Por Nelson Marte
Los usuarios dominicanos de las redes sociales de
Internet debemos apegarnos a las reglas y criterios éticos que rigen el oficio
periodístico profesional, para usar con eficiencia y éxito el privilegio
de participar en el milagro que es la comunicación social.
Ese privilegio, del que hasta estos tiempos sólo
disfrutaron los comunicadores profesionales a través de los medios,
también está hoy al alcance de todo el que desde una computadora, una tablet o
un teléfono inteligente, accede a internet.
Desde las redes sociales de Internet la gente común puede
hacer llegar sus mensajes a decenas, cientos, miles y hasta millones de
personas, pudiendo realizar las principales funciones de los medios de
comunicación social de informar, educar, alertar, publicitar, entretener
y con ello influir en las opiniones, gustos, deseos, estilos de vida,
aspiraciones, etc., de la gente.
Los datos que a través de las imágenes y sonidos puede
reportar y transmitir la gente común han adquirido tal importancia que se le
denomina “periodismo ciudadano”, como el que se hizo cuando un video
grabado con un celular salvó al activista de #MarchaVerde en Moca, Juanchy
Comprés, de ser falsamente acusado o quedar estigmatizado como narcotraficante.
Pero para que ese privilegio ciudadano sea efectivo se
requiere el cumplimiento de algunos criterios y reglas inherentes a la
credibilidad de la información, como son asumir que la comunicación es un bien
y una responsabilidad social, un servicio apegado al bienestar de la población,
incluyendo la mejoría de su calidad de vida.
Aunque los usuarios de las redes no tengan que
someterse a la disciplina de códigos de ética como los que inspiran el oficio
periodístico profesional, las noticias a difundir deben ser ciertas, confiables
y oportunas, verificando lugar, fecha y protagonistas de las noticias que se
producen, o citando la fuente originaria de las que nos hacemos eco.
Noticias
falsas
Los internautas nunca debemos emitir ni hacernos eco de noticias falsas, porque ello desinforma y desorienta a las y los ciudadanos, e incluso puede producir daños legales, económicos y morales a personas e instituciones.
Un mal ejemplo de noticias falsas las da la
administración del presidente Danilo Medina, como acaba de hacer el director de
Prensa y Publicidad gubernamental, señor Roberto Rodríguez Marchena, quien al
presentar el balance de Palacio correspondiente al año recién transcurrido,
dijo que fue “un año excelente, histórico” debido a que "el país creció y
se democratizó como nunca antes".
Lo de crecimiento de la economía como nunca antes es una
falsa noticia, por cuanto el propio Banco Central ha reconocido que “la
economía dominicana, experimentó una moderación en el crecimiento del PIB al
registrar una variación acumulada de 4.0% durante enero-junio 2017"
También es falsa la declaración de Marchena de que el
país vivió un año de democratización, cuando la democracia se fundamenta en la
independencia de los poderes del Estado, y ocurre que en 2017 y en la actualidad,
el presidente Danilo Medina y el Comité Político del PLD han usurpando las
funciones del Congreso, al congelar el conocimiento de la Ley de Partidos y
Agrupaciones Políticas que concertaba una Comisión Bicameral del Congreso, para
tratar de acomodarla a sus intereses particulares.
En un país como el nuestro, en que el Gobierno Central
genera noticias falsas en tema tan serios, es fundamental el papel que pueden
jugar las y los ciudadanos desde las redes sociales para contribuir con los
esfuerzos que hace el periodismo profesional por el resplandecimiento de la
verdad.
Para ello debemos asegurarnos que los mensajes e
informaciones que emitimos son ciertos y confiables, creíbles, y no incurren en
especulaciones, discriminaciones, mentiras, insultos ni obscenidades u otros
antivalores.
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