Por Roberto Valenzuela
El abogado Julio Cury, que
indiscutiblemente es una autoridad en “la materia en cuestión” (en derecho
constitucional), ha encendido el debate de la reelección, cuando aseguró que el
presidente Danilo Medina puede repostularse en las próximas elecciones de 2020,
sin modificar la Constitución.
Cury sostuvo que la
modificación del artículo 124 de la Ley Fundamental se produjo durante el
periodo 2012-2016, cuyas características y efectos habían sido definidos bajo
el imperio de la Carta Magna de 2010, “por lo que la elección de Danilo Medina
en los comicios de mayo de 2016 fue constitutiva de una postulación y no, como
se ha creído, de su repostulación”.
Añadió que ninguna reforma
al ordenamiento jurídico, sin importar la autoridad de que emane, es
susceptible de repercutir sobre el pasado, por lo que “el período presidencial
2012-2016 escapaba del alcance del cambio de voluntad del constituyente de
2015, pues para entonces la elección del presidente Medina en mayo de 2012 era
un hecho consumado e intocable”.
El debate es muy interesante
para los abogados, estudiantes de derecho y reporteros que damos seguimiento a
estos temas; y más que satanizar al doctor Cury, lo que hay es que poner
atención a sus planteamientos y, de ser necesario, rebatirlo con argumentos
sólidos, no con insultos.
Pues si los argumentos no
están bien sustentados, Cury, que no baraja pleito, a cualquiera deja mal
parado y le da una clase de derecho constitucional. En ese tenor, creo que
Julio fue muy implacable con el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad
y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños Guzmán.
En un documento de prensa,
Castaños Guzmán, hablando a nombre de Finjus, dijo que es
“improcedente” tratar el tema en la actual coyuntura política, “sin haber
arribado siquiera al período de precampaña” e igualmente que se hable de esa
posibilidad sin la necesidad de una reforma constitucional, obviando el
artículo 124 de la Carta Sustantiva y el vigésimo artículo transitorio “que
prohíbe la reelección presidencial para el gobernante de turno”.
Julio Cury le respondió lo
siguiente: “Servio Tulio Castaños que me disculpe, pero el tema está por encima
de la capacidad analítica de un abogado de notas de prensa y, peor aún, sin
ningún ejercicio profesional”. Bueno, yo siempre estoy con estos
debates, que nos dejan buenos aprendizajes (nos ponen a pensar), mas no apoyo
las ofensas ni de un bando o del otro.
Sin embargo, si revisamos la
prensa desde el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004), pasando por el
expresidente Leonel Fernández, hasta el actual mandato, Cury ha planteado lo
mismo sobre una reforma constitucional y el presidente de turno. Ha sido muy
coherente.
El pasado miércoles al
mediodía conversé con mi amigo, el buen periodista Cristian Abreu, director del
periódico digital Dominicanos Hoy, y caímos en cuenta de que Cury planteaba lo
mismo cuando el presidente Mejía estaba inmerso en el debate de una reforma
constitucional.
Cristian me explicó que,
siendo él reportero de El Caribe, le tocó entrevistar sobre el tema a Julio y a
su padre, el destacado y ya fallecido jurista JottinCury, y el hijo tenía una
posición diferente al padre sobre la reforma a la Carta Magna y la posibilidad
de que la Constitución permitiera o no a Hipólito optar por un siguiente
mandato.
El joven jurista argumentaba
que Mejía podía optar por un siguiente mandato; su padre decía que aunque se
reformara la Constitución, no se podía presentar otra vez como candidato
presidencial.
Esa vez, el expresidente
Fernández consultó a JottinCury sobre si Hipólito quedaba habilitado
constitucionalmente para aspirar por la reelección. La respuesta del sabio
jurista fue que no. Al parecer, Fernández no insistió con el tema porque estaba
seguro que derrotaría a Mejía, ya que estaba pasando por una crisis de
inestabilidad económica, que incluía quiebra de bancos y
demás.
Aunque el debate
legal-constitucional es idéntico, no se puede comparar el escenario político de
Hipólito con el de Danilo, pues el último no está enfrentando una terrible
crisis económica. Hipólito tenía una oposición muy fuerte, encabezada por
Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Ahora Medina
no tiene oposición sólida: es como dice el licenciado José Ramón Peralta,
ministro Administrativo de la Presidencia, la oposición no existe y no sabe lo
que quiere, es como un barco a la deriva.
Lo que acabamos de decir
explica que si el escenario se mantiene como está ahora y Danilo Medina logra
ser postulado por el PLD, derrotando o entendiéndose con el expresidente
Fernández, gana las elecciones del 2020.
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