POR ROLANDO ROBLES
Este es un puesto público, electivo en Estados Unidos pero, nombrado
por el Parlamento o el Congreso en muchos otros países. Su existencia se
remonta hasta el siglo XII en España y posteriormente en toda Europa,
especialmente en Suecia, donde se le conoce como “Ombudsman”. Aquí en América,
hay “Defensor del Pueblo” en casi todos los países, aunque se cuestiona
seriamente su funcionalidad o eficiencia.
El caso es que la capital del mundo, Nueva York, ha sido convocada a una
elección especial para escoger su Defensor Público, el 26 de febrero del año en
curso. Los cinco condados de la ciudad recibirán un estimado de alrededor de medio
millón de votantes, para distribuir su preferencia entre mas de una veintena de
candidatos, del mas amplio variopinto de la política local. Hay
inscritos para votar, mas de 300,000 ciudadanos de origen quisqueyano.
Sin embargo, los newyorkers dominicanos no tenemos más que una opción
a la hora de votar. Porque hay un solo compatriota nuestro en la lista, y
porque hoy mas que nunca, se impone que afinemos la mira y disparemos con
absoluta precisión, a fin de lograr el empoderamiento político que añoramos.
El 26 de febrero, nosotros, al tiempo que rendimos homenaje al
patricio Matías Ramón Mella por su natalicio (02-25-1816) celebraremos por
adelantado el nacimiento de la República Dominicana (02-27-1844) votando por el
único de los candidatos que puede representar los intereses nuestros con
dignidad.
Ydanis Rodríguez es al igual que Adriano Espaillat, un oficial con
quien hemos tenido diferencias de enfoque y manejo sobre los asuntos que nos
conciernen como comunidad nacional, pero que, por encima de dichas desavenencias,
en estos momentos debemos hacer todo lo posible para empoderarlos y/o
preservarlos.
Felizmente, no hay nadie -que se confiese de origen dominicano- que no
entienda la pertinencia de reforzar el orgullo patrio, en esa víspera de la
celebración de nuestra independencia. Pero algo más práctico todavía: ¿por qué
habríamos de oponernos a estos servidores públicos, si quién los va a
sustituir, es de otra comunidad y no tiene relación alguna con nuestra gente?
¿Qué sentido tendría para nosotros, que el Defensor Público de la
ciudad de Nueva York, resultara ser otra persona y no el concejal Rodríguez?
Porque no se trata de si él ha podido o no, llenar todas las expectativas que
hemos tenido en cuanto a las legislaciones municipales -que es el área donde él
ha ejercido- sino, de reconocer que sus posibilidades de impulsar nuestra agenda
particular, dependieron siempre, de que pudiera compactar la mayoría en el
Consejo Municipal, algo que no siempre fue posible.
El razonamiento, por desgracia, no es usual entre nosotros, que
estamos acostumbrados al partidarismo de barricada; que al momento de evaluar a
los funcionarios que nos han representado, nos olvidamos que ellos sólo pueden
hacer lo que sus fuerzas parlamentarias aliadas les permitan.
En este caso particular de la defensoría pública, tenemos la
oportunidad de unificarnos en torno a un candidato, que no solo es dominicano
sino, que se ha distinguido por su capacidad de lucha y su dedicación, a la defensa
de las mejores causas sociales. Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que la
Defensoría Pública es tal vez, el cargo que mejor se acomoda al carácter indómito
y contestatario de Ydanis Rodríguez.
Para abotonar este asunto, sólo quiero llamar la atención del
liderazgo dominicano local. Sería un contra sentido y una demostración de falta
absoluta de tacto político que, reconocidas personalidades y líderes políticos
como Fernando Cabrera y Adam Clayton Powell, junto a cientos de dirigentes de
todas las comunidades que convergen en NYC, se sumen a la candidatura
triunfante de Ydanis y algún dominicano -motivado por no sabemos que
sentimiento grupal- se mantenga al margen de ella.
Pero, también he de reconocer que el liderazgo tradicional de la isla,
ya ha instruido a sus seguidores para que cierren filas alrededor de este
luchador incansable. Cuarenta años de lucha social, quince de maestro, trece
como concejal y un deseo infinito de servicio, no se pueden echar por la borda.
¡Todos a votar por Ydanis el 26 de Febrero!
Para preservar los logros alcanzados y la defensa de todos los
ciudadanos de la ciudad de Nueva York, no importa su origen ni su estatus
social.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
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