Por JUAN T H
El Partido
Revolucionario Moderno tiene una gran oportunidad (un chance) de ganar las
elecciones del año 2020 siempre y cuando logre renovar su dirección en todos
los niveles mediante una convención diáfana
y transparente y la escogencia de su candidato presidencial sin mayores
traumas. Eso lo pondría en condiciones de hacer oposición y colocarse como la
única opción de poder verdadero cara al pueblo que evidencia enojo y hasta
rabia con el Partido de la Liberación Dominicana y sus gobiernos.
Compactado como
partido, la siguiente tarea del PRM es unir al segmento mayoritario del Partido
Reformista que sin dudas encabeza Quique Antún; el grupo que adversa a Miguel
Vargas dentro del Partido Revolucionario Dominicano que encabezan Guido Gómez
Mazara, Andrés Henríquez y Aníbal García Duvergé, entre otros, siguiendo con Alianza País, Frente Amplio,
Fuerza de la Revolución, Movimiento Rebelde, Patria para Todos, Opción
Democrática y Partido Quisqueyano, entre muchos otros.
Primero: La
unidad interna mediante una Convención democrática y plural donde el que ganó,
ganó y el que perdió, perdió. La minoría se subordina a la mayoría. Regla de
oro de la democracia. Los intereses personales y grupales, legítimos o no,
deben ser echados a un lado. Derrotar al PLD y sacarlo del poder es una acción
patriótica que tiene como propósito salvar al país. (El todo es más importante
que cualquiera de sus partes, dice un
axioma)
Todo el que se
aleje de esa misión es un traidor, un torpe o un ignorante.
El país requiere
de un gobierno de transición que saque la nación del hoyo económico y moral en
que lo ha metido el PLD. Y la fuerza principal, según las últimas elecciones,
confirmado por las encuestas más recientes, es el PRM. Por lo tanto, los líderes de ese partido
no pueden dislocarse, ni endiosarse creyendo que cualquier partido o cualquier
candidato derrota al gobierno con todos sus recursos. Creer eso es inaceptable
para gente de la experiencia de Andrés Bautista, Jesús Vásquez, Milagros Ortiz
Bosch, Hipólito Mejía, Eligio Jáquez, César Cedeño, Luis Abinader, Tony Raful,
Ivellisse Prats y Geanilda Vásquez, Farú
Miguel y Roberto Fulcar, entre otros.
Si se ponen “de
locos viejos” a creer que el PLD está derrotado porque Leonel y Danilo están
distanciados, que no se “pueden ni ver”, que “uno no quiere saber del otro” y
demás pendejadas, están perdidos. La historia enseña que las enemistades y las
amistades en políticas son coyunturales, porque lo que determina el rompimiento
y la división son los intereses. Ellos aprendieron la lección que los del PRD
no entendieron nunca: Es mejor estar en el poder que en la oposición. Es mejor
arriba que abajo.
El PRM tiene que
unirse y unir a los demás en torno suyo, pero sobre la base de un programa de
gobierno que no sea excluyente, lo cual no es difícil. Sólo hay que tomar como
base para la discusión el que presentó Abinader en la campaña pasada que le fue
mostrado a las demás fuerzas políticas. El sectarismo no tiene cabida en el
proyecto “Unidad y Cambio” para sacar al
PLD del gobierno. (No hay excusa válida)
Dicen que las
oportunidades son “calvas”. Bueno, el PRM tiene un chance de alcanzar el poder en las próximas
elecciones junto con otras fuerzas partidarias y sociales. Desaprovecharla con
posiciones aventureras, insensatas y desaprensivas sería
un error que el pueblo y la historia no le perdonarían.
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