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miércoles, 1 de septiembre de 2021

Haití, la cuestión haitiana y la UEH


 

Por Fernando I. Ferrán

 

Haití es un arco iris de realidades divergentes. Conjuga proezas y enigmas. Todos pasados y todos presentes, aún. No es una caja de Pandora rellena de igualadas figuras artesanales, aunque de tallas diferentes, pues se trata de un aglomerado poblacional compuesto por antiguas etnias tribales y diversas, sonsacadas y extraídas del África central. Retazos de ébano violados todos ellos en su integridad y ofrendados al ardiente sol caribeño; objetos sometidos al dominio de ricos propietarios de plantaciones agrícolas en un tercio del aborigen `Ayiti´ que fuera violado hasta devenir terruño francés de la antigua colonia de La Española.

 

La proeza histórica de su gente es épica y ejemplar. Enriquecieron con su sudor y sangre la tierra en la que fueron arrojados por efecto del látigo colonial de la metrópoli imperial francesa que no quiso reconocer en ellos más que negros eslavizados y útiles para fines de inmisericorde explotación económica. La libertad hubieron de ganarla en la primera y única revolución en la historia universal que articuló exitosamente y de manera multidimensional cuatro galardones característicos: (i) auto liberación política (ii) que rompe con un régimen colonial que operaba en perjuicio de un (iii) aglomerado poblacional deshilachado y superpuesto en tanto que pastiche cultural cuya composición interétnica tiene por único elemento común (iv) el de ser todos esclavos o libertos de raza negra expatriados y forzados a salir para siempre de sus respectivas patrias chicas.

 

A partir de ahí, su devenir histórico pareciera ser fruto legítimo de un augurio fatídico y no el del libre designio de un pueblo que logró romper al mismo tiempo tantas cadenas opresoras. El empobrecimiento de los más, así como las divisiones intestinas de la mayoría de los semejantes según la pigmentación de la piel, y de todos esos con los mulatos tenidos como menos iguales a los otros, se renueva y perpetúa.

 

En ese reino de este mundo la memoria colectiva se enfrenta en dos idiomas, el creole y el francés. Al mismo tiempo, la justicia es vidente y el bien jamás deviene común. La concentración de riquezas va de la mano de connotados monopolios y oligopolios familiares. El quehacer institucional está divorciado de cualquier norma estatutaria y/o ética. El lienzo resulta crítico: impera la inseguridad individual y grupal y cogobiernan la zozobra, el desamparo, la letra muerta, la improvisación, la fuerza bruta, la rapiña, el medioambiente vulnerado y los desastres naturales al acecho, en medio de un desierto de instituciones salpicado de aparentes oasis alentadores.

 

Allegados al presente, para algunos de los que miran hacia las principales capitales de países dizque “amigos” de Haití, este es un problema de quienes lo crearon. Para otros, sin embargo, constituye un desafío que han de resolver quienes hoy lo padecen por irremediable e insuperable que parezca ser. Y para los menos, esos que apuestan a la superación de males tan humanos como ancestrales, ni próximos ni lejanos son inocentes de tantos yerros y contrasentidos2.

 

1 Antropólogo y filósofo, miembro de la Unidad de Estudios de Haití, UEH, y del Centro de Estudios Económicos y Sociales, P. José Luis Alemán, SJ. 2 Conviene advertirlo, ya hay quienes reconocen alguna similitud entre lo que recién aconteció en Afganistán y lo que constatan en Haití, en función de las palabras apologéticas que el presidente estadounidense Joe Biden acaba de pronunciar a propósito de la cuestión afgana: “Los líderes políticos de Afganistán fueron incapaces de unirse por el bien de su gente, fueron incapaces de negociar por el futuro de su país cuando llegó la hora de la verdad". De ahí parecieran inclinados a deducir un comportamiento similar entre los grupos dirigenciales del pueblo afgano y los del caribeño. Si ese por tanto, en y desde la Unidad de Estudios de Haití, UEH, -adscrita al Centro de Estudios Económicos y Sociales P. José Luis Alemán, de la PUCMM, y con el concurso del Servicio Social de Iglesias Dominicanas, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-República Dominicana (FLACSO RD) y de la Iglesia Episcopal-, Haití es todo lo anterior y mucho más, pues permanece siendo una realidad más desconocida que reconocida, menos respetada que codiciada, más vulnerable que sostenible.

 

De ahí el interés primordial de los académicos que constituimos la UEH. Complementando nuestras diversas áreas de expertise nos preocupamos, más que por la inmediatez del transcurrir de la sociedad haitiana, por las causas ocultas que la mantienen en ruta a su porvenir a mediano y largo plazo. La propuesta común que nos aúna es indagar y pesquisar objetivamente las razones originarias de las manifestaciones institucionales, estructurales y axiológicas que sustentan y ayudan a comprender los patrones de comportamiento de la población haitiana y sus expectativas de reordenamiento institucional. Ese esfuerzo está dirigido, primordialmente, a dominicanos y extranjeros que deseen conocer y/o profundizar el estudio de la realidad haitiana desde una perspectiva académica y con la esperanza - aunque sea a contracorriente- de poder incidir de manera favorable en estrategias de cooperación y proyectos de desarrollo.

 

Entre los antecedentes inmediatos más relevantes a la formación de la UEH cabe destacar el establecimiento de la Mesa Dominicana de Diálogo sobre Haití y Relaciones Domínico-Haitianas (MDDHyRDH), bajo el auspicio del Servicio Social de Iglesias Dominicanas (SSID) y de FLACSO RD; de manera concomitante, contó también con el apoyo moral y material de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y de la Unión Europea (UE). La Mesa Dominicana realizó una serie de actividades que contribuyeron al fortalecimiento de relaciones de hermandad binacionales y fronterizas de los pueblos haitiano y dominicano3 .

 

Al igual que su instancia predecesora, la UEH está abierta a todos aquellos que tengan algo que aportar a propósito de Haití, su realidad, procesos constitutivos y porvenir.

 

En lo sucesivo confiamos que entre todos -los actuales integrantes de la UEH y los que se integren y colaboren con ella más adelante- llegaremos a ser -con base objetiva en las investigaciones y los estudios realizados- un punto de referencia valioso y útil para explicitar cuantas realidades sean incorporadas en el cuerpo social haitiano. Pretendemos así contribuir e incidir, tanto en una formulación más realista de

 

Fuera el caso, podría asumirse entonces que el mandatario de Estados Unidos y los de otras naciones allegadas a Haití están todos ellos prestos a exculparse de cualquier falta antes de concluir aduciendo que no pueden ni deben seguir enfrascados en una tarea en la que no están dispuestos a colaborar -ni siquiera- los que se supone que son los más directamente interesados en no verse afectados por el desenlace fatal de la causa haitiana. 3 Desde octubre de 2019 hasta abril del año 2021, la Mesa Dominicana de Diálogo organizó cinco Conversatorios de análisis de problemáticas comunes entre la República de Haití y la República Dominicana, con sus correspondientes formulaciones de recomendaciones de solución a las autoridades gubernamentales de cada país, sobre la base de informaciones y opiniones brindadas por representantes y dirigentes de entidades sociales, eclesiales, académicas, estatales y empresariales, tanto locales, como nacionales y regionales. Los temas centrales de los encuentros fueron los siguientes: la crisis económica, social y política de Haití, las relaciones comerciales bilaterales y, en particular, fronterizas domínico-haitianas, las migraciones transfronterizas desde Haití hacia la República Dominicana y el resto del mundo. Los resultados de esos encuentros fueron dados a conocer en seis boletines mensuales bajo el nombre de Reporte de la MDDHyRDH. Ese esfuerzo de reflexión y concertación se llevó a cabo gracias a la coordinación y colaboración activas rendidas por un equipo compuesto por el director del SSID, Lorenzo Mota King, el entonces director de FLACSO RD, Iván Ogando, el obispo emérito de la Iglesia Episcopal, Julio César Holguín, y los académicos Rafael E. Yunén, Edmundo Gil (Proyectos Especiales), Eddy Tejeda (FLACSO RD), Luis H. Vargas y Fernando Ferrán.

 

los planes de desarrollo del vecino país, como en una mejor comprensión y toma de decisiones que redunden -por fin- en el crecimiento económico e institucionalización gratificante y sostenible de la vida humana en territorio haitiano.

 

Se trata del surgimiento y reproducción de una nación -la haitiana- que en cualquier escenario imaginable se encuentra en la encrucijada de su propio destino; y, por tanto, compromete a la dominicana, a las del resto de la región e incluso, por qué no entenderlo así, a las de un mundo globalizado, aunque vulnerable y utópicamente ido en tanto que expuesto a escisiones étnicas, culturales

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