Por Jorge Casado
Texto y fotos
Las condiciones naturales y ecológicas de la provincia La Vega, al
Norte de República Dominicana la hacen fresca o fría gran parte del año y de
alta pluviometría.
Su entorno agradable se complementa perfectamente en lo cultural con su ya
reconocido internacionalmente carnaval visitado por miles de criollos y
turistas durante el mes de Febrero en su apretada agenda de actividades.
La Vega ofrece un carnaval organizado, seguro, exclusivo, emocionante,
alegre, colorido, movido y perpetuado por generaciones de sus familias.
Caminar por sus calles implica desafiar a sus Diablos para recibir un
vejigazo en tu trasero que te hace saltar de emoción, aunque le atribuyan otros
significados populares.
Lo de menos es el vejigazo, ante la tentación del colorido que te envuelve
con sus comparsas de fino diseño y de máscaras complejas de elaboración
artesanal logradas por artistas con técnicas de empapelados sobre un
molde de barro y revestidas por colores que responde a un concepto que
identifica cada comparsa.
El Carnaval Vegano es genético evidenciado por adultos que también
arrastran a sus hijos desde el primer año en una fiesta colectiva y marca país
de los dominicanos.
En vida precoz, un joven brillante y empresario próspero llamado, Edwin
Gómez, creyó en este carnaval e invitó a miles de jóvenes, en sus inicios, a
conocerlo en tours todo incluido, logrando sin proponérselo ser uno de
los mayores promotores y convocantes de esta fiesta cultural.
Tenía razón Edwin, en Febrero se piensa en carnaval y la referencia
la liderea el Carnaval Vegano.
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