Por
JUAN T H
Hace días
escribí en mi cuenta de twitter: “unas elecciones sin árbitros, un gobierno que
no está dispuesto a entregar el poder, que intentará imponerse con votos o con
botas militares, y una oposición que afirma no se dejará robar la victoria, da violencia por todos los
lados”. Es lo que temo.
Estoy
absolutamente convencido que Danilo Medina no entregará el poder a no ser
obligado por la fuerza popular agrupada en diferentes sectores políticos,
económicos y sociales y una campaña
internacional que involucre a la Unión Europea, Estados Unidos, América Latina,
la OEA, etc. No serán los votos los que decidirán, será la fuerza de un pueblo
empoderado dispuesto a defender su libertad y la democracia que tanto esfuerzos
y sacrificios le ha costado.
Danilo no
permitirá que las elecciones se realicen en un ambiente de paz y tranquilidad
con todas las garantías que la Constitución y las leyes ofrecen. El presidente
Medina no permitirá que Luís Abinader
sencillamente gane y asuma el poder el próximo 16 de agosto en una Asamblea
Nacional multicolor que será garante de un verdadero Estado Democrático de
Derecho. Así debe ser, pero creo sinceramente, que así no será.
Desde que se
comió el tiburón podrido y echó al zafacón de la historia sus principios, Danilo decidió mantenerse en el poder más
allá de lo que establece la Constitución y la razón, creyendo que todo se puede
comprar, incluso las elecciones. No se pudo volver a modificar la Constitución
para un tercer mandato, pero le montó un fraude “algorítmico” al ex presidente
Leonel Fernández para imponer a Gonzalo Castillo, a quién él mismo calificó de
“Penco”, rechazando a “los seis” que lanzó al ruedo para que hicieran campaña
electoral, incluyendo a su incondicional secretario general del PLD, senador de
la capital, presidente del hemiciclo y de la Asamblea Nacional, que nunca le
rechazó un proyecto de ley o un préstamo. Escogió a Gonzalo porque es su extensión, su títere, alguien incapaz de pensar, de
hablar y de actuar por sí mismo, sin personalidad ni carácter, que hará lo que
le ordene Danilo, como lo hizo Trujillo con su hermano Negro y con otros
sujetos que la historia los puso en el lugar que le corresponde: El retrete.
El coronavirus
le cayó a Danilo Medina y su grupo del cielo (más bien del infierno) para
utilizarlo políticamente entregándole el Estado a su pupilo para que hiciera y
deshiciera con más de 900 mil millones del presupuesto nacional de los cuales,
según Leonel Fernández, ya se han gastado más de cien mil millones para
posicionarlo en el electorado.
El calendario
del presidente Medina se ha ido cumpliendo paso a paso. El Penco ha estado en
las calle 24/7 (24 horas los 7 días de la semana) pues el “toque de queda” y el
“estado de emergencia” es para la oposición y sus candidatos que tienen que
recogerse bien temprano mientras el PLD no cesa en su campaña con la
complicidad de la Junta Central Electoral que está en “Belén con los Pastores”
mirando la estrella divina.
Ahora pide otra
extensión del estado de emergencia que terminará tres días antes de las
elecciones. Es una provocación. Sabe que es imposible su aprobación. Luego
culpará a Luis Abinader y a Leonel Fernández de ser los responsables de los
muertos por el coronavirus.
¡“El Cambio va”!
¡El fraude también! El fraude comenzó en las primarias del PLD con una JCE que
permitió que en el Sur la gente fuera trasladada desde todos los puntos del
país para votar hasta en la madrugada.
Danilo tiene “un
ejército de aire”, (periódicos, radio, televisión, redes sociales, bocinas,
robots) y “un ejército de tierra”
(guardias y policías armados hasta los dientes, jueces, fiscales, ministros,
viceministros, tarjeta solidaridad, bono-luz, bono-gas, Plan Social de la
Presidencia, Comedores Económicos, Instituto de Estabilización de Precios, miles
de millones de pesos para comprar hasta al Diablo, etc.)
El cambio va
porque el pueblo lo decidió. El gobierno no tiene forma de ganar limpiamente,
voto a voto, las elecciones; sólo puede hacerlo con malas artes y
prácticas indecorosas, lo cual no le
importa porque hace mucho perdió todo sentido ético y moral. El cambio va, pero
primero hay que vencer el fraude y el miedo. ¿Está preparada la oposición para
enfrentar y derrotar el fraude electoral? ¿Hasta dónde están dispuestos el PRM,
la Fuerza del Pueblo y los demás partidos políticos? ¿Hasta las últimas
consecuencias? Espero que si…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario