Por JUAN T H
El gobierno está
convencido de que tiene al pueblo dominicano amarrado por “las cuatro patas”
(Ejecutivo, Congreso, Justicia y Prensa) razón por la cual no importa lo que diga
o haga, nada ocurrirá porque el clientelismo y el existencialismo que ha
impuesto no lo permitirá.
Con una
desfachatez insólita los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana se
burlan del pueblo con insultos, mentiras, promesas que nunca cumplen y declaraciones
que atentan contra la inteligencia ajena de manera descarada.
Están
convencidos de que “el mal comido no
piensa”, -la mayoría- y que por lo tanto, pueden seguir engañándonos sin
consecuencia, porque al fin y al cabo no somos más que unos tarados,
estúpidos, irracionales, tontos,
ineptos, burros, asnos, pendejos, sosos, brutos, acéfalos, descerebrados, cretinos,
mentecatos, incapaces de discernir entre lo negro y lo blanco, entre una
mentira y una verdad, entre la fidelidad y la infidelidad, entre lo bueno y lo
malo, entre Caperucita y el Lobo feroz.
Para el PLD y
sus gobiernos los dominicanos no somos más que un montón de imbéciles;
porquerías humanas, desechos lanzados al vertedero de Duquesa donde los buzos
de la miseria y el hambre aguardan como buitres los desperdicios de su
abundancia.
La decisión del
Ministerio Público en el caso de los sobornos por 3.5 millones de dólares de la
empresa brasileña Embraer fabricante de los aviones Súper Tucano que el
gobierno del PLD que encabezó Leonel Fernández compró, sobrevaluados, por más
de 90 millones de dólares en el 2010, es una tomadura de pelo que ha debido
provocar la reacción airada de los partidos de oposicióny de la llamada
sociedad civil.
Someter a la
justicia a un ex ministro de las Fuerzas Armadas, a un coronel y dos o tres
“saltapatrás”, dejando fuera a los políticos, funcionarios y congresistas, es
el colmo de la vagabundería y la falta de respeto a los ciudadanos que aún
quedan con dos dedos de frente.
El Ministerio
Público -que jamás tuvo en peores manos- somete a los fabricante de los Tucanos
pero no hace lo mismo con Odebrecht que admitió sobornar a medio gobierno y más
de medio Congreso por 92 millones de dólares, que violó leyes que le impiden
trabajar y cobrar en el país.
Odebrecht representa
el escándalo de corrupción por miles de millones de dólares más grande de la
historia. Sin embargo el gobierno, a pesar de las exigencias extranjeras y
locales, hace esfuerzos por ignorarlo porque involucra no solo al Congreso, sino al presidente de la
República cuyas campañas electorales, ya nadie lo duda, fueron financiadas por
esa empresa que hasta contrató al jefe de campaña a quien Danilo Medina le
agradeció su trabajo durante un discurso a la nación.
Por esas razones
el caso Odebrecht jamás “llegará hasta las últimas consecuencias, caiga quien
caiga” porque “las vacas sagradas” en el pasto de la corrupción son muy
sagradas.
Una cosa está
clara: Mientras el PLD tenga el poder corrompiéndolo absolutamente todo, no
habrá justicia. Mientras ese partido tenga el poder político, económico y
social, la corrupción y la impunidad
seguirán de la mano en todas las áreas, no solo en las mafias de los
combustibles y los juegos de azar.
El Movimiento
Verde, la sociedad civil, y los partidos que dicen –solo dicen- ser de
oposición, tienen que entender que con
declaraciones de prensa y marchas pacíficas y ordenadas no terminarán con la
corrupción y la impunidad; para lograr ese objetivo es imperativo, ¡óiganlo
bien!, sacar al PLD del poder.
Y eso no es posible
con un pueblo idiotizado por el clientelismo y el paternalismo, y una oposición
color rosa que parece tener más miedo
que vergüenza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario