Por Miguel Espaillat
Grullón
El veterano periodista César Medina se ha molestado en grande con un
artículo de mi autoría que titulé: ¿Salvamos a nuestros verdugos con cadenas de
oraciones? Su disgusto lo plasmó en un artículo con el insulso título: ¿Un
libro de cartas?
En esta ocasión me aboco a responder esa catilinaria pidiendo a mi creador
me ilumine para que mis palabras no sean de retaliación, ni sembradoras de
cizañas y odios, ni de morboso contenido, sino, que como todo escrito mío,
lleven conocimientos que iluminen y den paz a todos los que me leen. Para
esta meta usaré la técnica de contestar párrafo por párrafo la susodicha misiva
del señor Cesar Medina, a quien dicho sea de paso, ratifico que estoy orando
por la salud de su alma, aunque he confesado y lo reafirmo, que no oraré por el
restablecimiento de su salud, pues no puedo ser tan estúpido y tonto para
querer el restablecimiento de mi verdugo, que una vez vuelto a la vida pondrá
en mi cuello la soga con que me quitará la vida. No puedo afilar el cuchillo,
que degollaría al pueblo.
Solo oraría por su salud si viera que usted, César, mostrase
arrepentimiento verdadero, en lo que dé su palabra, de que vuelto a la vida,
jamás volverá a ser el periodista mercenario, intrigante y sembrador de cizañas
que ha sido por tantos años haciéndole daño en demasía a nuestra a sociedad.
Desgraciadamente no puedo orar por el restablecimiento de su salud. Aún con
una enfermedad terminal, usted insiste, en que ejerce un periodismo de
vanguardia rindiéndole culto a la verdad. Siendo así, yo no puedo por
lástima o conmiseración anidar en mi pecho a la víbora enferma o herida para
recuperarla, porque tarde o temprano, ésta, obedeciendo su naturaleza me
matará, inoculándome su veneno con una mordida compulsiva y letal.
Tampoco puedo caer en la trampa de amar a mis verdugos, porque he aprendido
a librarme del síntoma de Estocolmo. Mi intelecto y superación espiritual
no me permite abrazarme con mis victimarios, a menos que no sea con el
destructor abrazo del oso. No soy masoquista ni tonto. Sería una
irresponsabilidad mía y una insensatez no cuidar a los míos, a mi patria, a mi
pueblo, a mí mismo, de aquellos, que vivos, solo nos harían daños difíciles de
reparar. Cosas de la política, del amor y el odio, tan propias de la naturaleza
de los hombres. Hecha esta aclaración, pasemos al desglosar el cuerpo del
artículo de César Medina.
¿Un libro de cartas?: "Tengo que decirlo (señala César), la vida
ha sido generosa conmigo, y Dios me ha complacido en aquellas cosas
fundamentales que le he pedido sin ofrendarle nada a cambio más que la fe en su
grandilocuencia divina. Aunque no soy religioso militante, desde niño
mantengo cercanía con la Iglesia Católica, desde mi época de monaguillo con los
jesuitas de San Cristóbal".
César, sinceramente yo creo y puedo demostrarlo, que la generosidad, de la
que usted dice es beneficiario, no tiene nada que ver con Dios, sino con su
reverencia a quienes son antagónicos de Dios. La opulencia de su vida
como la de Felix Bautista, Victor Díaz Rúa, Miguel Vargas, Leonel Fernández,
Felucho Jiménez, Francisco Javier García, Diandino Peña, Abel Martínez,
Temístocles Montas, Ángel Rondón, Radhamés Segura, Euclides Gutiérrez
Feliz, Reinaldo Pared Pérez, Radhamés Camacho, Vicente Bengoa, los hermanos
Germán, la mayoría de los miembros del Comité político del PLD y
últimamente Danilo Medina, José Ramón Peralta y cientos más de ese nefasto
partido y hasta religiosos como el caso de Agripino Núñez Collado, etc., sus
fortunas fabulosas, no tienen nada que ver con el trabajo arduo y
honrado.
El Dios de justicia y amor que yo conozco y acepto, no patrocina el robo
inmisericorde de los recursos del Estado, que engendra la ignominiosa
desigualdad social, la pobreza extrema y sufrimientos infinitos a todo un
pueblo. El Dios que yo conozco no se complace con la mentira, ni con
cinismo e hipocresía, ni con demagogias ni vilezas, ni apoya la corrupción y la
impunidad, ni es partidario de la concupiscencia, ni es generoso con periodistas
que apañen esa ignominia.
"Dios (sigue externando Cesar), me ha dado señales de su presencia al
convertirme en un ser humano tolerante y flexible, compasivo y generoso hasta
con quienes me ven en la distancia con repulsión inexplicable, con envidia, con
odio visceral"…
Ese no es el Cesar Medina que yo veo en un video de años atrás, donde él
arremete contra el hoy presidente Danilo Medina, donde entre otras cosas le
dice: "yo no soy ni seré jamás enemigo de Danilo Medina. Ahora, yo
jamás seré amigo de Danilo Medina, porque es un irrespetuoso y un
desconsiderado. Que lo sepa él y que lo sepan su gente, jamás seré su
amigo.
Tampoco veo al Cesar Medina (humano, tolerante, flexible, compasivo,
generoso) cuando públicamente desconsideró a Cesar Pina Toribio en un programa
de televisión al echarlo como a un perro del estudio...diciéndole ¡váyase de
aquí, aquí usted no es bienvenido! Fresco, atrevido, abusador...carajo.
No veo a ese Cesar Medina, (humano, tolerante, flexible, compasivo,
generoso) cuando entrevistó a Emmanuel Esquea Guerrero. Lo que vi, fue un
hombre petulante, soberbio, engreído, bravucón, otro Nicolás López Rodríguez.
También veo a un Cesar Medina lambón y apoyador de la corrupción y la
impunidad, cuando se desgrana en elogios con el comerciante de la política
Miguel Vargas.
Tampoco veo a ese Cesar Medina, (humano, tolerante, flexible, compasivo,
generoso) en sus artículos, todos intrigantes y cargados de veneno y cizañas.
"Al entrar casi en las siete décadas de vida (sigue alegando Cesar), a
nadie he hecho un daño irreparable que no sea susceptible de restañar con la
palabra perdón, tan difícil de pronunciar para algunos".
César Medina ha sido y sigue siendo parte de un gobierno corrupto, ladrón,
delincuente y criminal, que le ha causado tanto sufrimiento a nuestro pueblo,
que ha hipotecado a nuestro país, que ha envilecido a nuestros nacionales, que
le ha robado el dinero a nuestro pueblo que pudo ser destinado para educación,
la salud, la vivienda y para un aumento de salarios, en fin, Cesar Medina ha
sido y es parte de los gobiernos que más daño le han hecho a nuestro país en
toda su historia. Acaso, ¿No es eso participar en la comisión de un daño
irreparable? Siempre se ha dicho, que es tan criminal el que mata
la vaca metiéndole el cuchillo como el que le agarra la pata. O, ¿es que
ya ese adagio dejó de ser cierto?
"También he cumplido con las leyes divinas que fundamentan el
cristianismo (prosigue César). En casi 50 años de ejercicio periodístico–
¿cuántas cosas habré dicho y escrito en ese medio siglo?–, nadie ha osado jamás
someterme a la Justicia por difamación, porque a nadie he difamado nunca; ni
por injuria, porque no he injuriado; ni por ningún otro delito de prensa,
porque nunca he delinquido".
Las leyes divinas referidas por César Medina hablan de no mentir, no
levantarás falsas calumnias, y no robarás. También dice el libro sagrado:
"la lengua, miembro pequeño es gran hacedor de daño. La lengua
es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas.
¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También
la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos,
contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno prende a su vez fuego a
todo el curso de la vida. Hay que domar la lengua".
¿Acaso Cesar Medina, ha refrendado, ha domado, su lengua y su pluma
en el ejercicio de su carrera periodística? Si el estilo es el hombre,
entonces, para darnos cuenta de quién es esa persona, solo tenemos que leer sus
escritos. Mentiras, engaños, sofismas, retorcimiento de la verdad,
intrigas, cizañas, puro veneno de los más tóxicos para el alma. Ellos son
la materia prima de esos eméticos verbales escritos por César tan solo para
atacar al adversario por dinero. Leer tantas bajezas, enferma el alma,
turba el espíritu, roba la paz; producen asco, nauseas, indignación, dan rabia,
agitan la bilis. Para evitar esos efectos dañinos, hace tiempo que dejé de
leerlos. Solo alguien con una mente y corazón endemoniado, puede expulsar tales
vómitos retóricos. Una persona decente, honesta, con cierto grado de
escrúpulos, con sano juicio, jamás escribiría con tanta malevolencia.
"En mi hoja de vida no aparece ni siquiera una multa por infracción de
tránsito (prosigue César). Pudiera jurar ante Dios–si fueran estos mis
días finales–, que no conozco una cárcel por dentro, que nunca he ido a una
corte judicial ni siquiera como testigo y que aún dentro de mis naturales
contradicciones con políticos, partidos y grupos, contra nadie me he
apandillado para hacerle daño ni siquiera con el pensamiento".
En mi República Dominicana, la gente con dinero y poder raramente va a la
cárcel por la comisión de crímenes y delitos. Mejor, cuando nuestros
capos políticos mueren decretan luto nacional y bajan la bandera a media
asta. Son los casos de Juancito Sport, Carlos Morales Troncoso y otros.
Así es que, cuando usted (señor César Medina) muera, tenga por seguro que
siguiendo esa aberración, usted recibirá el mismo tratamiento de patricio que
aquellos, si es que el PLD esta en el poder u otro similar.
En cuanto a lo de apandillado; el país nunca ha conocido una pandilla mayor
y más vil que la del peledeismo a la cual nuestro Cesar Medina ha sido y es
parte responsable en apuntalarla y en defender las fechorías de toda esa
crápula política protagonista de la prostitución de nuestra amada
República. También César se ha apañado con otros jefes de pandillas; por
ejemplo, él ha confesado y demostrado ser un gran amigo de Miguel Vargas, un
pandillero mayor en el escenario político nacional. En fin, Cesar ha
proclamado sentirse orgulloso de su estrecha relación con ese y todos los capos
de la política dominicana. César, particularmente ha expresado con
orgullo, su amistad profundad, estrecha, de cariño, de amor de respeto de
afecto casi místico con Miguel Vargas un depredador impenitente del erario.
César revela: Jamás he pertenecido a ningún partido político
Si usted no has sido militante político del PLD, entonces, usted has sido
un empleado a sueldo de esa institución política canalla; lo que es peor, pues
si lo hicieras como militante, lo haría por pasión, por unos principios, por
unos ideales, que aunque fuesen equivocados serian perdonados en nombre de esa
pasión, pero cuando lo haces por dinero, con conocimiento de causa vendiéndose
al mejor postor, eso abominable sí es abominable en un periodista.
"No sé (comenta César), de dónde han salido tantos adversarios que
trascienden el profesional, lo político y hasta el sentido común para ensañarse
conmigo hasta en el momento en que atravieso uno de los trances más difíciles
que puede afectar la salud de un ser humana."
Su berrinche contra mi artículo "¿Sanación para nuestros verdugos, con
cadenas de oraciones?", demuestra claramente que las críticas no le
resbalan, en lo que también obvia decir, que por cada carta de solidaridad,
apoyo y estimulo que recibe, le llegan noventa y cinco que lo vituperan. Fin de
la cita y análisis de los párrafos.
Otras reflexiones
En el momento en que estoy escribiendo este trabajo, hay 240 comentarios en
torno a la carta de protesta que envió Cesar Medina al director del
periódico almomento.net., y a otros medios de comunicación.
De esos comentarios, el 95 % lo hace vituperando la conducta periodística y
diplomática del convaleciente comunicador que nos ocupa. Esas expresiones
de rechazo le dejan saber bien claro a nuestro a César Medina todos los
adversarios que tiene y de cómo ellos indignados y con repugnancia lo embisten.
A continuación transcribo algunos de estos comentarios.
"Cesar Medina: personaje siniestro, engreído, ambicioso, egoísta, prepotente,
petulante indolente y tendencioso periodista".
"La vida ha sido generosa conmigo " más bien yo diría Leonel Y
Danilo han sido generosos contigo".
"Cesar Medina se la da de gran periodista. En nuestro país
fueron grandes Orlando Martínez, Goyito Castro, Cesar Herrera, Narcisazo y
muchos más como ellos. Pero él es de la saga de Bonillita Aybar, Lajara
Burgos, Vincho Castillo, Santiago Lamela Geler, Euri Cabral, Álvaro Alvelo
hijo, Martínez Pozo y gente así. Todos bocinas despreciables".
"Cesar Medina es una botella que nunca sirvió para nada, a a no ser
una bocina del gobierno".
"Ese periodista da vergüenza. Primero quería que el pueblo dominicano
orase por él, y ahora se despotrica en contra de los que supuestamente están
''enlodando'' su ya desacreditada reputación de periodista defensor de las
peores causas y aliado a las alimañas más que han desgarrado las esencias de
nuestra alma nacional".
"¿Qué carajo es lo que reclama César Medina? Si hay alguien en este
país que no puede hablar de degradación ni de moral, ese es Cesar Medina,
porque se ha pasado media vida ensuciando a los políticos contrarios a los que
le mantienen a papeletazos limpios".
"Otra más, él dijo: "contra nadie me he apandillado para hacerle
daño ni siquiera con el pensamiento". ¿Y no era una pandilla la que usted
organizó en Color Visión para vivir del sudor del pueblo a la vez que le
distorsionaba la realidad de las cosas en cuanto a los malos gobierno que Ud. y
esa pandilla defendían a capa y espada por un sueldo. Toda esa basura que dijo
usted por tanto tiempo en televisión y otros medios, le dio como resultado,
primero, todos los millones que le pagaron los gobiernos de Leonel y Danilo, y
el cargo de embajador en varios países, sin haber nunca sido más que una bocina
pagada".
"Lo peor de todo esto es, que el pueblo tiene que pagar por esos
servicios médicos como si se tratara de un gran personaje de la historia del
país, donde mueren miles de personas que le han servido a la patria a cambio de
una miseria de salario y que mueren enfermos y el gobierno ni por enterado se
da. ¡Qué pena! que esos millones que invierte el gobierno en la salud de un
solo tipo, los tenga que pagar el pueblo, mientras otros han dejado su vida en
servicio en el estado y no son socorridos al mismo nivel. ¿Que
realizó Cesar Medina a favor de la patria, para que el pueblo pague los
servicios de un avión ambulancia para llevarlo a New York, a costo de 270 mil
dólares, más el pago de su estado del hospital que es de más de 1000 mil
dólares diario, más los gastos médicos, que no se sabe hasta dónde
llegaran?"
Cesar Medina Confiesa: esas cosas me resbalan
Los psicólogos, los psiquiatrías, genetistas y últimamente la neurociencia
ha revelado que un 2% de la humanidad está integrado por personas egoístas, con
limitadas emociones, faltos de empatía hacia los sentimientos de los demás y
ausencia de remordimientos y que usan al mundo, y a todo el mundo para su solo
beneficio personal. Son personas que no sienten miedo, ni vergüenza de
las opiniones individuales o de la sociedad. Son amorales, sin
escrúpulos, temerarios; la ética les importa un comino. Ese 2 % tiene un
enorme sentido de grandiosidad, valor personal, narcisismo, y pueden modificar
sus personalidades para presentar exactamente aquello a lo que la gente
responderá de mejor manera. En ese tenor son maestros de la manipulación y del
engaño, demagogos y cínicos hasta la perversidad, seres que se creen
superiores, que se merecen lo mejor y hasta la reverencias de los demás, porque
entienden que nunca los demás son sus víctimas, sino sus beneficiados.
Dentro de ese 2% están los asesinos en serie, los tiranos, entre ellos
principalmente los megalómanos que han ocasionado holocaustos, genocidios,
etnocidios, hambrunas, guerras terribles, y que para mantenerse en el poder se
han valido de encarcelamientos, asesinatos, torturas y violaciones de todo
tipo. Ese 2% de personas se prorratea entre todos los grupos sociales; es
decir, los hay entre los profesionales de la salud, abogados, economistas,
artistas, obreros, amas de casa, periodistas, y así en todos los sectores y
clases sociales.
Alguien que confiesa: "esas cosas me resbalan", que persiste en
vender su ejercicio periodístico bocina, como un periodismo que rinde culto a
la verdad, que asegura ser un humano tolerante, flexible, compasivo y generoso,
que no ha difamado ni injuriado a nadie, ni delinquido nunca, que se
pinta de víctima, de religioso y noble ciudadano a despecho de la
realidad ¿alguien así, que incluso en la hora de su muerte persiste en ser un
dechado de virtudes, acaso no pertenece a ese 2% aludido de manipuladores
con ausencia de remordimientos y que usan al mundo, y a todo el mundo para su
beneficio?
¿Quién es Miguel Espaillat?
Me han informado, que don Cesar muy molesto, con un dejo de menosprecio a
mi persona, ha indagado quien soy. Pues para que tenga esa información de
primera mano, aquí le va:
Miguel Espaillat es ya un hombre de 68 años de la generación perdida que
sufrió en carne propia las barbaries de la era de Balaguer y de los gobiernos
subsiguientes. Soy de los utópicos, que al igual que Duarte, soñó con una
patria libre, justa y soberana y que ha dedicado su vida al logro de esa
meta. Como muchos de mi generación, no me entregué a la vida muelle y
concupiscente ni al balaguerismo que permitía y estimulaba a sus funcionarios a
hacerse millonarios robando del erario para así comprometerlos con el proyecto
balaguerista continuista del neotrujillismo. En cambio, yo elegí la
vida dura y gloriosa de los revolucionarios insobornables.
Ahogado política y económicamente en ese país de mis amores, me vi obligado
a salir de él para salvar el pellejo y sobrevivir. Allá, para subsistir
tenía que ser uno más de los ladrones y un subordinado incondicional al
desgobierno de turno, en lo que, el doblegado se convertía en una marioneta
traidora a la patria, cosa a la que me negué rotundamente. Mi
dignidad y principios siempre me lo impidieron.
Al llegar a la tierra donde me he exiliado tuve que pasar por el dolor
inmenso del desarraigo, aún no superado. Aquí he tenido que quitarme mis
dos anillos de graduación para lavar platos y fregar pisos. Ingeniero
agrónomo egresado de la UASD en 1974 y abogado magna cum laude de UTESA año
2000. Por demás, escritor con seis libros publicados (una novela y cinco
ensayos) más siete por publicar y una labor intensa de proselitismo político y
cultural, buscando hacer realidad mis sueños de patriota. Pero ya vemos,
todo ha sido en vano, puesto que nuestro país, pero no puede estar.
Yo desciendo directamente de un patricio. Ulises Francisco Espaillat
fue mi tatarabuelo, a quien cada día trato de emular y honrar con mi conducta
cívica y ciudadana. Pero vayamos a ver a quien usted don César defiende a
capa y espada. Defiende a gente con ascendencia política y comportamiento
trujillista. El padre cierto o putativo de Leonel fue un trujillista.
También descienden de esa saga, muchos otros de los que usted defiende con
pasión arrebatadora. Por ejemplo, Balaguer no tenía en sus venas la
sangre de Trujillo, pero su mente y entrañas estaban hechas con transfusiones
de ese tirano. Y Miguel Vargas es hijo de un connotado recalcitrante
trujillista.
Los psicólogos, siquiatras, genetistas y neurocientistas, han establecido
que la cuna y la educación recibida por un niño en sus primeros siete años de
vida, más su entorno social y ecológico, se traduce en lo que el individuo será
para el resto de sus días. Pues bien, nací en un hogar revolucionario y
antitrujillista y después antibalaguerista y anticorrupción. En los pueblos
y barrios que viví, a las escuelas universidades que asistí, los amigos que
tuve, las muchas buenas lecturas, me forjaron con una conciencia y principios
revolucionarios que nunca he abandonado ni abandonaré. Tengo veneración
por los patricios, héroes y heroínas de mi patria y por sus ideales. Soy
incapaz robar un centavo de las arcas del Estado ni de cualquier otro sitio, es
algo que lo tengo requeteprovado. Así viviré, así lo he
decidido. Es un modo de vida acorde con los principios con que se rige mi
espíritu y con lo que me siento muy a gusto y realizado.
La muerte para mí, a diferencia de usted señor César, no constituye una
tragedia, sino, el derecho al descanso cuando se ha hecho la obra, tal como
sostuvo José Martí: Cada cual al morir enseñará la cielo su obra
acabada, su librio escrito, su arado reluciente, la espiga que segó, al arbol
que sembró, son los derechos al descanso. Triste del que muere sin haber
hecho la obra.
También, yo como los cristianos creo en otra vida mejor que esta, que es a
la que aspiro. En esas me he aferrado a las palabras de Jesús: Mi reino
no es de este mundo. Según mis creencias, cuando no se tiene en cuenta
este postulado, es fácil seguir caminos equivocados y de transgresiones para
perdernos en los goces pasajeros que nos proporcionan las cosas con dinero mal
habido.
Créame señor Cesar Medina: orar por la sanación de su alma tal como lo he
venido haciendo desde que supe de su enfermedad terminal, es la mejor ayuda que
un ser humano puede darle en estos momentos cruciales de casi transición hacia
otra dimensión existencial. Si usted recobrase su salud, sin tener
arrepentimiento verdadero, su alma no sería beneficiaria, puesto que volvería a
sus pecaminosas andanzas de periodista bocina que seguiría haciendo daño, más
del que ya ha ocasionado a nuestra patria. Ello, porque usted
insiste en que por cincuenta largos años ha estado ejerciendo un periodismo que
rinde culto a la verdad, cuando es todo lo contrario.
Recuerde señor Medina, que es mejor hacer tesoros en el cielo, donde ni la
polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Tenga
presente, que donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón,
lo que sin lugar a dudas, es su caso.
Ahora que usted sabe de dónde vienen las raíces de mi comportamiento
político y humano, dejo a usted el dejarnos saber de las suyas, de las que lo
han formado para ejercer como periodista en contra de los intereses de nuestro
pueblo.
Señor César Medina, usted no es el corderito ni la paloma mansa, ni el
hombre impoluto, ni el ser inofensivo que no le ha hecho daño a nadie, que
usted nos quiere pintar en los artículos aludidos de su autoría. Usted,
más bien es una persona altamente peligrosa para la paz y la democracia del
país. Usted no es la buena persona que cree y dice ser. No es, ni puede
ser buena persona, quien se dedique a hacer carrera y fortuna defendiendo las
ejecutorias de Leonel Fernández, Danilo Medina, Miguel Vargas y de esas hordas
peledeistas saqueadoras del erario y que han golpeado duramente y envilecido a
nuestro país con una corrupción e impunidad infames. Se lo digo con
toda sinceridad, para que aproveche el que aún estando con vida pueda reflexionar
sobre este punto, para que aceptando su pecado, en consecuencia derive en el
arrepentimiento, que pueda evitar que sus karmas futuros, les sean tan
merecidamente duros.
Señor Medina, no obstante, yo creo en los milagros; en consecuencia,
yo espero que el duro mensaje contenido en estas cuartillas, sea el rayo de luz
que hiriéndolo y golpeándolo lo derribe del falso pedestal de grandeza en que
está, y que opere en usted el milagro de la iluminación que precedió a la
conversión de Pablo de Tarso camino a Damasco, para que en vez de ser defensor
de los demonios que engañan, maltratan, roban y se burlan de nuestro
pueblo, mejor usted se convierta en el azote perseguidor de esos
engendros.
A usted señor Medina y a los lectores, les dejo la palabra
Posdata: con este artículo doy por terminada mi polémica en
este tema.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario