Por Paulino Antonio Reynoso (Toño)
Estoy absolutamente seguro que más del 85% de los dominicanos está
convencido que el señor Ministro Administrativo de la presidencia de la
República Dominicana, José Ramón Peralta, es un violador de las leyes y la
Constitución, un traficante y un corrupto de primera línea.
Este país está dirigido por una mafia que ha tomado todas las instancias
del Estado por asalto.
No hay que preocuparse por lo que decida o no cualquier juez de
los tribunales de la República Dominicana.
No importa cómo se llame el juez. Ya estamos acostumbrados a que
un juez condene a inocentes por el simple rumor de voces agoreras; de que metan
en una cárcel a un indefenso médico por el simple hecho de defenderse de un
cruel, asesino y rutunario delincuente.
En las callles tenemos a miles de delincuentes que deambulan por
doquier y sin control después que un juez tomara la decisión de
liberarlos. La justicia en fin, es parte sustancial del desorden y de la
descomposición social que vive este país caribeño, tal como lo acaban de
denunciar sus obispos católicos.
Leonardo Faña, como ser humano, como buen dominicano, como político serio
que es y como responsable del sector agropecuario del PRM ha hecho
lo que tenía que hacer. Esto es, acusar a un funcionario público que todo el
mundo sabe que es un corrupto, un manipulador, un “device” fundamental de ese
engranaje y mezcolanza nauseabunda que se llama danilismo.
Aunque no contó con el apoyo que se supone debió tener de la sociedad y de
su propio partido, por la contundencia y por la veracidad de sus
acusaciones, nuestro compañero Faña debe sentirse tranquilo, sereno, confiado,
estimulado, convencido y totalmente seguro que ha sido acogido en el regazo de
la conciencia nacional.
Pocos politicos, pero muy pocos se atreven a hacer lo que hizo Leonardo
Faña. Somos un país llenos de políticos lambones, tumbapolvos y
cobardes. Faña es diferente y siempre lo ha sido.
Lamento profundamente que el acuerdo hecho entre el liderazgo de las
Corrientes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) haya creado las condiciones
para que Leonardo Faña tenga muy poca posibilidad de convertirse en
su Secretario General y de ese modo contribuir para que este importante partido
de oposición sea verdaderamente revolucionario y haga lo que tiene
hacer: HACER OPOSICION de verdad y sacar por las vías democráticas esta mafia
del Palacio Nacional y de las instancias del poder.
El prepotente, pichón de dictador y perturbador funcionario del danilismo
corrupto es el gran perdedor en este combate arbitrado por jueces
irresponsables, complacientes, comecheques y engarrapatados.
Leonardo Faña se ha quedado en la conciencia nacional como un
hombre valiente y dispuesto a jugar el rol que las circunstancias le están
demandando.
Por él, nuestras oraciones y nuestra solidaridad sin límites.
El autor es escritor y ex-candidato presidencial
dominicano.
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