Por Miguel Ángel
Cid Cid
Borrar la creencia
de que el PRSC es un partido bisagra, no es tarea fácil. En tanto, este es el reto
del Partido Reformista Social Cristiano enlo adelante. Con trabajo y tesón, la
organización política podría conjugar las bases para construir una imagen nueva
en la percepción del electorado dominicano.
En efecto, el Partido Reformista saltó a la palestra pública
en 1966 cuando gobernó producto de unas elecciones cuestionadas y mediadas por la
intervención militar de Estados Unidos. Los reformistas fueron antecedidos por
la dictadura trujillista que duró 31 años, del 1930 al 1961. A la caída del
régimen trujillista, gobernó el profesor Juan Bosch por el Partido
Revolucionario Dominicano PRD.
De su lado, Bosch
fue derrocado por el golpe de Estado perpetrado el 25 de septiembre de 1963, a
los 7 meses de su ascenso al Poder. Esta situación desembocó en la revolución
de abril que exigía el regreso a la constitucionalidad, y del propio Juan Bosch
al gobierno.
Luego del golpe
de Estado, el Dr. Joaquín Balaguer, a la cabeza del PR gobernó desde 1966 al 1978.
Don Antonio Guzmán Fernández, candidato presidencial el PRD en las elecciones
del 78, desplazó a los reformistas del gobierno. El suicidio de Guzmán
Fernández, dio paso al Lic. Jacobo Majluta Azar, a la sazón, vicepresidente de
la república. Las elecciones de 1982 la gano el Dr. Salvador Jorge Blanco,
sustituyendo a su compañero de partido Majluta Azar, 43 días después de la
tragedia.
Las diatribas
insalvables entre los principales líderes perredeistas, allanaron el camino de
regreso al Palacio Nacional a los reformistas. En efecto, el Gallo Colorao,
como también se conoce el Partido Reformista, ganó las elecciones del 1986 con
el mismo Dr. Balaguer a la cabeza. Fue este año que los balagueristas se adscribieron
a la doctrina socialcristiana que modificó su nombre original al de Partido
Reformista Social Cristiano. El viejo zorro, como le llamaban a Balaguer sus
adeptos, aseguró su “triunfo” en los torneos electorales sucesivos de 1990 y 1994, usando todo tipo de artimañas.
En consecuencia,
la crisis postelectoral de1994 forzó la firma del “Pacto por la democracia”
entre los tres principales líderes políticos del país. La reforma
constitucional producto del pacto, estableció recortar el periodo a dos años
por tanto, en 1996 se celebraron nuevas elecciones.
Consecuentemente,
el caudillo Balaguer fue inhabilitado por la nueva Carta Magna para presentarse
como candidato. Debido al impedimento, Joaquín Balaguer decidió aupar al
Partido de la Liberación Dominicana, cuyo candidato era el Dr. Leonel Fernández.
El endoso del caudillo a Fernández, constituyó una acción dañina a su partido, mismo
que desde entonces es visto como bisagra que abre la puerta a otros. El resto
es historia patria.
En los años
sucesivos, la situación de los perredeistas viene de mal en peor. Incluso, recientemente
el PRD se evidenció como una nueva bisagra partidaria, luego de que el PLD
gobernante lo comprara a precio de vaca muerta.
Los peledeistas,
otrora estandarte de moralidad, se consumen en su propia salsa. Varios de sus
principales dirigentes, están implicados como supuestos sobornados por la
constructora brasileña Odebrecht. La desmoralización morada crece de manera
exponencial.
Para ponerle la
tapa al pomo, el Partido Revolucionario Moderno, considerado la principal
fuerza opositora se hunde en una parsimonia inexplicable. El PRM hereda la
mayor parte del PRD, incluyendo las diatribas característica que redujeron al
partido blanco a nada. En este contexto, los perremeistas se perfilan con pocas
perspectivas electorales para el 2020.
En tal sentido,
si los coloraos aprovechan la coyuntura de descontento, luego de más de 20 años
en el banco, podrían emprender la
reconstrucción de su imagen partidaria. La corriente ideológica socialcristiana
podría ser su principal punto de partida, siempre que sea asumida en su
acepción original. Combinar la concepción teórico-pragmática del
socialcristianismo y el dilatado ejercicio de gobierno, puede ser el principal
desafío de los reformistas en el afán de forjar una nueva imagen.
Emprender una
propuesta de comunicación, que guíe el proceso de repunte del PRSC en el
imaginario colectivo dominicano, tendría consecuencias impredecibles.
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
31mayo 2017
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