Por Víctor Gómez
El proceso de
migración desde la República Dominicana hacia otras latitudes, principalmente
hacia los Estados Unidos, Europa, América Latina, y aunque sea difícil creerlo
también a otras islas del Caribe, ha sido provocado por muchos factores y
variables, pero esencialmente de carácter político y económico, lo que ha
generado la existencia de una comunidad en ultramar, fuerte, honesta y
trabajadora, pero también deja de manifiesto que es la falta de
oportunidad en nuestro terruño la causa principal que obliga a los criollos a
abandonar su territorio, pero no su cultura, ni mucho menos el amor por los
suyos, ni por la patria que los vio nacer.
Hemos visto como nuestra comunidad ha logrado avances importantes en
términos políticos, económicos, culturales, en la educación, generación de
empleos, y desarrollo empresarial, sin que desde la República Dominicana se diseñara
un plan buscando que estos logros pudiesen alcanzarse, muy por el contrario, la
mayoría de los gobiernos nos han dado la espalda, y en los mejores casos nos
brindan migajas de poder para adormecernos.
Hoy la República Dominicana como país, se le haría muy difícil sostenerse
dentro de un clima de paz, estabilidad económica, y de prosperidad sin contar
con los más de 7 mil millones de pesos que la diáspora aporta a la economía
nacional a través de las remesas e inversiones, pero también del honesto
trabajo que hacemos como embajadores naturales de nuestra cultura. A todo esto,
también hay que sumarle que somos una fuerza electoral con capacidad para
generar cambios importantes en el país con más de un millón de dominicanos con
capacidad de votar en el exterior, claro también esto lo ven como un peligro
pues el voto del exterior, es un voto de conciencia y muy difícil de comprar
con un "Pica pollo, pote de ron o 500 pesos y un ticket para gasolina", pues ya hemos adquirido otros conocimientos
que nos liberan del aberrante populismo que predomina en nuestro país, y nos
llevan a la búsqueda de propuestas y soluciones reales tanto para nuestra comunidad
como para el pueblo dominicano.
Entonces si somos una comunidad tan trabajadora, y que hacemos grandes
aportes y contribuciones al desarrollo y bienestar de la Nación, que
castigo estamos pagando para merecer tan malos diputados del
exterior. Rubén Luna, es el más rechazado por la comunidad
dominicana, pues analizando el ejercicio de sus funciones lo cierto que ha
sido un fracaso, un fiasco, una aberración, al igual que los demás, con muy
raras excepciones, y a diferencia que este se vanagloria de no deberle a nadie
esa diputación sino a sus verdes invertidos, pues ni siquiera en 8 años ha
podido construir un liderazgo capaz de brindarle a la comunidad por lo menos un
proyecto que nos beneficie.
Pero peor aún, es el diputado con la mayor tasa de inasistencia a sus
labores, el que menos propuestas ha presentado, y una investigación
periodística realizada en el país, aparece como uno de los legisladores con
menor formación académica y política, los comunitarios de su circunscripción
dicen que es un diputado fantasma, invisible y desconocido, pues nadie lo ve, y
solo se sabe que está presente en un lugar, cuando llega el día de extrapolar
la miseria con la repartición de pavos que entrega el Día de Acción de Gracias,
y jamás ni las plumas vuelan sobre los cielos de la circunscripción No.1.
La figura del diputado de ultramar, el voto en el exterior, y la doble
ciudadanía son esfuerzos y luchas de la comunidad por muchos años, pero jamás
pensamos que seria para que los partidos políticos nos impongan personajes
carentes de formación política, capacidad profesional, servicio comunitario, y
entendimiento de nuestra realidad, como los que nos representan, vamos
a reprochar esa actitud, diciendo no, no y no a la
reelección de estos analfabeto funcional y no le demos oportunidad a
quienes no vayan a cumplir con la diáspora y que crean que como Rubén Luna
dando pavos todos los años se puede seguir engañando a una comunidad de
hombres y mujeres trabajadores como la nuestra. "Dígale que no a los
ineptos".
El autor es periodista y Locutor reside en Nueva York.
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