Por
Salvador Holguín
Hilando
Fino
En
los últimos tiempos vienen ocurriendo accidentes de tránsito con saldos
trágicos en las diferentes autopistas del país, como por ejemplo; lo sucedido
la noche del pasado sábado 9 de julio del año en curso que costó la vida de
unas 16 personas en el trayecto Sánchez-Nagua, el suceso en la carretera
Verón-Higüey entre dos autobuses en la recta de Leonel Taveras el 26 de
noviembre del 2015 que dejó 10 muertos y 78 heridos en estado crítico, el 21 de
enero del 2016 donde hubo cinco muertos y varios heridos en el kilómetro 14 de
la carretera de Cumayasa en La Romana, solo para citar algunos casos.
Estas
muertes son provocadas por la imprudencia, falta de educación y conciencia de
los suicidas quienes manejan camiones, patanas y autobuses, pero también por la
irresponsabilidad de la justicia dominicana que no los condena, la Policía
Nacional (PN) que no los apresa y la Autoridad Metropolitana de Transporte
(AMET) que no los fiscaliza ni tampoco los detiene cuando transitan de forma
temeraria y con las gomas lisas, todos estos momentos trágicos acontecen por lo
permisivos que son las autoridades con los sicarios del transporte que siguen cobrando vidas ante la
insensibilidad y carencia de mando por parte de quienes están para hacer
cumplir las leyes y la Constitución de la República.
Según
el informe global sobre seguridad vial de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la República Dominicana registra la tasa más alta de muertes por
accidentes automovilísticos en el territorio nacional, mientras Cuba es el que
registra una menor cantidad de víctimas viarias.
La
tierra del comandante Fidel Castro es la única de América Latina con un
porcentaje muy reducido de fallecimientos en accidentes de tráfico por cada
100,000 habitantes menor de 10 y en el otro extremo se encuentra RD con una
proporción de 29.3, la OMS calcula que en Brasil se producen 46,935 pérdida de
vidas al año por catástrofes viales y en México 15,062. En Cuba son 840 los
fallecidos y Nicaragua está en segundo lugar con 931 de acuerdo con las
estimaciones.
Las
autoridades (congresistas) con la intención de detener a los asesinos del
volante que son los que provocan las mayores tragedias de la nación, crearon
una nueva Ley que endurecería la ya existente bajo el No. 114-99 que modifica
la 241, sobre Tránsito de Vehículos de Motor en sus artículos No. 49, 51,
52,109 (mod. arts. 106, 107 y 108, 153 y 161). Nos llamó poderosamente la
atención que en el numeral 1 de esta legislación expresa lo siguiente; “Si el
accidente ocasionare la muerte a una o más personas, la prisión sería de dos
(2) a cinco (5) años y la multa de dos mil pesos (RD$2,000.00) a ocho mil pesos
(RD$8,000.00)”, por las pírricas amonestaciones y sanciones cuando se pierde la
vida de las personas.
Si
todos los ciudadanos actuáramos con la debida responsabilidad y las autoridades
aplicaran su potestad en el cumplimiento de las leyes de manera ejemplar, no
tuviéramos tantas tragedias en las calles, autopistas y avenidas de la
República las cuales enlutan las familias dominicanas. Es más que evidente que
para solucionar el problema tenemos que aumentar las penas y garantizar que se
puedan aplicar las ordenanzas ya existentes junto a sus respectivas enmiendas.
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