
partidos políticos con primarias abiertas simultáneas fracasó, no sólo porque
no logró los votos necesarios, (las dos terceras partes de los legisladores
presentes) sino porque el rechazo fue abrumador, tanto en la llamada “clase
política”, como en la también llamada “sociedad civil”, la iglesia católica,
empresarios y gran parte de los medios de comunicación.
Lo mismo pasaría
con un intento de modificar nuevamente la Constitución. La derrota sería
demoledora. No obtendría los votos suficientes si los congresistas de Leonel
Fernández (35 diputados y 4 senadores) más los 7 diputados y dos senadores del PRM y los 11 del Partido Reformista, lo impedirían.
Habrá que sumar el rechazo de la sociedad civil, empresarios, etc.
La carta de
Danilo al Congreso proponiendo una comisión bicameral para buscarle una salida
consensuada a la ley de partidos políticos es el resultado de la oposición que
encontró con las primarias abiertas. Fue una medida inteligente que le permite
salir del problema colocándose como un hombre abierto, dispuesto al dialogo.
Los vientos no
soplan a favor de una nueva reelección. Danilo lo sabe. Los funcionarios que
insisten buscan reelegirse ellos para continuar disfrutando de los privilegios
y ventajas que les da el poder.
No suelo darle
consejos a quien no los pide. Pero si fuera Danilo me centraría en terminar
este segundo mandato saliendo por la puerta ancha, sin expedientes de
corrupción que lo señalen o lo perjudique judicialmentecomo ha sucedido en
muchos países latinoamericanos.
Los que aspiran
a sucederle desde un Ministerio, los obligaría a que renuncien como correctamente hizo Francisco
Domínguez Brito. Terminaría las obras en la Educación para que su “revolución”
transforme el sistema vigente; Dejaría en poder libre de analfabetismo; en Salud Pública invertiría el 5% del Producto
Interno Bruto como reclama el Colegio Médico Dominicano y proponen organismos
internacionales.
Convertiría en
realidad la promesa de enviar a la justicia, “caiga quien caiga”, a los funcionarios
señalados como corruptos para que el pueblo vea que en el gobierno “no hay vacas
sagradas”. Como el que “no tiene hechas, no tiene sospechas” aclararía el expediente Odebrecht que lo involucra.
Garantizaría
unas elecciones presidenciales libres sin el fantasma del fraude y sin que el
Estado sea un factor que determine quién gana y quien pierde.
En pocas
palabras, concluiría el mandato pasando a la historia con notas sobresalientes.
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