El título fue tomado de un ensayo del profesor Juan
Bosch, publicado el 19 de agosto de 1986, donde hace una
organización cronológica que demuestra que es equivocada la fecha patria para
conmemorar la Guerra de la Restauración. El gran literato y expresidente de la
República está en desacuerdo con que se tenga como héroe indiscutido de esa
guerra a Gregorio Luperón, en razón de que no fue el iniciador de la lucha
armada.
“La gran mayoría de los dominicanos cree que la guerra
contra el poder español, restablecido en el país el 18 de marzo de 1861 (en esa
fecha República Dominicana volvió a ser colonia), comenzó el 16 de agosto de
1863, y no fue así”, indica Bosch.
“El 16 de agosto comenzó la etapa final de la Guerra
de la Restauración y, por cierto, lejos de Santiago de los Caballeros, en la
región de la Línea Noroeste, y además, entre los que combatieron ese día no se
hallaba Gregorio Luperón a quien la inmensa mayoría de los dominicanos
considera como el iniciador de esa guerra”, señala don Juan.
Añade que Luperón empezó a participar en la guerra al
comenzar el mes de septiembre de 1863, cuando llegó a Santiago de los
Caballeros procedente de un campo de La Vega llamado La Jagua, donde estaba
residiendo desde hacía varios meses.
Bosch explica que desde que se ejecuta la anexión se
desencadenaron una serie de hechos para restablecer la independencia. La
primera acción fue el amotinamiento de San Francisco de Macorís, con el que se
pretendió evitar que bajaran la bandera dominicana y fuera izada la española.
Este valiente hecho ocurrió cinco días después de haber sido proclamada la
anexión a España.
Pronto vino una acción de mayor envergadura, porque
fue mediante las armas en Moca: José Contreras, Cayetano Germosén,
José María Rodríguez e Inocencio Reyes tomaron la Comandancia de Armas el 19 de
mayo de 1861, esto es, cuarenta días después del amotinamiento de San Francisco
de Macorís. A fines de ese mes de mayo Francisco del Rosario Sánchez tomó el
Cercado, mientras un grupo encabezado por Cabral y Juan Pablo Pina tomaba Las
Matas de Farfán. Como se sabe, Sánchez fue fusilado, y con él varios de sus
compañeros de armas, el 4 de julio de 1861, a los tres meses y medio de haber sido
proclamada la Anexión.
El profesor Bosch expone que hasta esa fecha todas las
acciones en contra de la Anexión no tuvieron éxito porque la población no las
apoyó, por tanto que en medio de las calamidades que vivía el país
se tenía esperanza que siendo colonia española se comenzaran a solucionar los
problemas. Mas no fue así y, por el contrario, la economía dominicana empeoró.
Eso trajo un descontento generalizado; y al comenzar el año 1863, en la
madrugada del 3 de febrero, un grupo de neiberos asaltaron la
comandancia de Armas del lugar y prendieron al jefe militar de puesto, el
general Domingo Lasala.
La acción de Neiba no pasó de ahí: el alcalde de esa
localidad hizo preso al jefe del movimiento. Pero sucedía que en el
Cibao estaba en marcha una conspiración mucho más seria que la de Neiba,
organizada con dos centros de mando: uno en Sabaneta, población que ahora lleva
el nombre de Santiago Rodríguez, con ramificaciones en Guayubín, Montecristi,
San José de las Matas y Puerto Plata, y el otro en Santiago de los Caballeros.
Fuente: Vanguardia del Pueblo
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