Por Reynaldo Peguero
El título de nuestra contribución de hoy sale de la pluma
talentosa de Federico Carlos Álvarez. Notable jurista santiaguero que hace
cinco años en el Centro León se posicionó de esta manera. En ese entonces,
quedé prendido por su contribución analítica a propósito de los 70 años del
Monumento a los Héroes de la Restauración (MHR). Compartió el panel con el
maestro del desarrollo urbano de Santiago, Rafael Emilio Yunén quien también
formuló buenas precisiones. En esta isla donde mucha gente expone y escribe
como si estuviera partiendo de cero, subrayamos estos abordajes porque fueron
muy innovadores. Nos suscribimos a la tesis que con el Monumento, la ciudad de
Santiago llegó a un punto de inflexión positivo de su desarrollo urbano.
Nueva vez estamos de celebraciones por los 75 años del Monumento a los
Héroes de la Restauración de la Independencia de la República Dominicana. El
pujante Centro de Convenciones y Cultura UTESA, Ministerio de Cultura,
Gobernación del Monumento y otras entidades, organizaron una exitosa premiación
fotográfica, un interesante coloquio y varias actividades.
El Monumento de Santiago habla y sus leyendas describen una
narrativa política, histórica y urbanística. Arquitectónica y urbanísticamente
nada parecido a nivel de identidad, sentido de pertenencia y genuina marca
territorial, se puede observar en las ciudades de Santo Domingo, San Pedro de
Macorís, Puerto Plata, La Habana, Santiago de Cuba, San Juan, Ponce, Kinston,
Santa Lucía, Santa Marta, Barranquilla, Cartagena de Indias, Puerto Príncipe,
Gonaïves, Puerto España, Curazao, Saint John, Managua, León, San José, Antigua,
Tegucigalpa, Ciudad Panamá, San Salvador y en muchas ciudades más.
En 2014, en el evento convocado por el Centro León, Federico Carlos
Álvarez reveló aspectos importantes del impacto que tuvo esta obra en el
desarrollo urbano de Santiago. Él asume un hipótesis innovadora que se
posiciona con la pregunta ¿qué hubiera pasado en esta ciudad sí el
Monumento no se hubiera construido?. Reflexionó inteligentemente que el
Monumento divide en dos la historia urbana de la ciudad de Santiago. Son dos
grandes fases en el desarrollo urbanístico de esta metrópolis: antes y después
de la construcción.
Antes del Monumento, la ciudad, caserío o pueblo de Santiago se
encontraba contenido en un anillo urbano que nunca excedió los 5 km cuadrados. Al
Norte por el río Gurabo, al Sur por el río Nibaje, al Oeste por el río Yaque y
al Este por una elevación de montes formada por el cerro del Castillo, los
cerros de Gurabo y el bosque seco de la Zurza. En síntesis, un gran río, dos de
sus afluentes y varias elevaciones territoriales accidentadas, constituían los
límites del crecimiento urbano de Santiago. El Monumento quebró esa tendencia,
generando un nuevo desarrollo que pasó a ubicarse en las planicies que
continuaban después del límite Este de la ciudad de Santiago.
El censo de 1920 indica que residían en la ciudad de Santiago 20,495
pobladores, llegando a 67,771 habitantes en 1950. Desde los siglos XVI
hasta 1944, la ciudad ocupó ese espacio central ubicado en lugares planos del
llano del entorno hidrográfico oriental del Yaque. De 1944 a 1968, la ciudad
ocupó una superficie aproximada de 12 Km cuadrados con una población de 173,133
habitantes creciendo en la dirección de Villa González por el río Gurabo y
hacia Tamboril y Licey al Medio en la línea del arroyo Nibaje, perteneciente a
la subcuenca urbana Guazumal-Pontezuela.
Rafael Emilio Yunén por su parte, hizo en ese momento una distinción
importante entre lo que significa diseñar una obra y lo que supone
construirla. Subrayó la construcción al considerar una serie de aspectos
tales como: i) la necesidad de innovar en un medio carente de materiales y
tecnología a causa de la Guerra Mundial; ii) el hecho que el 95% de los
empleados eran de Santiago; iii) el esfuerzo no solo por construir la obra sino
por ofrecer un nuevo espacio público; iv) la forma positiva como el pueblo
santiaguero respondió al financiamiento del Monumento por medio de colectas
populares; entre otros puntos clave. Su anécdota de la “persistente recua de
burros subiendo por la calle del Sol cargando los materiales mineros necesarios
para la obra puso en evidencia el sentido primario pero muy laborioso, de la
construcción de la obra.
Vale destacar que de todas las intervenciones al Monumento la más importante
fue la concluida en 2007 por el presidente Leonel Fernández y el ministro de
cultura, José Rafael Lantigua. Inició con una consulta ciudadana promovida
por el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) y el
Ministerio de Cultura en el contexto del primer Plan Estratégico Santiago
2002-2010. Agradecemos al entonces José Augusto Izquierdo, la confianza
depositada en nosotros. Gestamos que los residentes y dueños de negocios del
entorno, aportaran sus sueños y proyecciones de lo que esperaban fuera el nuevo
Monumento.
Así es. Este proyecto fue concebido para crear las bases del
nuevo Monumento.. Restauró la edificación propiamente dicha, sus salas
interiores y su exterior. La jardinería y espacios públicos del entorno fueron
manejados por el maestro Mamoro Matsunaga. Fue estructurado en cinco fases
conforme a un plan operativo. La estructura física renovada incluyó
construcción, remodelación y recuperación del área física interna y externa,
incluyendo paredes, trechos, aceras, contenes, impermeabilización, ebanistería
en caoba, cornisas, columnas, escaleras internas y externas, sustitución de
mármoles y nuevas áreas revestidas en mármol, sistema eléctrico, nuevas
cisternas para el suministro de agua, lámparas de interior estéticamente seleccionadas,
lámparas y bancos.
Hoy al observar el Monumento desde distintas áreas de la ciudad, puede
concluirse su estímulo positivo al desarrollo urbano de la unidad zonal de
planificación Este de Santiago y de toda la ciudad en su conjunto. La
modernista metrópolis que surgida luego de la construcción de este emblema
territorial, permite visualizar una ciudad que se sustenta en la capacidad
de su gente, que ya comienza a ser reconocida como un municipio ordenado y
seguro, con sólidas tendencias a ser ambientalmente sustentable y promotor de
una elevada calidad de vida de su ciudadanía.
Reynaldo Peguero es Director Ejecutivo del Consejo para el Desarrollo Estratégico de
Santiago (CDES) - Plan Estratégico "Santiago 2020".
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