Por Miguel Ángel Cid Cid
Entonces la
reforma judicial se concretó en 1997. El presidente Leonel Fernández convocó el
Consejo Nacional de la Magistratura para elegir los jueces de las altas Cortes.
El doctor Jorge Subero Isa fue escogido como presidente de la Suprema Corte de
Justicia.
Todos creímos
que habíamos logrado un sistema de justicia íntegro, pero la sentencia de la
SunLand enterró la confianza de la sociedad en los avances logrados. El
veredicto fue evacuado a imagen y semejanza del expresidente Fernández.
Luego Subero
fue sustituido en la SCJ y, al poco tiempo, se desgarró la vestidura y definió
el fallo judicial como un crespón negro que “tuvo un carácter político”. Tan político
que los jueces fueron marionetas reducidas a los caprichos del León.
La sonada
independencia de la justicia dominicana recibió aire fresco con la llegada del
PRM al gobierno. El Presidente Luis Abinader luce negado a incurrir en la
intervención en la justicia. Lo propio hace con el Ministerio Público. A pesar
deque la Procuraduría y la Fiscalía son órganos bajo la orientación del
ejecutivo.
Es más, la
negativa a trazar pautas a la justicia por parte del mandatario, es consistente.
Sin embargo, Ramón Arístides Madera Arias, ex juez del Tribunal Superior
Electoral, tronó para empañar las buenas intenciones del jefe de Estado.
-- el
Presidente Luis Abinader me cubió, me dejó con el traje hecho --, dijo.
En lo que
pestaña un pollo, las declaraciones de Madera Arias coparon los medios de
comunicación y las redes sociales. Pero Arias no se quedó ahí, afirmó que si Luis
Abinader hoy es Presidente de la República se lo debe a él.
La declaración
insinúa un acuerdo entre Madera Arias y el entonces candidato del PRM a la
Presidencia. El ex juez, según su propia narrativa, cumplió con su parte. Es
decir, evacuó una sentencia favorable al candidato Luis Abinader. Se la jugó dando
un veredicto contrario al partido de gobierno.
A Luis
Abinader le correspondía, al ganar las elecciones, nombrar a Madera Arias como
diplomático en la embajada dominicana en los Estados Unidos. Pero Madera no vio
visos de cumplimiento de la segunda parte del supuesto acuerdo y cantó como un
gallo pelón. En el desespero olvidó el lenguaje de un letrado. Le salió la
lengua viperina de un cabaretero cualquiera, con eso de cubiar.
Lo ético y
responsable en este caso debió ser, denunciar la propuesta indecente, si fue
cierto que la hubo, en el mismo momento que le fuera hecha. Callar para sacarla
a relucir años después, para pescar en río revuelto, es tan indecente como la
propuesta misma.
Es cierto que
lo hecho por Madera, sea ético o antiético, deja una mancha en el proceso de independencia
de la justicia. Mancha que sólo el tiempo borrará.
Con todo, las
declaraciones lucen un chantaje al Presidente de la República. Pretenden matar
dos pájaros de un sólo tiro. Primero enlodar la bandera de laindependencia de
la justicia, en especial el Ministerio Público. Y, segundo, cuestionar las
intenciones del mandatario de propiciar el avance autónomo del Poder Judicial,
como lo manda la Constitución.
El aporte de
Madera Arias, con sus lamentables declaraciones, está en confirmar que los
jueces eran, en efecto, manipulados por sectores de Poder. Y que larevelación
deja señas claras de que la manipulación no era exclusiva de los gobernantes de
turno, sino que también venía motivada por los mismos jueces.
El Presidente
Abinader, en una verdadera verónica política, guarda silencio sobre lo dicho
por el ex juez. Y hay que felicitarlo porque responder sería darle paso al chantaje
de los que siempre están en venta.
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