Por Altagracia Salazar
Al decidirse un ministerio público independiente a pesar de que la
constitución le permitía designar a quien quisiera el presidente de la
República se sobrepuso a sus propios intereses y a los de muchos de sus
compañeros que respaldaron la lucha contra la corrupción pero solo cuando se
trataba de los corruptos del pasado.
En 10 meses de gestión Abinader se ha llevado a dos ministros, tres
viceministros, un director y un administrador general sin que existiera una
sentencia definitiva en su contra pero si fuertes indicios de conexión con la
corrupción. El ministerio público independiente y dispuesto a investigar ha
sido el mejor aliado en su compromiso por la transparencia.
Esto hay que recordarlo en momentos en que se prepara un presupuesto
complementario y que la procuradora general de la república recuerda que
recibió un ministerio público endeudado hasta los tuétanos, con un personal
supernumerario porque YANALAN dejó en la nómina la estructura con la que
aspiraba llegar a la presidencia de la república y los compromisos creados con
la desvinculación de personas que no se sabía para qué servían.
El presidente y su gobierno tienen que demostrar su compromiso en contra la
corrupción con recursos para los soldados que están luchando esa batalla que es
la más importante para la democracia dominicana en estos momentos.
La corrupción política que ha diezmado por un lado el erario y por otro
nuestra institucionalidad democrática solo se enfrenta con la certeza de que
todo el que roba y todo el que trafica caerá preso.
El indiscutible respaldo de la población a la procuradora y sus adjuntos no
es suficiente sino hay recursos especializados para hacer eficiente una
investigación frente a ladrones sofisticados y formados incluso
internacionalmente.
Danilo Medina dejó contratos firmados para diez años de gobierno, alquileres
de inmuebles por hasta 20, funcionarios con contratos de lujo que no se sabe cómo
salir de ellos y todo eso termina en un tribunal.
En las manos de Luis Abinader está el pandero que tocará si el ritmo que
debe seguir la lucha contra la corrupción que es el sueño por el que caminamos
millones de dominicanos aquí y en el resto del mundo.
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