POR ROLANDO ROBLES
Contrario a Leonel Fernández, yo siempre veo el vaso “medio lleno” y
no “medio vacío”. Casi puedo decir que “el aire de cambio” que se vive, actúa
como un bálsamo que, aun y cuando todavía no esté produciendo una mejoría
sustancial y definitiva a los grandes males del país, está sentando las bases
para conseguirlo. Realmente se siente el vaho que precede la alborada de los buenos
tiempos por venir.
Puede que todo este optimismo que me embarga se deba al hecho de estar
viviendo el “otoño de la vida”, esa etapa de la existencia donde uno siente que
no queda ninguna materia pendiente de aprobación. Paradójicamente René, es lo
mismo que sentíamos cuando se “liberaba en junio”, te quedaba todo el verano
para “tiguerear”; y bien que lo hacíamos compay.
La verdad es que olfateo cierto ambiente de novedad alrededor. No es
como habernos sacado la lotería claro, algo que nunca pudimos, pero si
imaginamos. Es más bien, ese placer de dar los primeros pasos con las manos al
aire y no en el piso. Es lograr, aun sin entenderlo, caminar y hasta correr por
nosotros mismos. Admito quepuede habermucho alborozo en elbulevar de mi mente y
que pudiera ser algo prematuro, pero se justifica, especialmente si lo que está
en juego es el futuro del pueblo dominicano.
Pero mejor, dejemos el rodeo y te explico ¿qué es lo que yo veo?
Lo primero es que Luis ha resultado ser un tipo raro, muy raro. No se
parece en nada a los demáspolíticos. De hecho, sostengo que ha demostrado ser “mejor presidenteque candidato”, y ya
eso es mucho decir. Porque los otros siempre exhibendiscursos novedosos y
esperanzadores, en ocasiones algo deslumbrantes diría yo. Pero, una vez en el
poder, resultan descoloridos y opacos en los hechos, por lo general totalmente contradictorios
y hasta decepcionantes.
Por ejemplo, en el año 2011, el candidato presidencial reeleccionistaafirmó
que su gobierno sería absolutamente ético y aquel funcionario que fuere acusado
“hasta por el rumor público, de
corrupto”, sería sometido a la acción de la justicia;sin embargo,jamás llevó a nadie ante los tribunales,y
la promesa hechaen campañanunca se cumplió.Hoy día, familiares suyos muy
cercanos,están sentados en el banquillo de los acusados por delitos cometidos en
sus gobiernos.
Abinader, por el contrario, sostieneque:“tengo amigos, pero no cómplices” y establece esa saludable “raya
de Pizarro” que separa el ejercicio político ético de las bajas pasiones de los
amigos, familiaresy seguidores, si es que las tuvieren. Este principio básico
de rectitud, convertido en credo íntimo de su discurso personal, se complementa
con un antiguo y popular refrán que reza: “la ley entra por casa”, en alusión a la regla interna de su familia:
“primero se cumple, después se exige”
Su promesa básica fue detener
la corrupción eliminando la impunidad, y eso es precisamente lo que está
haciendo. Y lo hace, empezando -como debe ser- por su propio partido. Porque
usted no puede demandar lo que no es capaz de ofrecer; aun y cuando, esta
actitud moralizante despierte disgustos en su propia gente que, por un asunto
de deficiencias en la formación política, no alcanzan a comprender a cabalidad
lo beneficioso que resultará este sacrificio momentáneo al final de la partida.
En ese contexto es que yo veo a Luis Abinader. Apegado a la institucionalidad
mas allá del promedio de sus pares. Creo que él entendió algo que resultó muy
difícil de digerir para sus antecesores: “cuando usted es juramentado el 16 de agosto, usted deja de ser el
candidato de su partido y sus aliados, para convertirse en el presidente de
todos los dominicanos, incluidos los que no votaron o votaron en su contra”
Al hilo de ese razonamiento, tan atípico para la tradición política
imperante, es que se explica su posición respecto al asunto de las “tres
causales” que justificarían el aborto legalmente. El presidente optó por la
salida mas democrática y lógica posible: que una consulta o referendo decida el complejo problema que divide la
sociedad en dos bandos prácticamente iguales.
Ese concepto tan poco usual, de reconocer y hacer cumplir a plenitud
el espíritu de la democracia -que es gobernar para todos- aunque genere
impopularidad, es lo que marca la diferencia con los últimos gobernantes. Lo más
lejos a que llegó uno de ellos, fue recogido en una célebre frase quedecía: “gobernaré para todos, sin olvidarme de los
míos”y parece que lo hizo, pero solamente a medias.
Si me preguntaras René, ¿cuál es el mayor logro de Luis Abinader? Sin
titubeo alguno te respondería: (1) Ha manejado muy bien el asunto del COVID, (2)
ha conseguido dar seguimiento de estado a las iniciativas heredadas de Danilo
Medina, (3) la Justicia, aún sin logros definitivos todavía, se orienta por senderos
de institucionalidad,
(4) dentro de lo posible, se ha manejado el problema de los empleados
de carrera -que, a contrapelo, de sus discursos- ninguno de sus antecesores lo
ha hecho; antes, sólo sepasaba la infame y vergonzosa “aplanadora” y miles de
dominicanos perdían sus puestos de trabajo, (5) ha reactivado la economía a un
ritmo inusitado, lo que presagia una pronta y sólida recuperación, (6) la
recuperación del sector turístico, un importante soporte del desarrollo
nacional, hoy luce irreversible y en su punto más promisorio,
(7) El ordenamiento interno, todavía con grandes bolsones residuales
generados en las pasadas administraciones, parece cumplir los objetivosprevistos,
(8) las propuestas de reformas institucionales y constitucionales apuntan a ser
realidad, con la participación decisiva de todos los sectores sociales del
país, en especial, los poderes fáticos que al momento inciden en el país.
Sin embargo, René, percibo un logro de más trascendencia para la
nación que todos los antes mencionados. Me refiero a una conquista que, aunque
no se puede medir, porque su valor es intangible, se siente en la mente de todo
dominicano con uso de razón y es la siguiente: “en este momento, el país entero está convencido de que, todo el que
viole la ley, no importa si es gobiernista u opositor, puede terminar en la
cárcel; y esto René, produce una satisfacción nunca antes experimentada por el
pueblo dominicano”
¡Vivimos, seguiremos disparando!
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