Por
Miguel Ángel Cid Cid
Iniciando el mes
de noviembre, en la primera semana para ser más específico, recibí una noticia
insólita. Leí en mi cuenta de Facebook que el Lic. Abel Martínez Durán, alcalde
de Santiago, mandó a cortar la energía eléctrica a los clubes deportivos de la
ciudad. De modo que los deportistas que trabajan durante el día y practican por
la noche les he imposible entrenar.
La gran mayoría,
sino todos los dirigentes políticos que hoy gobiernan el país forjaron su
liderazgo al amparo de un club cultural y deportivo.
Entre las
décadas de los 60 y 70 del siglo XX, los clubes eran organizaciones culturales
y deportivas. Es a mediados de la década del 80 en el citado siglo que se convierten
en entidades exclusivamente deportivas, dejando de lado la tarea de promoción y
difusión cultural.
El abandono de
la gestión cultural trajo aparejado el descuido hacia la lucha por la solución
de los problemas barriales. La apatía se generalizó entre los líderes y
dirigentes clubisticos, al punto de que muchos desaparecieron y sus locales
están en ruinas. Vale decir, que otros tantos se consolidaron en el rol
deportivo y rinden un servicio loable a la juventud en diferentes comunidades
del país y alimentan la dinámica deportiva nacional.
De ahí que se perciba
como una acción desacertada la decisión del alcalde Abel Martínez de cortarles
la luz a los clubes deportivos de Santiago de los Caballeros.
La información
la copio de un escrito enviado por Carlos Mejía Blanco, un dirigente legendario
del Club de Pueblo Nuevo, barriada popular de la Hidalga Ciudad Corazón. Los
líderes deportivos exigen que así como le cortaron la luz, “también que
alumbren la democracia”.
-- ¿Pero cómo ha
permitido Santiago, semejante arbitrariedad? Que las "EDES" les
declaren la guerra a los Clubes, es un asunto detestable, por lo demás
abominable poner a divagar a la juventud. --, escribe Carlos Mejía y a seguidas
afirma:
-- Tirarle con
armas modernas a quienes están desarmados, es lo mismo que darle con un palo a
quien está en silla de ruedas, similar es, despojar de la luz las canchas de
los barrios marginados como: Barrio Obrero, Cristo Rey, Hato Mayor, El Ingenio,
La Joya, Camboya, Club Alfredo Morales, Satélite, Cien Fuegos, La Mina, Los
trinitarios, Ramón Matías Mella, Arroyo Hondo y, el Club Hermanos de la Cultura
de La Herradura, esto es una inmisericordia y falta a la decencia, es una mala
partida a la inteligencia. --, afirmó Carlos Mejía Blanco.
Algunos
dirigentes consultados dicen que el Lic. Abel Martínez alega, que el
ayuntamiento de Santiago no tiene presupuesto para pagar una factura de energía
eléctrica tan alta.
-- ¿Cómo se
conjuga el verbo participación?, sin las herramientas necesaria como son los
servicios esenciales, de alimentación, la salud y la educación, sin estas
herramientas podríamos navegar en el precipicio de los abismos. --, se preguntó
Mejía Blanco.
Según el alcalde
de Santiago, él está ordenando la ciudad, cabe entonces preguntar: ¿Cree el
Lic. Martínez Durán que practicar deporte por las noches es parte del desorden
que él dice estar combatiendo?
¿Qué hará el
Lic. Abel Martínez en el 2020, para pedirle a Wilson Estrella, dirigente del
Club Obrero de la zona sur de Santiago, que vote por él para senador?
A lo mejor, la
promesa sea pagar la factura de luz del Club de Barrio Obrero o quizás, darle
un pica pollo para cada dirigente del club deportivo de la zona sur.
¿O será que el
alcalde no aspirará a ninguna posición en las elecciones venideras?
Lo cierto es,
que Abel Martínez Duran, igual que su antecesor, “lo que hace con las manos, lo
desbarata con los pies”.
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