Por Roberto Valenzuela
El
anuncio de que el presidente Danilo Medina hablará en el mes de marzo sobre si
va en busca o no de la reelección ha generado diversas opiniones y manda
algunos mensajes bien claros. Voceros de la sociedad civil, legisladores y
dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), lo menos que le han dicho
al gobernante es que actúa con “irresponsabilidad”.
El
expresidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, afirma que
“lamenta la situación a la que están expuestos” los precandidatos peledeístas
Reinaldo Pared Pérez, Carlos AmaranteBaret y Francisco Domínguez Brito.
Rosario,
un experto en el tema electoral, cree que estos quedaron mal parados con el
anuncio del gobernante “porque (Danilo) los estimuló a aspirar a la
Presidencia”, pero ahora informa a sus seguidores que decidirá “si va o no va”
en el mes de marzo del año entrante.
Expresa
que con esto “está pasmando el crecimiento” de todos los precandidatos del
Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Aunque en su twitter no abunda
mucho, creo que lo que el doctor Rosario querrá decir es que el crecimiento de
los aspirantes en el PLD se frena porque están a expensas de que Danilo y el
expresidente Leonel Fernández no se puedan presentar en el proceso electoral
“del 20” para ellos ser “sus herederos”, es decir, captar sus seguidores.
Es
probable que Rosario tenga razón, pero los precandidatos, en mi opinión, han
estado equivocados en sus estrategias por las siguientes razones: primero no pueden
lanzarse a la guerra política contando con las armas, el ejército,
logística, los militantes de otro combatiente; o de ningún líder o caudillo.
Han
debido –y lo deben hacer– trabajar para crear sus propias bases de
sustentación, pues los líderes son celosos y no prestan sus fuerzas, sus
estructuras. No regalan las
llaves del poder y no tienen por qué hacerlo. Tampoco los liderazgos de tal o cual figuras políticas se
les pueden traspasan a un amigo, familiar o seguidor suyo. Los liderazgos se construyen,
no se traspasan como una herencia familiar.
El
otro escenario es que Danilo Medina, como buen estratega político, hizo lo
correcto al decir que hablará en marzo, dejando a todos en suspenso, pues él
nunca podía revelar su estrategia ni a sus opositores dentro o fuera del PLD.
La
dirección del opositor PRM tiró el grito al cielo con eso de que el Presidente
hablará en marzo y tiene razón, en el ajedrez político dominicano cada jugada
obliga al rival a descifrar la estrategia del contrincante para luego proceder
a su próxima jugada. La lucha por el poder político es una confrontación y los
contrincantes tratan de conocer los planes de su opositor. Es decir, que no
tenía sentido para su partido ni para él, que Medina dijese ahora mismo que iba
o no iba por “cuatro años más”.
Si
va por la reelección no lo puede decir ahora, pero si no va tampoco. Y mucho
menos puede frenar a sus leales seguidores que promueven los “cuatro años más”.
Y por simple lógica política, tampoco puede parar a los
precandidatos a que no se lancen al ruedo político a crear su propio espacio y
trillar su camino.
Sin
embargo, por todos los movimientos y señales que he visto; y analizando la
situación a futuro, tengo dos
conclusiones: lo primero es reiterar que Medina ha hecho lo correcto en no
anunciar ahora si se postulará en busca de su tercer mandato. Y lo
otro, que es lo más controversial, es que “la maquinaria de la reelección” está
montada (es muy fuerte); y es cuestión de tiempo que se anuncie que el
Presidente acepta el reto de ir por cuatro años más.
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