Por Luis Aníbal Medrano S.
Aunque me había prometido no distraer mis esfuerzos en otras cosas que no
fuera defender mi gobierno, mi presidente y mi partido, me veo en la obligación
moral, política y ciudadana de repudiar públicamente las acciones de la
funcionaria que encabeza el Comisionado de Cultura de la República Dominicana
en Nueva York.
Ningún funcionario dominicano ubicado en estos predios neoyorquinos ha
causado tanta repulsa como la infrascrita antes mencionada, y es que desde
antes de tomar posesión de la administración de su principado, esta no ha hecho
más que causas ruidos ensordecedores y polemizar con la dirigencia del PRM en
este Estado. Aunque no se quiera, afectan el buen nombre del gobierno del
Cambio.
La llenadora de tases y grandilocuentes mujer de cultura, que no hizo nada
para que el sueño de la llegada del cambio a dirigir los destinos nacionales se
materializara, que muy por el contario cuando se le solicitaba en el territorio
donde reside alegaba razones infantiles y pocas creíbles, que mintió con la creación
de un movimiento casi finalizando la campaña, que dijo ser asesora de hoy
legisladores, no debe continuar en sus andanzas creyendo que el Comisionado de
Cultura es una empresa que adquirió con no se sabe con qué recursos.
Independientemente de sus maltrato contantes a los compañeros perremeistas
y aliados que merecidamente fueron nombrados allí y que por antojos y
prepotencia ella ha tomado decisiones puramente abusivas y desconsideradas, en
algunos casos cancelando y en otros degradando. Para adornar más sus
actuaciones, lleva como parte del personal de su Comisionado, personajes que
claramente adversaron y continúan adversando a nuestro presidente constitucional,
Luis Abinader Corona, personajes que no son más que olfalteadores de oportunidades
para ascender y llegar a posiciones con el menor esfuerzo posible, mejor dicho,
arribistas.
Ella que afirma y proclama ser ley batuta y constitución, que se hace lo
que ella diga en el Comisionado, que hace y deshace con las instalaciones de
esa entidad, recibió de las autoridades de la ciudad de Nueva York en cierre de
las instalaciones por varias violaciones, indicando así que su preocupación única
está en otra cosa y no de ejerce las funciones que le corresponde.
La distinguida comunicadora y hoy ministra de Cultura, Milagros Germán, debería
tomar una decisión firme y retirar de esa posición a la todopoderosa y
autodenominada inamovible (por su cercanía con gente de alto nivel),
comisionada de Cultura.
El gobierno que encabeza nuestro presidente Luis Abinader no merece esa
calaña de funcionarios que provoquen disgustos en la población, que den
oportunidades a los desalojados del poder y la nueva versión del peledeismo, a
despotricarnos. No necesita funcionaria que a todos los lugares que asiste por invitación
o paracaidismo, suela ir a chismear, a provocar y hasta querer involucrar a su
consorte en acciones y pronunciamientos no muy agradable que no van acorde con una
pieza humana que se dice ser de cultura.
Espero en Dios que estas letras, palabras, oraciones y párrafos sirvan de
alerta para que el gobierno del cambio, mi gobierno esté atento y corregir
malas acciones como la que denuncio y podamos continuar por la ruta que llevamos,
una ruta que los dominicanos y extranjeros evalúan como lo mejor que les ha
pasado a los dominicanos.
Aprobado…
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