Por Salvador Holguín
Hilando Fino
En República Dominicana existen refranes
muy populares que cuando los escuchamos nos indican por dónde andan las cosas
en los hechos o acontecimientos en nuestro país, uno de ellos es: “Los muertos
de campaña no se pagan”, así como también que los intercambios de disparos o
ajustes de cuentas no se investigan, por ende se quedan sin resolver, lo mismo
pasa con la frase que dice: “El muerto con tierra tiene”, o “los muertos no
hablan”, eso quiere decir que cuando alguien sabe un secreto o tiene
informaciones importantes, si lo matan no se sabe y se las lleva a la tumba,
tal como pasó con el abogado, profesor de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD) y comunicador, Yuniol Ramírez Ferreras, que lo asesinaron para
que no hablara y diera a conocer la corrupción que había en la Oficina
Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) y en el Banco de
Reservas con el cambio de imagen corporativa de la institución que
señalaba directamente a sus administradores.
Los asesinos materiales e intelectuales
enquistados en el gobierno del presidente Danilo Medina Sánchez, después que
asesinaron físicamente a Yuniol Ramírez, ahora quieren hacerlo moralmente
aprovechando que el muerto no habla y que con tierra tiene, nada más cruel y
cobarde se podía esperar, debido a que los que mandaron a matarlo y
desaparecerlo son personas de baja calaña, con mucho poder y que cuentan con un
Ministerio Público que responde a intereses políticos, delincuenciales y
corruptos, el cual se presta para barbaridades como esa de parcializarse a
favor de los criminales diciendo en su primera rueda de prensa que la muerte de
Ramírez se trató de una supuesta extorsión que no han podido demostrar los
investigadores y mucho menos la fiscal Olga Diná Llaverías, en vez de anunciar
al país que los actos de corrupción que denunció Yuniol fueron investigados y
sometidos a la justicia los implicados.
El caso del horrendo crimen del catedrático
universitario y comunicador Yuniol Ramírez, cada día que pasa se complica aún
más, porque hay muchas incongruencias y no se sostiene con lo planteado por la
Fiscalía de la provincia de Santo Domingo Oeste y los policías que participaron
en la investigación, allanamientos y apresamiento de los actores materiales de
la muerte, ejemplo de eso es que José Antonio Mercado Blanco “El Grande”, uno
de los acusados de secuestrar y matar a Yuniol, ahora dice que lo torturaron y
que el día del asesinato no estaba en la Capital, sino mas bien en Santiago de
los Caballeros, aunque no tenemos por qué creerle a un criminal confeso y
condenado en el pasado, tampoco deja de abrir un nuevo ingrediente al proceso
que habrá que investigar para determinar la veracidad de lo expresado por el
antisocial.
Para completar, el hermano y abogado del
occiso Yuniol, el jurista Ramón Ramírez, reveló un vídeo esta semana que las
autoridades no habían presentado en un acto de mala fe y complicidad con los
actores intelectuales, donde se ve al empresario Eddy Santana Zorrilla entrando
a una jeepeta Toyota 4Runner, luego va a la de él, Lexus negra, y Argenis
Contreras le pasa un sobre manila presumiblemente con dinero, lo lleva en las
manos y finalmente se lo entra en el bolsillo, lo saca y se lo pasa a la
persona que está en la guagua 4Runner negra que no se va del lugar hasta que
Yuniol Ramírez llega, lo que según su pariente Ramón dice que esa es la persona
contratada para matar a su hermano. Por otro lado, el Ministerio Público acusó
a Eddy Santana Zorrilla de asociación de malhechores para cometer estafa y
corrupción administrativa en contra del Estado dominicano a través de la
Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), cuyas actuaciones
ilícitas fueron las que provocaron el asesinato del abogado Yuniol Ramírez
Ferreras el pasado 11 de octubre por haber acusado a su director Manuel Rivas
Medina de malversar los fondos de la institución.
Durante el proceso que se está llevando a
cabo del vil homicidio del jurista e investigador Yuniol Ramírez, hemos podido
constatar una intención muy marcada de querer asesinarlo doblemente, en lo
físico y lo moral, con el propósito de desmotivar y confundir al pueblo
dominicano que exige justicia y que se aclare la muerte despiadada contra un
ser humano que defendió su país y sus ideas. Supongamos que fuera verdad la
extorsión, aun así eso no le daba el derecho de matarlo de esa manera. De lo
que se trata es que quieren proteger a los delincuentes de cuello blanco que
cometieron el hecho, acusan al muerto de extorsionar al director de la OMSA,
Manuel Rivas, para con esto justificar el crimen y desviar las causantes y
razones reales que dieron origen a la ejecución del profesor Ramírez Ferreras.
Este abuso no se puede dejar pasar por alto o que pase desapercibido, debe
caerle todo el peso de la ley a los matadores y sentar un precedente con ellos.
Si permitimos que este caso quede impune estaremos expuestos todos a que en
cualquier momento seamos secuestrados, torturados y asesinados por defender el
país de la corrupción y la impunidad que hay en el gobierno.
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