REFLEXIONES EN EL CAMBIO #93
Por José Francisco Peña Guaba
Conocí a Danilo Medina en el 1996, en una visita a mi padre, no recuerdo
para qué fue, me saludo con agrado, pues él sabía de mi amistad de varios años
con Leonel, que a la sazón era el Presidente de la República. De Danilo Medina
se comentaba que fue de los arquitectos del acuerdo del PLD con el reformismo
junto a Miguel Cocco y Guaroa Liranzo (EPD), por lo cual no era muy simpática
su figura por los albores perredeístas, que entendían y con justísima razón que
esa trama le había hurtado el espacio bien ganado a mi padre, el de ser
Presidente de la República.
A Danilo se le conocía como un organizador nato, un verdadero artesano de
la política, respetado por todos sus compañeros pero, siempre se le endilgó que
él representaba el núcleo duro de la ortodoxia peledeísta, y por ende los
sectores externos recelaban de él por su defensa intransigente a la dirigencia
y militancia morada, cuando decidí por algunas razones que he explicado y otras
que me las llevaré a la tumba, retirarme de los vínculos institucionales con el
PRD a finales de 1999, lo hice de la mano de mi amigo Leonel pero, estaba claro
que el candidato lo sería Danilo, por lo cual Leonel me pidió que le apoyara,
entendía que en su radicalismo peledeísta no haríamos química, sobre todo
porque el grupo cercano a él no se llevaba bien con los aliados pero, a fuerza
de saberse candidato presidencial de la tolda morada para el año 2000,
reconoció que necesitaba de otros apoyos, y le dio la importancia que ameritaba
al BIS y no se equivocó, porque gracias al apoyo dado por el Bloque
Institucional Socialdemócrata que sacó cerca de 49 mil votos, lo que le
permitió quedar en el 2do. lugar al PLD por encima del PRSC, que llevo por
última vez de candidato presidencial al Dr. Joaquín Balaguer por una diferencia
de menos de 12 mil votos.
Cuando trate a Danilo creamos una buena empatía, lo que nos permitió
construir una amistad que se mantiene con sus particulares tintes, él porque me
sabe irreverente, claro y sincero, y yo porque le creo uno de los políticos más
avezados y pragmáticos que ha tenido el país en toda su historia.
Danilo era admirado y respetado por todos, porque era un hombre de
posiciones, sin dobleces y se sabía que sus dirigentes cercanos lo idolatraban,
ya que lo entendían el defensor de la maquinaria bochista, nadie conocía mejor
que él la dirigencia y base morada, por sus nombres y apodos, cosa que mantuvo
en parte hasta siendo Presidente de la República, porque tenía en su celular
todos los teléfonos de los cuadros políticos y no necesitaba intermediario
alguno para localizarlos.
Para el 2004 estuvimos como integrantes de la Comisión de Transición del
Nuevo Gobierno, que él coordinaba y nos veíamos con mucha regularidad, solo que
cuando llegamos al Palacio Nacional cada quién asumió su papel, él en defensa
de la dirigencia interna y quién esto escribe de los partidos y grupos aliados
pero, la relación de amistad se mantuvo inalterable, porque siempre le veía
mucho más después que salió del Gobierno en el 2007 por sus aspiraciones
presidenciales, pese a que apoye a Leonel, siempre le mostré afecto pero, nunca
me perdono en el fondo que yo ayudara en esa ocasión a Leonel y fortaleciera el
Bloque Progresista con más de 12 partidos, aunque en ese momento no me lo dijo,
sé que se molestó, porque él sabía que esos votos harían ganar a Leonel
cómodamente en las elecciones del 2008, aunque existiese disenso interno.
Un día pase a saludarlo después de esas elecciones a su oficina de la Av.
Abraham Lincoln, y ahí me lo recriminó pero, tuve que decirle al amigo que
nosotros habíamos llegado a la alianza del PLD de las manos de Leonel, cosas
que a regañadientes entendió, para el 2012 le apoyé sin reservas y convencí a
todos los cercanos a Leonel de hacerlo, hasta que lo hicimos Presidente frente
a un “Llego Papá”, que retumbaba de confín a confín toda la República pero,
como cosa del destino y de la ingrata política, pese al trato muy lejano
recibido, posteriormente me mando a buscar en el año 2015 para que intermediara
con Leonel, y en casi tres meses de gestión con ambos logré con la
incorporación que auspicie de Félix Bautista el Acuerdo de Unidad, que evitó
para las elecciones del 2016 se fraccionará el PLD, porque Leonel pese a lo
molesto que estaba, entendió las razones y cedió sus aspiraciones en favor de
la repostulacion de Danilo Medina.
Aunque me reconocía el trabajo realizado, siempre le creo suspicacias mis
vínculos con Leonel, a pesar de las diferencias, nunca le guarde el hecho de
que no me integrara personalmente al Gobierno en el 2016, sabía que me cobraba
mi hermandad con Leonel, y siempre le expresé que sí el precio de un cargo era
romper mi amistad con Leonel se iría del Palacio Nacional sin hacerlo y así
pasó, trate en varias reuniones de advertirle lo que le pasaría si dividía al
PLD, que no creyera en esos oportunistas de la oligarquía, que lo abandonarían,
porque no son amigos de nadie, y mucho menos de esos Ministros y Altos
Funcionarios de la Sociedad Civil, que al menor resbalón que tuviera su
proyecto le darían la espalda, como finalmente sucedió.
Le pedí que no maltratara a Elías Wessin del PQDC, que no sacara del tren
gubernamental a Pedro Corporán del PUN y que no dejara marchar a los Castillos
de la FNP, porque estos lo habían defendido siempre, a diferencia de los que se
creían dueños del Palacio en el momento pero, que después no le sumarían nada,
y visto los resultados así ha pasado pero, pese a todo eso, le dije siempre que
en mi tendría un amigo y un defensor de su gestión porque, no me cabe la menor
duda de que el presidente Medina hizo una de los mejores gobiernos, sobre todo
enfocado a lo social, sus obras están ahí y son innegables.
Cuando nos tocó a los del BIS salir del gobierno nos fuimos sin rencores,
resentimientos y con un gran pesar con el amigo que sabía equivocado pero, que
no le negaría jamás mi reconocimiento y afectos, pese a las confrontaciones
estériles que tuvimos, pese a eso él me guardo respeto y nosotros de igual
manera, porque siempre ha habido en mí una parte de mi corazón que aprendió a
estimar a Danilo Medina, pues todavía lo entiendo un gran hombre que se niega a
pensar que es todo lo que sus detractores dicen de él, simple, porque ese no es
el Danilo que conocí.
El Danilo que conocí es sencillo, agradable, campechano, cercano, honesto y
prudente, nunca lo vi enamorado del oropel ni de la lisonja, mucho menos maní
rota, porque hasta tacaño lo reconocíamos, ya que no era persona de gastos
excesivos ni gustos estrambóticos, de vida modesta y reservada, más bien
humilde, y lo que aquí expresó lo saben todo lo que conocemos a Danilo.
Creo, sin embargo, que mucha gente a su lado actuó muy diferente a él pero,
tal vez, sin quererlo él se lo permitió, y ahí están las consecuencias de una
permisividad, que para mí fue su real pecado, porque me resisto a creer que
Danilo Medina sea articulador de los actos de corrupción que se produjeron en
su gobierno.
Siempre le expresé a mis estimados Milciades y Lucia, sus hermanos, que del
poder todo el mundo era amigo cercano pero, que yo quería ser su amigo en la
oposición, donde nada material nos uniría, solo los sentimientos de cariño y
solidaridad.
Insistí todo lo que pude para restaurar las relaciones entre dos amigos se
larga data, Leonel y Danilo pero, más pudieron sus entornos con sus intereses
particulares que la hermandad hasta que lo dividieron e hicieron naufragar la
nave morada, a nosotros no nos dejaron los que apoyábamos a Leonel, después del
vulgar fraude en las primarias, no nos quedó de otra que enfrentarlos por los
recurrentes desatinos que en Síndrome de Hubris le produjo a ese círculo
presidencial todos los años de inquilinato en la mansión de Gazcue.
Llevaron a Danilo los amigos de ocasión, esos que también lo son del Boato
y del poder, a separarse de sus amigos verdaderos, los que nunca le dijimos lo
que no era y siempre le expresamos la verdad, como es el caso del propio
Vinicio Castillo Semán, el cual era uno de sus más cercanos amigos y
colaboradores, hoy convertido en un látigo, producto de esos errores
infantiles, vi como funcionarios en del jorgeblanquismo en el 1986 prefirieron
la vuelta del Dr. Balaguer a que llegara Jacobo Majluta, y la historia recuerda
la persecución feroz de la que fueron objeto llegado el hijo más insigne de
Navarrete a la silla de alfileres.
Veo hoy gente que no desaprovecha la más mínima oportunidad para apostrofar
a Danilo, los mismos que en el ayer se beneficiaron de él, una ingratísima
sociedad civil a la que le entregó medio gobierno, y que después pedía su
cabeza para que se la cercenaran, como en los tiempos de la inquisición.
No he visto a los grandes empresarios que no salían del Palacio promoviendo
fanáticamente su 3era. repostulación apoyarle de manera alguna, lo que sí veo
es a varios de éstos ahora también enquistados con el gobierno del cambio, con
su cuota de cargos y poder asegurada, porque como buenos trapecistas que son,
sueltan uno solo cuando tienen agarrado al otro, porque su religión es el
dinero y solo defienden sus intereses, tontos aquellos que se creen que éstos
tienen amigos, claro está, existen en ellos muy raras excepciones.
Sé que mucha gente se aprovechó de Danilo, compañeros, amigos, empresarios
y familiares, cosas por la que está siendo señalado, y que prueba en contrario
sé que no tiene vinculación económica alguna pero, es responsabilidad de los
que manejan fondos públicos auditar lo que hacen hasta sus más cercanos, para
no terminar pagando los platos que otro rompió.
Hay cosas que el propio Danilo deberá pedir respuestas, porque son abusos
incalificables, y el mismo exigirá explicación pero, él deberá tomar distancia
de todo aquel que abusara de su confianza, y con sus hechos desprestigiarán su
gran gestión, mientras creo que la vida le dará la oportunidad de probar que él
no fue parte del entramado corruptor, cosa que se lo debe a su partido, a sus
auténticos amigos y a la sociedad en una acción de reivindicación histórica.
Aprovecho, sin embargo, para aconsejar a los que hoy tienen el poder, que
no se ceben tan radicalmente con él, porque guardando la distancia, ya que la
ciudadanía de hoy está más empoderada y se expresa de manera directa a través
de las redes sociales, les recuerdo que a Balaguer, a sus más cercanos y a su
propia familia lo apostrofaron de igual manera a su salida del gobierno en el
1978 pero, producto de la memoria cortoplacista del dominicano solo hubo de
esperar 8 años solamente, para que este subiera de nuevo las escalinatas del
Palacio Nacional con la enseña tricolor en su pecho para durar 10 años más en
el poder.
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